Estalla Palestina: ¿terminará la ocupación eterna de Israel?
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Los intercambios de disparos en las ciudades y comunidades de Israel que rodean Gaza continúan tras la infiltración de miembros de grupos armados palestinos en Israel. Los grupos armados palestinos en Gaza continuaron lanzando cohetes contra Israel. Al mismo tiempo, Israel continuó con los ataques aéreos, navales y terrestres durante toda la noche y la mañana.
En las primeras horas de la mañana del 8 de octubre, las autoridades israelíes evacuaron a miles de habitantes de 25 localidades que rodean la Franja de Gaza. A las 21:00, 123 538 palestinos ya habían sido desplazados. La evacuación coincidió con nuevos intercambios de disparos e infiltraciones de miembros de grupos armados palestinos en ciudades israelíes. Durante la noche del 8 de octubre, las fuerzas israelíes emitieron órdenes de evacuación a las comunidades palestinas en Gaza, lo que podría afectar a cientos de miles de personas a las que se les ha ordenado reubicarse en el centro de la ciudad de Gaza en medio de los continuos ataques aéreos y terrestres de las fuerzas israelíes y los disparos de cohetes por parte de grupos armados palestinos.
Los grupos armados palestinos en Gaza han disparado miles de cohetes y granadas de mortero contra Israel desde que comenzó la actual ronda de hostilidades el 7 de octubre.
Los ataques aéreos y los bombardeos israelíes han tenido como objetivo casas y edificios de apartamentos en Gaza. En algunos casos, se informó que edificios residenciales fueron atacados sin previo aviso para que los residentes fueran evacuados. En particular, cuatro grandes torres residenciales con varios pisos de unidades residenciales (Palestina, Al-Hashim, Wattan y Al Aklouk) en la ciudad de Gaza quedaron completamente destruidas.
Las hostilidades provocan desplazamientos internos. Más de 17.500 familias, compuestas por más de 123.538 personas, han sido desplazadas internamente en Gaza, principalmente debido al miedo, la preocupación por la protección y la destrucción de sus hogares. De los desplazados internos (PDI), la UNRWA estima que 73.538 personas se encuentran refugiadas en 64 escuelas, algunas de las cuales están designadas como refugios de emergencia. Los refugios de emergencia designados por la UNRWA en la Franja de Gaza se activaron para albergar a los desplazados y brindarles asistencia urgente.
Los cruces de Erez y Kerem Shalom permanecen cerrados debido a la escalada. Entre los que no pudieron salir se encontraban 130 pacientes remitidos y sus acompañantes con citas programadas en centros médicos de Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental, o en Israel. El cruce de Rafah con Egipto estuvo abierto hoy y permitió el cruce de 100 camiones cargados de alimentos, 30 camiones cargados de combustible y 70 camiones cargados de materiales de construcción.
En la tarde del 7 de octubre, las autoridades israelíes cesaron el suministro de electricidad a la franja de Gaza, reduciendo las horas de electricidad a 3 o 4 por día. La central eléctrica de Gaza es actualmente la única fuente de energía y podría quedarse sin combustible en unos días.
En Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental, los enfrentamientos con las fuerzas israelíes han persistido por segundo día consecutivo en múltiples lugares. Entre el 7 y el 8 de octubre, a las 21:00 horas, 13 palestinos, incluidos Las fuerzas israelíes mataron a un niño de 12 años en varias zonas de Cisjordania. Uno de los palestinos murió mientras atacaba o supuestamente intentaba apuñalar a un miembro de las fuerzas israelíes cerca de Al Lubban al Gharbiyeh (Ramallah). Otra persona murió a tiros durante un enfrentamiento armado entre palestinos y fuerzas israelíes cerca del puesto de control de Deir Sharaf (Naplusa). Los once palestinos restantes murieron durante manifestaciones de solidaridad con la Franja de Gaza y otros enfrentamientos con lanzamiento de piedras.
La Media Luna Roja Palestina informó que desde el 7 de octubre y hasta el 8 de octubre a las 12:00 horas, habían atendido 191 heridos palestinos en Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental, de los cuales 38 por munición real, 26 por balas de goma, 101 fueron tratados por inhalación de gas lacrimógeno, ocho por metralla y 18 fueron agredidos físicamente.
Los colonos israelíes hirieron a tres palestinos más; uno por munición real, otro por una bala de goma y un tercero fue apuñalado. El 7 de octubre, colonos supuestamente de Itamar atacaron a agricultores palestinos en Yanun (Naplusa), hiriendo a un agricultor y dañando cinco vehículos. Ese día, según informes, colonos de Esh Kodesh cerraron la carretera que conecta Qusra y Jalud (Naplusa), dispararon con munición real e hirieron a un palestino y al mismo tiempo prendieron fuego a tres salas agrícolas. Además, el mismo día, un palestino fue apuñalado y herido en Yasuf (Salfit) durante un ataque de colonos que implicó prender fuego a tres casas palestinas.
Las autoridades israelíes han seguido imponiendo múltiples restricciones de circulación, incluido el cierre de varios puestos de control y entradas a pueblos y ciudades de Cisjordania. Esto incluye el campo de refugiados de Shu’fat y la ciudad de Beit Iksa, ambos en Jerusalén, que permanecen cerrados por segundo día consecutivo, lo que restringe el acceso de más de 27.000 palestinos a servicios esenciales, incluida la atención médica. Además, las fuerzas israelíes cerraron todos los puestos de control que segregaban parte de la zona de Hebrón (H2) controlada por Israel del resto de la ciudad, impidiendo el movimiento de 7.000 residentes palestinos de la zona, incluido el acceso a servicios esenciales.
Estallido con antecedentes
El Relator Especial sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos, Michael Lynk, presentando su informe antes la 49ª sesión del Consejo de Derecho Humanos, había denuciado la escandalosa situación de apartheid en que los palestinos están obligados a vivir por causa de Israel, además del silencio flagrante de la comunidad internacional occidental, eternos ausentes de estos debates, juntos con Israel.
“Los últimos seis años, mientras me desempeñé como Relator Especial, han sido trascendentales con respecto a los acontecimientos en el territorio palestino ocupado que cubre mi mandato. Por desgracia, la mayoría de estos acontecimientos han sido desalentadores y una afrenta a nuestras normas internacionales de derechos humanos”, denuncia el Relator Especial sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos, Michael Lynk, presentando a su informe delante a los miembros del Consejo de Derechos Humanos.
En estos últimos 6 años ha habido varios períodos de violencia intensa y destructiva contra los palestinos bajo la ocupación del ejército israelí, con gran pérdida de vidas y propiedades, particularmente en Gaza durante la Gran Marcha del Retorno en 2018 y la breve guerra explosiva en Gaza en Mayo 2021.
La ocupación israelí, ahora en su 56° año sin que se vislumbre su final, se ha vuelto cada vez más arraigada y represiva, con una subida de violencia justo el año pasado.
En 2014, cuando colapsaron los últimos esfuerzos serios del proceso de paz, bajo la dirección del Secretario de Estado de los Estados Unidos, John Kerry, había 370.000 colonos israelíes viviendo en Cisjordania.
Hoy hay cerca de 480.000 colonos, un aumento del 23%. Agregue a eso los 230.000 colonos israelíes judíos en Jerusalén, y ahora hay 710.000 colonos israelíes, más del 10% de la población judía israelí, que viven en territorio ocupado en asentamientos que el Consejo de Seguridad de la ONU ha declarado como una «violación flagrante del derecho internacional».
En términos de la sociedad civil palestina y los observadores internacionales de derechos humanos, las noticias son igualmente desalentadoras. En octubre de 2021, Israel designó a seis organizaciones de la sociedad civil palestina como organizaciones terroristas y no ha rescindido este ataque, a pesar de las declaraciones consistentes de los estados miembros y donantes internacionales de que Israel no ha presentado evidencia convincente para respaldar sus afirmaciones.
Peor aún, Israel se ha negado a renovar las visas de varios funcionarios internacionales que trabajan en los Territorios Palestinos Ocupados (TPO) para la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, obligándolos a salir del país. Entre estas personas estaban la Alta Comisionada por los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, y el mismo relator especial, Michael Link. Esta injerencia injustificada en el trabajo legítimo de las Naciones Unidas son acciones inadmisibles por una democracia.
Un régimen de apartheid en el siglo XXI bajo el silencio de la comunidad internacional de Occidente
“El tema específico de mi 12º informe como Relator Especial aborda la cuestión de si las prácticas adquisitivas y represivas de Israel en el transcurso de su régimen de 56 años han pasado de ser una ocupación interminable a algo más oscuro, más duro y más siniestro”, declara Michael Link. “En los últimos años y meses, distinguidas voces han llegado a la conclusión de que los hechos inexorables de la ocupación de Israel: la incesante confiscación de tierras, los asentamientos exclusivos para judíos en constante expansión, el sistema legal dual, la gran brecha en las condiciones de vida entre los colonos israelíes y los palestinos que viven entre ellos, la gran separación de los derechos políticos; equivale a, o se asemeja, al apartheid”.
En efecto, esta equivalencia no es nueva: el exsecretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, escribió en 2021 que la “dominación estructural y la opresión del pueblo palestino por parte de Israel a través de la ocupación indefinida… podría decirse que constituye apartheid”.
La ministra de Relaciones Exteriores de Sudáfrica, Naledi Pandor, habló en 2022 sobre la “…significativa consternación de su país por las continuas prácticas de apartheid de Israel contra el sufrido pueblo de Palestina”. En ese entonces, no solamente Israel sino que los “democrático” países occidentales de la Unión Europea o Estados Unidos, se han opuesto a esas afirmaciones. Pero, los occidentales se equivocaban, y Link lo confirma: se trata de apartheid, no hay dudas.
Aplicando la prueba aceptada de tres partes tomada de la Convención de las Naciones Unidas contra el Apartheid de 1973 y el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional de 1998, el Relator Especial ha llegado a la conclusión de que el sistema político de gobierno arraigado en el territorio palestino ocupado satisface el estándar probatorio prevaleciente para la existencia del apartheid.
Primero, se ha establecido un régimen institucionalizado de opresión y discriminación racial sistemática. Los judíos israelíes y los árabes palestinos en Jerusalén Este y Cisjordania viven sus vidas bajo un régimen único que diferencia su distribución de derechos y beneficios de la base de la identidad nacional y étnica, y que asegura la supremacía de un grupo sobre, y en detrimento del otro. Las diferencias en las condiciones de vida y los derechos y beneficios de la ciudadanía son marcadas, profundamente discriminatorias y se mantienen a través de la opresión sistemática e institucionalizada.
En segundo lugar, este sistema de dominio extranjero se ha establecido con la intención de mantener el dominio de un grupo étnico-nacional-racial sobre otro. Los líderes políticos israelíes, pasados y presentes, han declarado en repetidas ocasiones que tienen la intención de mantener el control sobre todo el territorio ocupado con el fin de ampliar los bloques de tierra para el presente y futuro asentamiento judío mientras confina a los palestinos a las reservas de población con barricadas. Bajo este sistema particular, las libertades de un grupo están indisolublemente ligadas a la subyugación del otro.
Y tercero, la imposición de este sistema de discriminación institucionalizada con la intención de dominación permanente se ha construido sobre la práctica habitual de actos inhumanos. Ejecuciones arbitrarias y extrajudiciales. Tortura. Las muertes violentas de niños. La negación de los derechos humanos fundamentales. Un sistema judicial militar fundamentalmente defectuoso y la falta de debido proceso penal. Detención arbitraria. Castigo colectivo. Las desesperadas condiciones de vida en Gaza. La repetición de estos actos durante largos períodos de tiempo, y su respaldo por parte de la Knesset y el sistema judicial israelí, indica que no son el resultado de actos aleatorios y aislados, sino parte integral del sistema de gobierno de Israel.
“Esto es apartheid. No tiene algunas de las mismas características que se practican en el sur de África; en particular, mucho de lo que se ha llamado “pequeño apartheid” no está presente. Por otro lado, hay características despiadadas del gobierno de «aislamiento» de Israel en el territorio palestino ocupado que no se practicaron en el sur de África, como carreteras segregadas, altos muros y extensos puestos de control, una población atrincherada, ataques con misiles y bombardeos de tanques contra un población civil y el abandono del bienestar social de los palestinos en manos de la comunidad internacional. Con los ojos bien abiertos de la comunidad internacional, Israel ha impuesto a Palestina una realidad de apartheid en un mundo posterior al apartheid”.
¿Por qué nunca sancionar a Israel?
El relator especial no olvidó uno de los temas más importantes y descuidados relacionados con la ocupación israelí de Palestina: la notable falta de voluntad de la comunidad internacional para imponer medidas de rendición de cuentas a Israel por su ocupación permanente, que se ha llevado a cabo tanto en absoluto desafío al derecho internacional y con los ojos bien abiertos de la comunidad internacional.
De hecho, hasta el momento, el Consejo de Seguridad de la ONU ha adoptado más de 30 resoluciones en los últimos 50 años que critican a Israel y su ocupación. La Asamblea General y el Consejo de Derechos Humanos han adoptado cientos de resoluciones más.
Es sabido que los asentamientos israelíes son ilegales, que la anexión es ilegal, que la negación de la autodeterminación palestina es ilegal, que los abusos contra los derechos humanos son moneda corriente, que el Cuarto Convenio de Ginebra se aplica en su totalidad, que ninguna de estas innumerables resoluciones ha sido obedecida, y no se ha impuesto nada a Israel para que cumpla con el orden internacional basado en reglas.
“Seamos claros: el problema con respecto a Palestina y los foros de las Naciones Unidas nunca ha sido que la ONU apruebe demasiadas resoluciones, sino que hace muy poco para hacer cumplir cualquiera de estas resoluciones”, denunció Michael Link.
“De hecho, no estaría hoy aquí frente a ustedes entregando un informe sobre cómo una ocupación implacable se ha convertido en metástasis en el apartheid, si la comunidad internacional se hubiera tomado en serio sus propias leyes hace 45 y 35 años cuando el Consejo de Seguridad y la Asamblea General comenzaron a adoptar la primera de sus muchas resoluciones críticas con la ocupación israelí. El derecho internacional no pretende ser un paraguas que se pliega al primer indicio de lluvia. Si la comunidad internacional hubiera acompañado estas resoluciones con firme responsabilidad y consistencia hace décadas, de la misma manera que lo está haciendo hoy con la invasión y ocupación de Ucrania, entonces probablemente habríamos tenido una resolución justa y duradera para la Cuestión de Palestina muchos años atrás y nadie tendría que estar hablando de apartheid hoy” concluye Link.
Desafortunadamente, no solamente siguen en esa represión, tanto política como económica (ver: https://www.elclarin.cl/2020/02/19/onu-publica-lista-negra-de-empresas-instaladas-en-territorio-palestino-ocupado/), sino que, frente a los hechos ocurridos en estas últimas semanas, la mayoría de la prensa y de la opinión pública se tira del lado de Israel.
Ilsita says:
No tiene solución cuando la meta es del Tigris al Eufrates, aún deben pasar por Libano para llegar a Irak.
Gino Vallega says:
La comunidad occidental judeo-cristiana AMA EL APARTHEID contra los palestinos y seguro las casas de juego británicas lo apoyan con entusiasmo mientras queden palestinos vivos a matar. Recuerdo en la antigua biblia, la salida del pueblo de Israel de Egipto hacia sus tierras, trayecto en el cual eliminaron fisicamente a todos los pueblos que encontraron en su terrorífico camino. Atroz destino de un pueblo.