Argentina en la encrucijada: Histrionismo, negacionismo, neofascismo: la biblia junto al calefón
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Javier Milei, el ultraderechista economista argentino con look roquero, autodefinido como “anarcocapitalista” y que saltó a la fama hace unos años desde talk shows televisivos por sus propuestas y maneras histriónicas, se ha convertido en candidato a ganar las próximas elecciones presidenciales en Argentina.
Hasta hace pocos años, Milei vivía con cuatro perros machos en un departamento del barrio bonaerense del Abasto. Según el derechista diario La Nación, consultó a la veterinaria Celia Melamed para comunicarse con sus cuatro mastines ingleses. La “especialista” también habría oficiado de médium entre el candidato a presidente y Conan, su difunto perro, a quien él consideraba su hijo.
Milei trabajaba como asesor del empresario Eduardo Eurnekian, contratista del Estado, e intentaba insertarse en política asesorando a Daniel Scioli, entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, y a Antonio Bussi , condenado por delitos de lesa humanidad.
Para El País de España, en un país como Argentina cuyo drama profundo es la economía, no resulta raro que el bufón más exitoso sea un economista enajenado. Vocifera contra el Estado, pero recibe el apoyo de los mismos que se han enriquecido gracias al Estado.
Lo que ha llamado la atención de los analistas del discurso es el estilo irrespetuoso, insultante y descalificador de los candidatos de la ultraderecha, quizá convencidos de que los argumentos ya no tienen importancia alguna y tampoco las propuestas. Hablan la lengua de los actores mediáticos de TV, aquellos que lograran algo de fama por su lengua malsonante, pobre y solo provista de un gran arsenal de insultos y ofensas.
¿Hacia la derecha?
Las candidatura de Milei y de Patricia Bullrich, de la coalición neoliberal Juntos por el Cambio, suponen un giro brusco de Argentina hacia la derecha, hacia las políticas de mano dura y de recorte de gasto social que anticipan ambas candidaturas.
A sus 96 años, la “diva” Mirtha Legrand volvió a sus almuerzos televisivos -que ya llevan 55 años en el aire- para promocionar al candidato negacionista Javier Milei, quien fue con su “novia”, la humorista Fátima López. Para mejorar su imagen, el ultraderechista necesitaba mostrar “familia” y esa fue la primera vez que se mostraron juntos en público.
“Estoy invicto en el matrimonio”, reveló Milei cuando la conductora le preguntó si se había casado alguna vez. Luego, contaron cómo se pusieron de novios. “Nos escribimos por Instagram la primera vez”, reveló Fátima. “No convivimos pero pasamos muchas horas juntas dentro de lo posible”, destacó la imitadora mientras Mirtha asintió. “Sí, son exóticos ustedes”.
El coqueteo de Mauricio Macri con el líder de la Libertad Avanza (LLA) -una vez más – cayó muy mal en la coalición opositora. El ex presidente neoliberal le hizo un guiño en una charla que dio ante estudiantes de Harvard, en Estados Unidos. «Si Milei gana la elección, espero que nuestra coalición apoye cualquier reforma razonable», aseguró. Las palabras generaron un fuerte enojo en la oposición, donde no terminan de saber si está jugando decididamente a favor del libertario o no.
Bufoneando
Mientras, internet rebosa de escenas donde Milei le grita a distintas mujeres, las manda a callar o las maltrata, donde pierde totalmente los estribos cuando lo contradicen. en actitudes despóticas. No posa de iluminado: lo vive. Encarnar al profeta enardecido es su fortaleza, su coraza: su traje de superhéroe. Como todo mesías, no hay lugar para otro en su pedestal. Así, Milei consideró que el papa Francisco es “el representante del Maligno en la Tierra”.
Desde que fue electo diputado, nunca participó en comisiones ni presentó un proyecto en el Congreso. Se limita a votar en contra “por ideología”. Sobreactúa un purismo juvenilista, y provee la muestra más palpable de cómo sería un eventual gobierno suyo. Todo es carne para chantaje mediático: si no haces lo que digo, te acuso de pertenecer a la “casta poolítica”.
A menos de dos semanas de la primera vuelta, el candidato de ultraderecha definió su estrategia de campaña para generar pánico financiero y sumar votos: fomenta la corrida cambiaria y bancaria, aconseja no renovar plazos fijos y aspira a que el dólar paralelo siga subiendo.
Pablo Semán, sociólogo y antropólogo especializado en culturas populares y religión, describe el espacio mileísta como un bloque no monolítico y un “proceso en progreso”, una fuerza que ha absorbido votos tanto de la derecha como del peronismo y de sectores populares, aunque con motivaciones diversas. Se sabe dónde inicia y es posible inferir los factores de su caudal de votos, pero la clarificación de su meta aún está pendiente, así como su consolidación, estabilidad y permanencia.
La crisis del peronismo y la crisis de la política son antes que nada la crisis del Estado, ante tres fenómenos para mí muy claros: la rapidez con la que se mueven los capitales, la rapidez con que se mueve la información y la insubordinación de las subjetividades: Nadie quiere ser encuadrado dentro de nada y tiene que ver con ciertas formas de individualismo contemporáneo que pueden ser progresistas o no pero que al Estado le resulta muy difícil entrar en contacto con eso.
Parece un revival reaccionario de la crisis de 2001, pero sin masas en las calles ni estallido social, pero con mucha frustración social y que desprende la emergencia de un individualismo neoliberal autoritario, que no hará más que expandirse si el avance del capitalismo continúa sumando amarguras y la impotencia del voto sigue exacerbando frustraciones.
Calculando
El oficialismo está convencidos que Bullrich ya esta fuera de juego y que sus últimas intervenciones públicas terminaron por desinflar su candidatura. Hasta la propuesta de escuchar el diálogo entre los presos y sus abogados, como una forma de combatir el delito, cayó mal. La última estocada de Macri coronó un encadenamiento de errores que llevan a que las posibilidades de la ex ministra de llegar al balotaje son casi nulas
En consecuencia, Sergio Massa será quien dispute con Milei la presidencia hasta el final. Es decir, que a menos de tres semanas de las elecciones generales, el escenario de un posible balotaje está cada vez más claro. Pero si Bullrich se cae demasiado en la intención de voto, Milei puede crecer proporcionalmente y ganar en primera vuelta, donde debería lograr sacar 45% de los votos o un 40% y un 10% de distancia sobre el segundo.
Este es uno de los temores que permanece en varios sectores del oficialismo, donde no saben cuál será el impacto real de los altos índices de inflación que sacuden a la gestión, sumado al aumento significativo del dólar paralelo y el escándalo de corrupcion de Martín Insaurralde, jefe de gabinete de Axel Kiciloff, gobernador kirchnerista de la provincia de Buenos Aires.
Frustraciones te da la vida
Esas amarguras y frustraciones a las que el ciclo progresista argentino no ha respondido, y quizá sí ha incubado, son la gasolina electoral del voto de protesta que representa Milei, que representa el peligro de poder declinar el desencanto popular hacia el apoyo a un neoliberalismo cada vez más negacionista, autoritario y reaccionario.
El economista Emmanuel Alvarez Agis no cree que sean las ideas liberales las que están teniendo pregnancia: “creo que está siendo el tono de esas ideas. Ese tono, si bien no me gusta y parece muchas veces bastante antidemocrático e intolerante, me parece que es el tono compatible con tener un 12% de inflación en un mes… y entonces lo que te dan ganas es de romper todas las paredes y gritar y zamarrear a alguien”.
“Cuando la gente se empieza a inspeccionar un poquito más en detalle propuestas de Milei como el voucher educativo, la no comercialización con China o incluso la dolarización, ahí se está empezando a dar una reflexión. Uno puede compartir el enojo con una persona, pero cuando esa persona empieza a decir cosas que pueden ser peor que la situación que tenés entre manos, quizás ya dejás de compartir incluso el enojo.
Milei quiere exacerbar el odio a la representación política, o sea, la política como algo que ya no representa nada. Es un deseo de comenzar todo nuevamente y, por lo tanto, destruir todo lo anterior, que era más bien propio de las revoluciones, pero ahora adoptarían la forma de lo que Antonio Gramsci llamó «una revolución pasiva»: tomar el instrumento revolucionario de un corte absoluto, pero en sentido inverso, reaccionario.
Luego, hay un procedimiento muy similar en todas partes, que es que la xenofobia hacia los inmigrantes, que se trasladó a una especie de xenofobia al interior mismo de la nación, con respecto a formaciones políticas.
Mientras, Alemán llamó la atención sobre el crecimiento de los discursos de odio durante la campaña electoral,“Antes las derechas empleaban el odio con los inmigrantes o con sectores sociales vulnerables y ahora lo aplican a los políticos a los que se oponen”, indicó.
Los argentinos creían estar vacunados por la dictadura militar pero las vacunas tienen un periodo de protección y, pasado un tiempo, se desgastan. Una característica de la ultraderecha es la inmediatez, la anulación de todos los legados históricos. Hay un presente absoluto.
Alemán opina que “el orden simbólico de un país tiene que estar muy destruido para que discursos como el de Bullrich sea eficaz. Con lo que dijo Milei en el debate en otros países estaría preso, pero hay una gran destrucción simbólica de nuestro país».
«Se ha producido un enorme sector de la población que no tiene manera de leer la historia o no tiene puntos de anclaje. Me contaron que muchos presos votan a Milei, pero no por lo que dice, sino por las identificaciones que suscita el personaje anti-todo. El mundo simbólico ya no opera más, no está vigente», concluyó.
La dimensión mesiánica es una particularidad de estas elecciones. En los demás países, las ultraderechas están ligadas al catolicismo o las variantes protestantes, pero a Milei con sus metáforas de Moisés y del atravesamiento del desierto le da otro color. Lo que sorprendió es que en la campaña use el shofar que es un instrumento religioso judío. Como en el cambalache, la biblia junto al calefón:
«Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor/ Ignorante, sabio o chorro, pretencioso estafador/ Todo es igual, nada es mejor/ Lo mismo un burro que un gran profesor(…) Igual que en la vidriera irrespetuosa
de los cambalaches se ha mezcla’o la vida/ Y herida por un sable sin remaches/ Ves llorar la Biblia junto a un calefón»,, señalaba ya en 1935 Enrique Santos Discépolo en su «Cambalache».
Por Aram Aharonian
Periodista y comunicólogo uruguayo. Magíster en Integración. Creador y fundador de Telesur. Preside la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) y dirige el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
Carlos Saldes says:
Felipe, de algun modo es lo que se observa en Chile, cuando los republicanos y la derecha por ejemplo, se apropian de la Convención Constitucional, sabiendo que son una caterva de sinverguenzas aliados del gran empresariado, a quienes defienden a ultranza. Lo malo es que al interior del gobierno nos hemos encontrado con otra manga de sinverguenzas y ladrones (caso Fundaciones), que le están tendiendo la alfombra roja a Kast y sus esbirros…
decadencia de la sociedad chilena que en su mayoría tiene cultura de matinal, que los alimenta de mierda revenida y que se tragan con zapatos y todo…
Felipe Portales says:
Milei es un loco «de atar» que se hizo conocido en el programa «Animales sueltos» del periodista deportivo Alejandro Fantino en «América Noticias» en 2016, un canal de TV de derecha. Allí despotricaba -con su voz y estilo medio guturales- contra todo lo que oliera a «Estado de bienestar», partiendo por Keynes y todos los pensadores que se apartaran de su ultra extremismo liberal. ¡Abominaba de los impuestos en general considerándolos un robo remanente de la esclavitud! ¡También consideraba una aberración y un robo la idea misma de «justicia social»! ¡Y el Estado, por supuesto, sólo debía brindar seguridad y abandonar todo rol económico y social! De allí que no extrañe que postule hoy (¡ver en you tube!) la eliminación de TODOS los ministerios del ámbito económico, social y cultural. Lo que realmente extraña -y más que eso alarma- es el grado de decadencia de la sociedad argentina para que tal energúmeno tenga claras opciones de ser electo presidente de la República…