Poder y Política

Piñera insiste en su delirante teoría de un «golpe de Estado no tradicional» contra su gobierno: ahora con el ABC de España

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El expresidente Sebastián Piñera ha vuelto a hacer hincapié en su delirante y muy particular afirmación de que su gobierno sufrió un «golpe de Estado no tradicional» durante el estallido social de 2019. En entrevistas tanto con la Radio Mitre de Argentina como con el diario español ABC, Piñera ha mantenido esta perspectiva, aunque la generalidad de los analistas y observadores chilenos la considera un delirio. En lugar de un golpe de Estado, lo que ocurrió en 2019 fue una revuelta popular en contra de su gobierno y del modelo neoliberal como todo el mundo sensato considera.

 

Según Piñera, durante las manifestaciones de 2019, se desató una ola irracional de violencia criminal que resultó en la destrucción de bienes públicos y privados, incluyendo escuelas, hospitales, iglesias y la infraestructura del Metro de Santiago. El expresidente critica la ambigüedad de la izquierda en relación con la violencia, afirmando que no condenó claramente estos actos y que, en algunos casos, la toleró e incluso la justificó.

Piñera argumenta que hubo un intento de derrocarlo democráticamente, aunque reconoce que este intento fracasó. Sostiene que la democracia estuvo en grave riesgo en dos ocasiones cuando los manifestantes intentaron tomar el Palacio de La Moneda y quemar edificios emblemáticos.

La «Guerra» contra la violencia




El expresidente se defiende de su famosa frase durante el estallido social: «estamos en guerra contra un enemigo poderoso». Afirma que esta declaración se refería a la lucha contra la violencia criminal, no contra el pueblo chileno. Piñera distingue entre las manifestaciones pacíficas, que considera legítimas, y la violencia irracional y condenable.

La situación actual de Chile con Gabriel Boric

Piñera critica la dirección actual de Chile bajo el gobierno de Gabriel Boric. Lo describe como un país en un mal camino, con malas ideas, mala gestión y malos resultados. Señala tres problemas principales: la falta de un sentido de misión compartida, problemas de seguridad interna y estancamiento económico. A pesar de estos desafíos, Piñera ve oportunidades en Chile, como las energías renovables, la minería y la agricultura, que podrían impulsar la economía del país en el futuro.

 



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