Si todos los empresarios de Chile….
Tiempo de lectura aprox: 5 minutos, 50 segundos
Es un sueño nada más. Difícilmente nuestros empresarios replicarían lo hecho en Alemania por la mega millonaria y empresarial familia Reinmann
La página NEWS/Mundo (www.bbc.com) publicó lo siguiente el 26 de marzo del 2019:
«Luego de 70 años, las oscuras conexiones de la segunda familia más rica de Alemania salieron a la luz. Los Reimann son fundadores y dueños de JAB Holding, que cuenta con grandes participaciones en varias marcas internacionales.
«Peter Harf, socio de JAB Holding, dijo que la familia estaba conmocionada por los vínculos con los abusos cometidos por los nazis, que fueron revelados por el diario alemán Bild am Sonntag.
«»(Albert) Reimann y su hijo eran culpables… realmente tendrían que haber ido a la cárcel», dijo Harf, y agregó: «La familia donará €10 millones (US$11 millones, aproximadamente) «a una organización adecuada» para compensar parte del daño hecho»
Esta nota pasó casi desapercibida en el marasmo farandulero de nuestra prensa; y qué decir entre los componentes de las cofradías políticas. Mejor dicho, esta nota fue francamente omitida por los editores de medios de prensa y por los parlamentarios. Darla a conocer podría ser el detonante para que millones de chilenos exigiesen algo similar a todos aquellos empresarios que fueron beneficiados por la dictadura cívico-militar que les entregó –casi como un regalo- centenares de empresas estatales.
Una comisión investigadora de la Cámara de Diputados durante el período presidencial de Ricardo Lagos (2000-2006), estimó que la privatización de empresas estatales durante el régimen dictatorial le significó al Estado de Chile una pérdida cercana a los US$6.000.000.000 (seis mil millones de dólares), pero el trabajo investigativo se basó únicamente en el traspaso a manos privadas de las principales empresas estatales, ya que muchas otras –decenas y decenas- no fueron consideradas en aquel estudio del legislativo. Pese a lo reducido de la investigación, se logró confirmar la existencia de enriquecimiento ilícito por parte de algunos individuos que hoy, muy campanudamente, gustan ser llamados “emprendedores exitosos”.
En todas estas privatizaciones, como lo prueba María Olivia Monckeberg en su libro “El saqueo de los grupos económicos al Estado chileno”, se enriquecieron conjuntamente con el dictador delincuente Pinochet Ugarte los ministros y altos ejecutivos, civiles y militares, así como también los “compradores”, verbigracia, algunos de aquellos que hoy se auto consideran “exitosos empresarios”. Entre los ministros de la dictadura que ingresaron al mundo de los negocios mediante este saqueo al fisco, destacan Jorge Cauas, Sergio de Castro, Pablo Barahona, Hernán Büchi, Carlos Cáceres, Juan Antonio Guzmán, José Piñera, Miguel Angel Poduje, Sergio Melnick, Máximo Silva Bafalluy, Álvaro Donoso, Luis Larraín y otros. No mencionó, Olivia Monckeberg, a los generales que se quedaron en los directorios de las empresas privatizadas.
Entre los que aprovecharon la “piñata” no puede olvidarse a Bruno Phillippi, Juan Hurtado Vicuña, Julio Ponce Lerou, el yernísimo del dictador seguramente casado bajo el régimen de sociedad conyugal, Álvaro Saieh, José Yuraszeck, Patricio Contesse, Guillermo Arthur, Carlos Alberto Délano, el ya fallecido Álvaro Bardón, y otros. No obstante, los ya mencionados se montaron en la riqueza merced a que un grupo de predadores que oficiaban como asesores del tirano delinearon –e impusieron- el traspaso de cientos de empresas del estado a manos de amigos, socios y parientes… todo ello muy por debajo del “valor libro” de cada una de ellas… y en algunos casos (como ocurrió con INACAP), casi gratuitamente.
La Revista ‘Punto Final’ (edición 545) publicó el nombre de las principales empresas que Pinochet y sus asesores privatizaron para beneficiar a sus colaboradores, mismos que hoy fungen de “grandes chilenos”. El listado que entregó “Punto Final” es el siguiente.
“Sociedad Química Minera de Chile (SQM); Industria Azucarera Nacional (Iansa); Empresa Nacional de Explosivos (Enaex); Compañía de Aceros del Pacífico (Cap); Laboratorios Chile; empresas eléctricas Metropolitana, Quinta Región, Chilectra Generación, de Melipilla y de Coquimbo; Empresa Nacional de Electricidad (Endesa); Compañía de Teléfonos de Chile (CTC); Telex Chile. Además, Empresa Nacional de Comunicaciones (Ecom); empresas eléctricas de Tarapacá, del Norte, de Aysén, de Magallanes; hidroeléctricas de Pilmaiquén, Pullinque, Colbún-Machicura, Pehuenche; Línea Aérea Nacional (Lan Chile); Instituto de Seguros del Estado; Empresa Nacional del Carbón (Enacar); Carbonífera Schwager; Chile Films; Sociedad Chilena del Libro”.
A lo anterior, debemos agregar otras empresas estatales entregadas rápidamente a manos privadas. Entre ellas: la Compañía de Teléfonos de Chile, Endesa, Chile Films, Sociedad Chilena del Libro, Edelnor… y otras que no alcanzaron a ser pasadas a propiedad de los saurios pero sí fueron desmanteladas, como Ferrocarriles del Estado, Codelco, Banco del Estado, pero que, no obstante, metieron mano en sus recursos financieros para favorecer a grupos y personas del régimen, tanto en ellas como también en Enap, Correos, TVN y las que dependen del Ministerio de Defensa.
¿Cuáles son los nombres de aquellos predadores chicaguianos que propiciaron y permitieron el robo más grande que el país ha soportado en su Historia? Es posible que el
listado siguiente no esté completo, ya que debe haber algunos bicharracos que lograron mimetizarse como demócratas en esa inefable evolución duopólica, pero pese a ello los individuos mencionados en estas líneas deben alertar sus antenas, pues la “buena memoria” de algunos chilenos les vuelve a señalar como directos responsables de aquellas criminales acciones que atentaron contra el bienestar de la sociedad civil chilena… y contra el país en su conjunto.
Hernán Büchi Buc: Ingeniero civil en Minas, fue ministro de Hacienda desde el 12 de febrero de 1985 hasta el 3 de abra de 1989.
Sergio de Castro Spíkula: Considerado el máximo ideólogo del modelo ultraliberal inspirado en la Universidad de Chicago, fue asesor del gobierno del general Pinochet desde la primera época. Como titular de Hacienda y
jefe del equipo económico fue motor y eje de las privatizaciones, y fue quien encargó los primeros estudios sobre privatizaciones a sus asesores.
Carlos Cáceres Contreras: Ingeniero comercial, fue ministro de Hacienda desde el 14 febrero 1983 hasta febrero 1984. Posteriormente Cáceres fue ministro del Interior, desde el 17 de noviembre de 1988 al 10 de marzo de 1990. También fue presidente Banco Central entre abril de 1982 y agosto de 1983.
Bruno Philippi Yrarrázaval: Ingeniero civil, asesor de Hernán Büchi, cuando éste fue ministro de Hacienda y uno de sus mejores amigos, fue secretario general de la Comisión de Energía entre mediados de los ‘70 y 1984. Se le considera uno de los cerebros de la privatización de las empresas y de las medidas
que apuntaron a la jibarización de la Universidad de Chile. Uno de los diseñadores de la privatización de la electricidad y -también- uno de los primeros en privatizar la planta Pilmaiquén que inauguró esta nueva modalidad.
Juan Hurtado Vicuña: Ingeniero civil y empresario. Aunque durante muchos años mantuvo un bajo perfil público, es uno de los hombres claves en el proceso de privatizaciones de empresas estatales y en el control del poder económico que se configuró después. La primera tarea que se le encomendó fue realizar un perfil financiero de las empresas estatales para su futura privatización.
Julio Ponce Lerou: Ingeniero forestal, fue casado con Verónica Pinochet Hiriart. Desde el 10 de junio de 1978 fue presidente de
Celulosa Constitución (Celco) que estaba en manos del estado. Ocupó ese cargo hasta 1979, cuando Celco fue licitada. En julio de 1979 Ponce Lerou fue designado gerente de empresas de la CORFO y estuvo en esa posición hasta abril de 1983, cuando fue designado gerente general de CORFO. Hoy es el hombre clave en SQM, la empresa “compraparlamentarios”.
José Piñera Echeñique: Ingeniero comercial, fue ministro del Trabajo y Previsión Social desde el 26 de octubre de 1979 hasta el 29 de diciembre de 1980. Durante esa época fue autor del denominado Plan Laboral y, junto con Hernán Büchi y Miguel Kast, diseñó la Reforma Previsional que entró a regir en mayo de 1981. Desde enero de 1981, José Piñera se desempeñó como ministro de Minería. Estuvo en ese cargo hasta 1982 y fue también el principal autor del Código de Minería.
Alvaro Saieh Bendeck: Ingeniero comercial, pro rector de. la Universidad de Chile y ex decano de la Facultad de Economía. Integró los directorios de diversas empresas del Estado, fue asesor del equipo económico de Pinochet y se le conocía como persona de gran influencia especialmente entre los militares. Hacia 1986, en pleno proceso privatizador se le señalaba como integrante del grupo que fue denominado “los Tucanes”, todos funcionarios y asesores del gobierno militar que diseñaron y ejecutaron las privatizaciones de las ex empresas del Estado.
Ernesto Silva Bafalluy: fue el Rector de la Universidad del Desarrollo, y es el mayor de nueve hermanos entre los que están el ex ministro del Trabajo y directivo de Banmédica Máximo Silva, y José Antonio, ex esposo de la actual ministra de educación (UDI) Marcela Cubillos. Muy próximo a Miguel Kast, fue
jefe del Departamento de Estudios y del Departamento de Planes de ODEPLAN. Después fue vicepresidente de la Comisión Chilena del Cobre desde donde intentó llevar a cabo un plan para privatizar Codelco
José Yuraszceck Troncoso: Ingeniero civil de la Universidad de Chile, 39 años. Discípulo de Miguel Kast, se forjó en ODEPLAN, donde llegó a ser subdirector en 1982, y luego participó en el diseño privatizador para finalmente armar sociedades que le permitieron quedarse con las empresas eléctricas (recordar el ‘caso Chispas’).
Los anteriormente mencionados en la lista de los ‘principales’ (u ‘hombres decisivos’) responsables del mega robo a Chile, fueron acompañados en esas acciones por otros individuos que participaron activamente en el proceso de privatización, los que hoy ostentan
importantes cargos en empresas privatizadas, o en grupos privados que crecieron gracias a la privatización, entendiendo que esta no fue en absoluto un proceso ‘limpio’, sino más bien un robo en descampado al fisco chileno.
Ahora que los chilenos ya están en total conocimiento del robo efectuado al fisco nacional por todos esos empresarios y ‘hombres públicos’, ¿recibirá la sociedad civil alguna reparación económica de parte de aquellos que se agenciaron casi gratuitamente casi setecientas (700) exitosas empresas estatales el año 1988?
¿Cundirá en nuestros empresarios el ejemplo dado por la familia Reinmann en Alemania? Yo apuesto doble contra sencillo que ese ejemplo jamás encontrará cabida en el Chile empresarial, donde los saurios gobiernan con el franco apoyo y silencio de las cofradías parlamentarias y políticas.
Respecto a estos importantes asuntos, alguna vez escribió Alicia Gariazzo, Directora de Conadecus: “Pero todo eso se acalla en Chile. Las grandes mayorías nos basamos más bien en intuiciones, ya que los medios de comunicación se encargan, especialmente, de ocultar la información que realmente importa”.
Por Arturo Alejandro Muñoz