50 años del Golpe Portada Textos destacados

A 50 años de la detención de la marinería antigolpista

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Al cumplirse 50 años de la detención y tortura de los marinos antigolpistas, quienes con el objeto de defender el gobierno democrático y constitucional de la Unidad Popular se opusieron y denunciaron el golpe de Estado que fraguaba la oficialidad de la Armada el año 73, , el martes 29 de agosto del 2023 se realizó un acto en el Parque Cultural de Valparaíso (ex Cárcel Pública) donde se entregaron antecedentes y testimonios respecto a estos hechos. En esta ocasión estuvieron presentes como expositores los ex marinos antigolpistas Luis Aguirre, Luis Jorquera y Mariano Ramírez. También participaron en esta actividad de memoria y resistencia el académico Mario Sobarzo y el abogado de derechos humanos Hugo Gutiérrez. La conducción y moderación de este evento estuvo a cargo del dirigente sindical de los trabajadores portuarios Pablo Klimpel.

Durante la introducción de esta actividad, Erick Fuentes, Director Ejecutivo del Parque Cultural expresó que “como institución estamos dando una lucha para recuperar la memoria de este lugar, por eso es muy importante este hito que se está realizando acá, toda vez que los marinos antigolpistas son los primeros presos políticos que llegan a este sitio antes que se inicie la dictadura (…) en este contexto, el 11 de septiembre, en esta misma ex cárcel, a las 9 de la mañana sacan a los marinos presos delas celdas a culatazos, los ponen contra la pared de un patio de la cárcel, frente a un pelotón de fusilamiento. La verdad es que la historia de este lugar está incompleta sin el testimonio de estos compañeros que hoy están acá y es un acto de justicia que esto sea reconocido públicamente”.

Con posterioridad a la intervención de Erick Fuentes, se proyectó un video en homenaje a los marinos antigolpistas, y Pablo Klimpel, dirigente sindical, presidente del Sindicato de Estibadores  Portuarios de Valparaíso, hizo un relato en donde expresó que “haciendo un contexto de lo que pasaba con los trabajadores marítimo portuarios cuando fue el golpe de Estado, después del 11 de septiembre, el día 13 de septiembre los infantes de marina estaban afuera del Sindicato de Estibadores que está en el barrio puerto y enviaron a todos los estibadores a la casa, tomaron detenidos a varios, los golpearon en las inmediaciones del puerto y la gobernación marítima. En el molo de abrigo que está acá en Valparaíso los buques Lebu, el Maipo, de la Compañía Sudamericana de Vapores, recibían presos políticos, muchos de ellos torturados y/o desaparecidos. El ex presidente del Sindicato de Profesionales Estibadores Marítimos, Wenceslao Moreno, quedó de agregado laboral en Estados Unidos y la FEMACH, l Federación de Estibadores Marítimos de Chile, que agrupaba a todos los sindicatos de estibadores a nivel nacional, regalaron sus trasmisores a la Junta Militar, ya que hicieron un pacto con la dictadura de Pinochet, para que Pinochet no les quitara sus derechos laborales y este pacto duró hasta el año 81. El presidente de la federación, Martín Bustos, viajó a Ginebra, el año 74, para desmentir el golpe de Estado en Chile, así como la prisión política y la tortura. Pinochet estaba muy complicado porque había un boicot de las naves chilenas en el extranjero y para evitar ese boicot el presidente de la federación viajó a Ginebra a desmentir lo que ocurría acá en Chile, bajo un pacto con Pinochet (…) Esta es una historia que para nosotros como sindicato no es agradable contarla, pero es parte de la memoria histórica …”

Luego se dio paso a los testimonios de los marinos antigolpistas presentes en este Foro. En primer lugar, intervino Luis Aguirre manifestando lo siguiente:

“El movimiento de la marinería antigolpista fue un movimiento bien heterogéneo que se desarrolló en diferentes tiempos, en diferentes reparticiones, con diferentes niveles de preparación y sin ninguna orgánica prácticamente. El motivo principal que nos llevó a defender el gobierno de la Unidad Popular fue que tuvimos un profundo sentido de clase en una institución que es la más clasista de todas las Fuerzas Armadas. Al ver nosotros a la oficialidad reaccionando negativamente al triunfo de Allende nos hizo, instintivamente, ponernos al lado de la clase trabajadora. Eso es lo que nos ha guiado a tomar las decisiones que tomamos a esa corta edad. Yo en ese tiempo tenía 21 años. Y eso fue, como les digo, por un instinto de clase. No teníamos mayor preparación política, sino que tuvimos el deber, instintivo de nuevo, de denunciar los preparativos del golpe de Estado. Nosotros le llamamos gente de mar a los que no son oficiales en la marina y provenimos de los estratos más humildes de la sociedad chilena. Eso es lo que quisiera resaltar en este momento.”

 

 

 

Después de esta intervención, se proyectaron una serie de pequeños videos, con saludos enviados desde el extranjero por varios marinos antigolpistas, entre ellos Víctor Martínez y Jaime Salazar (Estados Unidos); Roberto Fuentes (Suecia); Rodolfo Claros (Bélgica) y Óscar Carvajal.

Luego se ofreció la palabra al ex marino antigolpista Luis Jorquera, quien entregó el siguiente testimonio:

“Me gustaría referirme al origen, de dónde salió este movimiento antigolpista, cómo se formó, cuáles fueron los motivos. Hay aspectos muy desconocidos, que no los menciona la historia oficial, menos se hace referencia en la Armada acerca de esto. El golpe de Estado, a mi modo de ver, comenzó antes de que Allende asumiera el poder. En el año 70, en octubre, el crucero Prat estaba amarrado al molo y ahí se efectuó una reunión de los altos oficiales, que ya venían planeando cómo deshacerse de Allende, que había obtenido la primera mayoría, pero que ellos no lo querían para nada, por motivos que todos conocemos, o por lo menos presentimos. El tema fue resuelto de la siguiente manera: ellos en esa reunión, en la cual participó un señor que fue locutor de una radio de acá de la zona, Gustavo Lorca Valenzuela, él estuvo presente en esa reunión y decidieron que para provocar un iterregno, es decir, un caos social, político, económico y de todo tipo, lo más favorable para ellos, o mejor dicho la línea que trazaron, fue secuestrar al Comandante en Jefe del Ejército, al general Schneider. Todos sabemos que el resultado no fue el esperado, porque Schneider murió. El plan original consistía en tomarlo prisionero y llevarlo a un lugar inaccesible, que queda en el fondo de Limache con Colliguay, que es el fundo de la familia Matte Alessandri. Ese mismo terreno se le fue concedido a la Armada para que ahí pusieran su Campo de Prisioneros, que fue llamado Melinka o Isla Riesco, donde muchos de nosotros estuvimos. Una vez perpetrado el crimen de Schneider, desde la Base Aeronaval El Belloto, esto lo cuento porque yo estaba en El Belloto, salió un avión, un piper navajo me acuerdo, bimotor, con uno de los imputados del crimen del general, un señor de apellido Bulnes, Bulnes Cerda si no me equivoco, y se lo llevaron al Perú sin dejar ningún registro. Si se buscan los registros de vuelo de esa época ese avión no aparece por ningún lado.

Dentro de la marinería empezamos a ver la actuación, que ya no era solamente retórica, sino que eran efectivamente acciones deliberadas de terrorismo la considerábamos, porque no hay terrorismo, porque fue un magnicidio el crimen del general. Cuando empezamos a ver toda la colusión que existía con la intención de que Allende no asumiera como presidente, el resultado fue totalmente diferente, Allende fue designado como Presidente de la República, pero los golpistas de la Armada no se quedaron tranquilos. En esa época, a nosotros nos empezaron a hacer instrucción especial. Una por el Capellán Opus Dei que teníamos, quien nos explicaba que teníamos que tener una obediencia ciega hacia el alto mando, sin deliberar, sin cuestionar, solamente actuar de acuerdo a lo que los jefes nos iban a decir, nadie hizo referencia al juramento que habíamos hecho cuando recibimos las armas que consistía en que iban a ser utilizadas para defender la patria, y la patria la entendíamos como un territorio con gente, con la nación entera, con sus recursos, etcétera, sino que era obedecer ciegamente al jefe, dijera lo que dijera. Además, teníamos un capitán, que era el Jefe de Inteligencia, que semanalmente nos hacía una conferencia donde nos hablaba de los horrores de la economía socialista, nos hablaba de la aberración que era la ENU, que era el sistema educacional que había propuesto Allende, nos hablaba de los extremistas, que estaba apareciendo aquí poco menos una patota de castristas  que pretendían convertir a Chile en una Sierra Maestra, entonces, que era muy necesario efectuar, y aquí viene lo terrible de todo, efectuar el Plan Yakarta. Nosotros, de 20 años, 22 años, no teníamos idea qué era el Plan Yakarta. Nos enteramos que eso consistía justamente en eliminar todo lo que fuera o tuviera una tendencia de izquierda. Por el solo hecho de ser partidarios del gobierno iban a ser considerados como enemigos internos, por lo tanto, nos comenzaron a aleccionar contra el enemigo interno.

Con nuestros compañeros comentábamos estos casos, naturalmente que teníamos que hacerlo en un ambiente muy acotado. Yo hablaba esto solamente con mis amigos, con los que yo tenía una gran confianza, que eran 4 o 5. Lo mismo sucedía con otros y nos dimos cuenta que existían grupos afines, es decir, probablemente muchos tenían diversas razones para actuar contra el golpe, unos era por adhesión al juramente que habían hecho de defender la Constitución y las leyes, otros era porque estaban entusiasmados con el desarrollo político, económico, que llevaba el presidente Allende y otros, no sé cuántos serían, sencillamente por bronca con los oficiales.

Esa es más o menos la trayectoria nuestra, hasta que nos dimos cuenta que nuestros grupos, que eran tipo células, éramos 4 o 5 nada más, supimos que en las unidades a flote y en las escuelas de la Armada, también había sucedido un fenómeno semejante y vino el momento en que nos empezamos a comunicar unos con otros, hasta la reunión conocida como la “reunión de los pingüinos”. Se llama “los pingüinos”, porque había un bar por aquí que se llamaba “Los Pingüinos” y un día decidimos que del Belloto va a ir uno a la reunión, del Prat va a ir otro, de los otros buques también, de los destructores y de las escuelas. Ahí se efectuó la reunión de “los pingüinos” donde se iba a decidir qué actitud íbamos a tomar nosotros los marineros antigolpistas, sí íbamos a actuar antes del golpe de Estado, o en el momento mismo del golpe, Estábamos en eso cuando fuimos detectados y nos hicieron prisioneros. Por ejemplo, yo fui preso el día 16 de junio del 73, los otros compañeros de la escuadra fueron en julio, por ahí por el 6 de julio. En ese momento pasamos de ser los marineros antigolpistas, que estábamos proponiendo un modo de salvar la institución del gobierno, pasamos a ser prisioneros políticos, porque nos acusaron de sedición y de ahí viene toda la historia conocida, pero quise relatarles el inicio, para que ustedes vean de dónde viene todo este cuento.”

Continuando con la actividad, Elizabeth Moraga, documentalista, presentó el tráiler de su trabajo audiovisual titulado “La Defensa”, centrado en los marinos antigolpistas, en el cual ha trabajado durante 10 años para, según nos dice, “contar la historia de unos héroes anónimos que intentaron hacer lo imposible enfrentando al poder, siendo muy jóvenes, lo perdieron todo, sobrevivieron y que, a pesar del acto de hoy día, suelen ser bastante olvidados e invisibilizados. De eso se trata mi película”.

Luego intervino a nombre de la Editorial Quimantú el académico Mario Sobarzo para presentar el libro “Naufragio”, escrito por el ex marino antigolpista Carlos Tortín García, exponiendo que “el momento actual es un momento de urgencia, nos encontramos en un momento en que un reformismo se ha ido instalando y una de las formas en que ha abordado los 50 años es desde las perspectivas de las víctimas, que no es una perspectiva que esté equivocada ni que esté mala, pero que es insuficiente, porque si bien las víctimas son una parte de lo que fue el proceso de la dictadura, también está el proceso de la resistencia, el proceso de la construcción, del compañerismo, de la solidaridad, la camaradería, lo que fue la construcción de los 50 años, porque los mil días de la Unidad popular no tendrían sentido si durante estos 50 años no hubiera habido resistencia de muchas formas (…) Por eso un libro como este no es solo con respecto al pasado, sino con respecto al presente, un libro para recordarnos que todavía tenemos la posibilidad de construir (…) las luchas no se han terminado, la experiencia, la unidad de clase, la construcción y la reivindicación de las luchas populares no se terminó el año 73, sino que hoy día sigue viva y si seguimos acá después de 50 años es porque todavía tenemos esperanza.”

Carlos García, también un ex marino antigolpista, se conectó en forma directa a través de video conferencia para enviar un saludo y “rendir un homenaje a los compañeros ex marinos que se quedaron en Chile a luchar y dos de ellos murieron en combate, que son Ernesto Zúñiga y Alberto Salazar; también recordar al compañero Víctor López”. Respecto del libro “Naufragio”, de su autoría, agregó que “la historia de los marinos tiene mucho que ver con la proyección que tenía el proceso de emancipación de aquella época de la Unidad Popular y el libro abarca una parte de aquella historia. La decisión de contar una historia tiene mucho más valor cuando la escriben los mismos protagonistas. Algunos ex marinos hemos asumido esa tarea y como protagonistas de aquella historia decidimos relatarla y también participar junto a historiadores en la reconstitución de aquella historia. El libro “Naufragio” se relaciona con el proceso político que se vivió en aquel período, para desembocar después en la detención de los marinos y su paso por cuarteles de la Infantería de Marina, Campos de Concentración, la cárcel, dejando un paréntesis, un espacio de suspenso, porque después la lucha continúa contra la dictadura. Hay marinos que se fueron al exilio, hubo un grupo de marinos que nos quedamos en Chile, hubo otros marinos que después del exilio volvieron, hay todo un entramado de experiencias que no están escritas en este libro, pero sí forman parte de aquella historia (…) Este libro es una novela, es una historia novelada que tiene que ver con la memoria del grupo de marinos antigolpistas y que cuenta principalmente la historia de Talcahuano, la experiencia que vivimos un grupo de marinos en Talcahuano y menciono de pasada lo que ocurrió en Valparaíso (…) hemos sido protagonistas de aquella historia y la contamos desde el punto de vista del protagonista.”

Por otra parte, hizo uso de la palabra Hugo Gutiérrez, como abogado de derechos humanos y representante legal del ex marino antigolpista Carlos García, quien manifestó “aquí estamos para homenajear a los marineros antigolpistas, a héroes anónimos, jóvenes valientes que se atrevieron a hacer algo que era muy difícil poder hacerlo, atreverse a denunciar que venía un golpe de Estado, con todos los riesgos que significó para sus vidas (…) Carlos García me llama el 21 de mayo de este año y me pide que sea su abogado, para que me hiciera cargo de su causa, una querella que él presentó, junto con otros marinos, en la Corte de Apelaciones de acá de Valparaíso (…) Después de leer el expediente me atiborré de datos que no conocía (…) los marinos antigolpistas fueron condenados por sedición, los marinos antigolpistas que le avisaron al gobierno del presidente Salvador Allende que venía un golpe de Estado y no les creyeron, pero no solo no les creyeron, sino que además presentaron un requerimiento en contra de ellos por  Ley de Seguridad Interior del Estado y ese requerimiento lo presentó el gobierno del presidente Allende. El requerimiento lo presentó, en ese tiempo, el Intendente Provincial de Valparaíso, a instancias del Ministro del Interior, que en ese entonces era Carlos Briones. La Marina no podía juzgarlos a ellos por sedición, la Armada no podía juzgar a los marinos antigolpistas por sedición, solo podía hacerlo por el delito de incumplimiento de deberes militares, cuya penalidad era muy baja y ellos tenían necesidad de condenarlos a penas altas y para condenarlos a penas altas necesitaban el requerimiento del gobierno; así se presentó el requerimiento y fueron juzgados por sedición (…) Aunque parezca extraño que una sentencia ejecutoriada pueda quedar sin efecto, la misma autoridad que presentó el requerimiento puede desistirse de ella, porque esto es posible cuando se trata de la Ley de Seguridad del Estado, porque en el Artículo 27, letra Ñ dice que en cualquier tiempo se puede desistir la autoridad que presentó el requerimiento, no importa que las personas se encuentren condenadas. Esa es la idea que estoy desarrollando y eso es lo que he solicitado (…) Carlos está fuera del país porque está con una pena de extrañamiento por 40 años, porque él es de los marinos que se quedó en Chile y combatió a la dictadura fascista. Carlos fue encarcelado, pasó más de 10 años privado de libertad y durante el gobierno de Aylwin le conmutaron la pena por 40 años de extrañamiento…”

Con la intervención del abogado Gutiérrez se dio por finalizada esta actividad conmemorativa, sin que las personas que acudieron al acto pudieran realizar preguntas o establecer un debate para profundizar los temas, como estaba programado originalmente, debido a que el estricto horario institucional del Parque Cultural no lo permitió.

Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso 29 agosto 2023

 

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