Chile: desmontando la verdad histórica
Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 25 segundos
La hija de Frei Montalva, Carmen Frei Ruiz-Tagle, declaró en 2013: “Nunca un general de esa época acusó a la democracia cristiana de haberlo impulsado al golpe y después de haberlos traicionado. Nosotros no conspiramos contra el gobierno constitucional […]. Las causas del golpe hay que buscarlas en el partido socialista y en la ultraizquierda”. Y en 2010, Sebastián Piñera, achaca a la UP el desenlace dado la “larga y penosa agonía de los valores de la sociedad chilena –donde– el gobierno de la UP reiteradamente quebrantó la legalidad y el estado de derecho en Chile […]”. Ideólogos de todos los colores afirman que la UP fracasó y fue derrotada ideológica y políticamente, por su carencia de convicciones democráticas. El 11 de septiembre de 1973, los golpistas circularon un apócrifo Plan Z de autogolpe que “comenzaría con la eliminación física, por comandos terroristas, de altos oficiales de las fuerzas armadas, y de Carabineros, así como de dirigentes políticos y gremiales opositores […]”.
La UP ni fracasó ni fue derrotada
Pese a la verdad histórica, la UP ni fracasó ni fue derrotada. El 4 de septiembre de 1970 obtuvo 36.4 por ciento de los votos y en las parlamentarias de 1973, con un proceso desestabilizador en marcha, llegó a 44. La UP tenía el respaldo popular; Allende, legitimidad y su liderazgo se agigantaba a escala internacional. Científicos sociales, socialdemócratas, democristianos, ex marxistas, ex comunistas, defensores del gobierno de Boric, unen esfuerzos para mantener la verdad histórica. A Boric le vendría bien recordar a Allende: En 1938, luchábamos por ser la izquierda de un régimen y de un sistema. En 1970 no luchamos por ser la izquierda de un régimen capitalista, luchamos por sustituir el régimen capitalista
.
A 50 años del golpe, los gobiernos posdictadura han mantenido el discurso de la reconciliación. Sebastián Piñera: “El pasado ya está escrito. Podemos recordarlo, estudiarlo y discutirlo, pero ya no podemos cambiarlo. […] Invito a mis compatriotas a recordar y conmemorar en forma pacífica y reflexiva este cuadragésimo aniversario del golpe militar de 1973, con un verdadero sentido de unidad, nación y futuro”. En 2003, Ricardo Lagos declaraba: “Las últimas palabras del presidente Allende no fueron expresiones de cólera, menos de resentimiento. […] Los chilenos debemos hacerlas nuestras para construir ese futuro”. Y Aylwin, en 1990, ante la tumba de Allende: “Al rendir juntos homenaje póstumo al gobernante de quienes unos fueron seguidores y otros fuimos adversarios, reconocemos nuestra común identidad y expresamos nuestra voluntad de privilegiar el futuro de la patria, que nos exige unirnos por sobre las disputas que en el pasado nos separaron […]. Debo decirlo con franqueza: si se repitieran las mismas circunstancias, volvería a ser decidido opositor. […] Muchas fueron las causas de la crisis que sufrimos. Pero, así como ayer nos culpábamos de ella unos a otros, hoy hemos asumido –cual más cual menos– las responsabilidades que nos corresponden y, sobre todo, hemos aprendido de los errores que todos cometimos, para encaminarnos, con firme decisión, a superar el pasado doloroso, reconciliarnos y construir en conjunto el porvenir”. Y ¿cuáles serían esas circunstancias? Dejemos la palabra a Aylwin (24 de septiembre de 1973): “Tenemos el convencimiento –se refiere a la democracia cristiana– de que la llamada vía chilena al socialismo, que empujó y enarboló como bandera la UP estaba rotundamente fracasada, y eso lo sabían la UP y Allende, y por eso ellos se aprestaban a través de la organización de milicias armadas, muy fuertemente equipadas que constituían un verdadero ejército paralelo, para dar un autogolpe y asumir por la violencia la totalidad del poder, en esas circunstancias, pensamos que la acción de las fuerzas armadas simplemente se anticipó a ese riesgo para salvar el país de caer en una guerra civil o tiranía comunista”.
La verdad histórica fue la puerta de entrada para limpiar de sangre las manos de los verdaderos responsables: la derecha, la democracia cristiana, los militares traidores y la dupla Nixon-Kissinger. Desde Aylwin hasta Boric, todos los presidentes viven una mentira para justificar la traición y su apego a la economía de mercado.
Por Marcos Roitman Rosenmann
Las opiniones vertidas en esta sección son responsabilidad del autor y no representan necesariamente el pensamiento del diario El Clarín
Renato Alvarado Vidal says:
Los que buscan justificar el golpe siempre omiten el «pequeño detalle» de que la decisión de La Casa Blanca de liquidar al Gobierno chileno fue tomada ANTES de que el Presidente Allende siquiera asumiese el cargo, es decir antes de que siquiera hubiese tenido oportunidad de cometer errores o lograr aciertos.