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Proyecto Lebu: un trozo itinerante porteño de memoria y resistencia contra el olvido

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El Proyecto Lebu -exposición que comprende la maqueta de la cárcel flotante, registros audiovisuales, testimonios y otros materiales de archivo y memoria- recaló ayer jueves en el Museo Histórico-Arqueológico de la ciudad de Quillota, donde permanecerá a disposición de la ciudadanía entre el 10 y 27 de agosto.

Desde el lanzamiento del proyecto el 11 de diciembre del 2021 en la ex cárcel de Valparaíso, el Proyecto Lebu se ha transformado en un trozo de memoria itinerante, en un ejercicio pedagógico vivo de memoria histórica y resistencia en contra del olvido.

Durante su navegación ha recorrido, hasta la fecha, distintos lugares y espacios públicos, entre ellos podemos mencionar el Edificio Consistorial de la Municipalidad de Valparaíso, las comunas de La Ligua, Petorca, Limache, Quillota y el Museo de la Memoria de Santiago. La navegación por las aguas de la memoria, después de su permanencia hasta fines de agosto en el Museo Histórico Arqueológico de Quillota, continuará por las ciudades de Viña del Mar, Villa Alemana y Quilpué, para finalizar en diciembre el itinerario de este año recalando nuevamente en la ciudad de Valparaíso, mes en que este proyecto cumplirá dos años de activa movilización por la memoria histórica de resistencia popular contra el olvido.

Para las porteñas y porteños el Buque Lebu constituye un símbolo muy potente de lo que fue el golpe de Estado y la brutal represión desatada en contra de los luchadores y luchadoras sociales que apoyaban el proyecto transformador impulsado por el gobierno de la Unidad Popular encabezado por el presidente Salvador Allende, puesto que en esta maqueta de la cárcel flotante se expresa de manera concreta la complicidad civil-militar de esta acción contra revolucionaria ejercida en contra del pueblo chileno. El barco Lebu, perteneciente a la Compañía Sudamericana de Vapores, fue cedido por sus dueños a la Marina para que esta rama de las fuerzas armadas lo utilizara como centro de represión y tortura, junto a otras naves pertenecientes a la misma compañía empresarial como fueron el Andalién y el Maipo.




La Armada de Chile fue la gestora y promotora principal del golpe de Estado, y fue precisamente en Valparaíso donde se inició el 11 de septiembre de 1973 esta acción subversiva y antidemocrática en contra del gobierno encabezado por el presidente Salvador Allende.

Normalmente las imágenes más potentes que se difunden cuando se realiza cualquier programa sobre el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 son las de La Moneda bombardeada y el Estadio Nacional con sus prisioneros en las galerías, que, aunque son símbolos demostrativos y extraordinariamente impactantes de la barbarie desatada por la Fuerzas Armadas y de Orden en contra de chilenos y chilenas, constituyen una visión centrada solo en Santiago, en la capital del país, pero esto deja totalmente de lado imágenes tan potentes y simbólicas como las relacionadas con lo que ocurrió en las principales ciudades, en las distintas provincias, localidades y rincones de nuestro país. De alguna manera, esta muestra itinerante de memoria y resistencia, viene a romper con esta visión centrista y parcial, lo que le agrega un elemento importante adicional a la misma.

Ayer jueves 10 de agosto decenas de personas acudieron a mediodía hasta el Museo Histórico-Arqueológico de la ciudad de Quillota para participar en la ceremonia de inauguración de la exposición, actividad en la que participaron miembros de organizaciones sociales y de derechos humanos de la ciudad de Quillota, junto a autoridades locales, representantes del Parque Cultural de Valparaíso e integrantes del Colectivo Proyecto Lebu.

A nombre del Parque Cultural de Valparaíso hizo uso de la palabra Cybill Muñoz García, Jefa del Departamento de Patrimonio, Memoria y Derechos Humanos, quien en parte de su intervención manifestó que “luego de exponer acá, seguiremos itinerando en diferentes lugares de la región, (…) continuaremos por Viña del Mar, Quilpué, Villa Alemana, y finalizaremos en diciembre en  Valparaíso (…) La itinerancia de esta exposición es relevante porque es un trabajo propio de la comunidad (…) a partir de una memoria colectiva se va recreando un lugar del que no queda hoy huella material. Desde un testimonio oral se reconstruye este espacio de represión, resistiendo el olvido y la impunidad que vive hoy el país. A 50 años del golpe militar creemos que es importante hacer este ejercicio, que es un ejercicio significativo con el que aportamos a promover los derechos humanos en función de las problemáticas que tenemos en el presente”.

Por otro lado, a nombre de la Agrupación Cultural Antonio Llidó de Quillota, su representante, Lautaro Correa entregó “un saludo a este ejercicio de memoria histórica”, destacando las características comunitarias y sociales de este trabajo, por lo que, para ellos como organización de derechos humanos, “es muy bueno que el Lebu pueda seguir navegando (…) Así como el Lebu, La Esmeralda, el Andalién y el Maipo fueron cárceles flotantes de prisión y tortura, hubo miles de centros más de detención y tortura en el país. Este es un ejercicio muy necesario, ya que mucha gente en el país ha intentado que tengamos amnesia, que demos vuelta la página y que olvidemos todo. Y las violaciones a los derechos humanos no se pueden olvidar, porque se trata de crímenes de lesa humanidad que son imprescriptibles…”

 

Posteriormente, Elizabeth González Altamirano, colaboradora del Proyecto Lebu, leyó un emotivo y potente poema de su autoría, luego de lo cual, su hermano Rolando González, quién estuvo preso en el Lebu, entregó su testimonio, en parte del cual expresó: “(…) Yo estaba en la bodega 4, éramos muchos, recuerdo todavía que hacía frío, y nosotros pensábamos que a todos los que estábamos ahí nos iban a matar. Por ese escribí ese testimonio titulado “Otro Día Más”, porque lo único que queríamos es que nos dieran otro día de vida (…) Desde la bodega 4 nos sacaban, nos echaban a una lancha y a muchos se los llevaban para ser asesinados…”

Un pendón que forma parte de esta exposición incluye el testimonio entregado al Proyecto Lebu por este compañero, donde, como sobreviviente, entrega antecedentes directos de lo que sucedió en esta cárcel flotante anclada en el molo de abrigo de Valparaíso, que estuvo a cargo de la Armada de Chile.

 

A nombre del Colectivo del Proyecto Lebu hizo uso de la palabra Ricardo Aravena, el cual, siendo menor de edad en esa época, también estuvo detenido en este barco-cárcel flotante, manifestando lo siguiente:

“Este Proyecto se gesta y construye en plena pandemia por un pequeño equipo de ex presos políticos en nuestra región y en el exilio.

La maqueta del Lebu fue construida por el artesano Mario Zamora, “el Puelche”, guiado por nuestros recuerdos y una foto de un buque gemelo a este. Esta exposición tiene un carácter de denuncia en contra de la Armada de Chile, quienes hasta el día de hoy han invisibilizado y negado su participación y responsabilidad en los actos de violación a los derechos humanos, con prisión, tortura y muerte de muchos compañeros y compañeras mientras duró la dictadura en nuestro país.

En esta maqueta verán cómo nos tenían prisioneros en las bodegas frías, húmedas y oscuras a los hombres, y a las compañeras en los camarotes, habiendo, por lo menos una de ellas, en estado de embarazo. Esta maqueta va acompañada de una exposición de fotografías históricas rescatadas por nuestro equipo, y otras donadas por ex presos políticos, también de los buques cedidos por la Compañía Sudamericana de Vapores a la Armada, y de la Esmeralda, que ahora navega manchada de sangre por el mundo. Además, hay fotos del equipo del proyecto y de sus colaboradores trabajando en su construcción; pendones con relatos y testimonios, arpilleras y pinturas.

Por último, hemos editado un libro de 200 páginas con fotografías, relatos de ex presos y presas políticas, de marinos antigolpistas que sufrieron a la par con nosotros, junto a un listado de torturadores de la Armada.

Queremos que este proyecto de memoria histórica se siga difundiendo y llegué a las manos de las nuevas generaciones de jóvenes y muchachas, para su estudio en colegios, liceos y universidades, para que ellos y ellas puedan trasmitir esta historia, para que nunca más estas atrocidades vuelvan a suceder en nuestro tan golpeado Chile. Nosotros, los ex PP, ya pintamos canas y estamos desapareciendo, por eso ya es hora que la juventud tome nuestras banderas de lucha, y nosotros, viejos porfiados, los seguiremos acompañando hasta que la vida se nos agote.

Nuestro equipo en Chile está formado por Antonio Oyarzo, Carlos Rivera, Mario Puelche, Verónica Garrido, Ricardo Aravena, Lenko Franulic, Paola Narváez y Eli González; y en el exterior forman parte de él Gilberto Hernández, Luis Madariaga, Patricio Carrasco y Álvaro Vidal.”

Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso 11 agosto 2023

 



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  1. Puros recuerdos! Y la historia y la impunidad siguen adelante. El modelo economico y la constitución del 80,instaurados a sangre y fuego y con muchas mentiras: Siguen vigentes!!!!
    Yo también estuve allí.

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