Corrientes Culturales

La muerte como un arraigo a la vida: las palabras y los colores de Carlos Lizama

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La relación entre las palabras y los colores sin duda contribuye a la expresión del ser. Incesante ejercicio del destino de cada sujeto en su lucha cotidiana que pugna con esa voluntad del ser que pretende ocultar, a veces, lo más prístino que nos pertenece. La expresión es parte de esa rebelión que misteriosamente porta un mensaje hacia la búsqueda de una inter compresión, un diálogo provocado por un encuentro próximo.

 

Estas palabras que ensayo tienen ese contexto, pretendo dialogar o expresar algunas ideas provocadas principalmente por “Muerte Circular” del artista visual y poeta Carlos Lizama que se inaugura este sábado 3 de junio en el Centro Cultural de Til Til y que permanecerá todo junio disponible para ser visitada.

 

Creo que “Muerte Circular”, el poema que da origen a esta muestra, nos coloca frente a esa certeza de que la muerte aparecerá en nuestra existencia sin un aviso previo que ni siquiera es necesario, ya que parte de nuestra condición humana es la conciencia de que somos para la muerte, reflexión del existencialismo europeo durante gran parte del siglo XX. La muerte integrada al ciclo vital es lo que nos posibilita el descubrimiento de nuestras constantes natalidades como bien lo expresó el filósofo chileno José Echeverría: “Vivir es repetir una y otra vez el acto de nacer”. Esta conciencia de la proximidad de la muerte, sentimiento que nos rodeó en los meses más críticos de la pandemia y el encierro exigía esa valentía conmovedora que aparece en este poema “Ya ninguna forma tiene voz para el miedo”.

 

Me permito referir a un gran poeta nuestro, Patricio Manns, de quien recuerdo estos versos sonoros: “La muerte no va conmigo, la vida sí que se queda…”. En Carlos Lizama presiento esta estirpe digna de una vida coherente hacia la muerte, como acto propio de la circular y paradojal existencia que somos, me sirvo nuevamente de sus versos: “La muerte cae rendida/ latiendo, latiendo, latiendo/ hacia dentro de mi corazón/ un despojo de vida/ me devela”. Es el corazón donde se manifiesta la vida, al igual que la muerte en ese instante de nuestro último desvelo.

 

“Muerte Circular” es un recorrido existencial que aparece en cada uno de sus versos coloridos por el pulso de este artista que dona su experiencia propia invitándonos a recuperar la conciencia que valora la vida en su límite y extremo asumiendo nuestra condición “humana, demasiado humana” soportable en su levedad para ese ser que somos y que no podemos renunciar a serlo. Conciencia de muerte es conciencia de vida, la muerte creando versos, la muerte creando colores, un modo de expresión de la belleza, del pensamiento y del espíritu.

 

Alex Ibarra Peña.

 

Dr. En Estudios Americanos. @apatrimoniovivo_alexibarra

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