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La política en los medios y una agenda oficial sin medios

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No hay una agenda de comunicaciones en el gobierno pese a la evidencia de su carencia tanto como política de difusión como de un sistema democrático y pluralista de medios. Una realidad pese al empuje de los grandes medios generadores de contenidos y el nuevo escenario político, posiblemente el más agresivo desde 1990.

 

No hay agenda de comunicaciones, pero sí la conciencia de un creciente poder mediático devenido en político. No sólo está la ministra vocera de gobierno que cada mañana se enfrenta a decenas de periodistas bien pauteados y adoctrinados por sus medios. Este lunes un tweet del presidente Boric acusó una fake new de La Tercera, evento desnudado también por el departamento de comunicaciones de Carabineros. Aquella mentira, tal vez una menor en un campo de juego lleno de trampas se refería a una sobredotación de agentes para proteger al presidente en su visita al estadio Santa Laura. “Entiendo que La Tercera tenga una línea editorial crítica del gobierno, pero les pido que en su ánimo de golpear no inventen noticias falsas”. Por supuesto que el diario aludido no tituló con el comentario presidencial aunque en las redes otros comentaristas patriotas y republicanos rasgaban vestiduras por la libertad de expresión y la censura gubernamental.

Un nuevo clima comunicacional se ha instalado y el gobierno no sabe muy bien qué hacer. La prensa gana espacio y poder y se anota hoy mayores triunfos que el mismo Congreso. El escenario adverso es nuevo, especial y con muchas aristas. En La Moneda hay una apreciación compleja porque los medios de comunicación escorados a la derecha o afines a la agenda liberal y empresarial, han asumido un rol de actores políticos con una clara estrategia electoral. Por lo menos desde 1990 en adelante, no hay antecedentes tan claros de esta nueva y hoy desembozada vocación política. Estos medios, que siempre han sido de derecha con cierta contención, han asumido ahora una presencia política y mediática mucho más clara, militante, beligerante, que le hace la pega a la derecha política.

 

Para cualquier observador del escenario mediático hay evidencias que datan desde el estallido de 2019 las que transparentan una disposición realizada con fruición desde el inicio del gobierno en marzo 2022  hacia el plebiscito de salida. Qué se observó y registró. Una batería de columnistas, de nuevos entrevistados y una campaña estratégica de cara al 4 de septiembre. No pasó inadvertido para muchos observadores y para analistas de gobierno aquella elaborada campaña de desprestigio y distorsión con y desde los medios. Evidencias como la desaparición de titulares de la mal evaluada derecha tradicional para levantar a los amarillos que desaparecen tras el triunfo del Rechazo.




 

Al escenario adverso, que es una distorsión del sistema de medios que ningún gobierno ha intentado corregir, se suma la incapacidad interna del gobierno para difundir sus contenidos. Las buenas noticias no son titulares. Es una falla no bien asumida, como sucedió hace pocas semanas con el copago cero de Fonasa que ha favorecido a más de 600 mil personas. La pregunta que se hace el Ejecutivo y sus expertos es si un cuerpo de medios de izquierda o progresistas estarían dispuestos a desplegar o difundir lo que hace el gobierno, a no reproducir la agenda de La Tercera y El Mercurio y a lanzar sus propias temáticas. Un escenario más plural con diversas agendas que dé espacio no solo a la crítica; también a propuestas y cambios que benefician a la población.

 

En febrero fue publicado el informe “Más Amplitud, Más Voces, Más Democracia. Aportes para las comunicaciones del Chile que viene” de Dino Pancani y otros académicos y académicas de la Universidad de Chile, La Serena y La Frontera. El documento de 80 páginas fue solicitado por el Ministerio Secretaría General de Gobierno y contiene decenas de propuestas para democratizar el ecosistema de medios en el corto plazo y, en principio, muchas de ellas solo con la voluntad política del Ejecutivo.

 

El informe recoge las principales falencias del sistema nacional de medios, como “la falta de pluralismo de los medios de comunicación que se expresa en la concentración de medios de comunicación escritos y radiales y la uniformidad temática que se escucha y visualiza a través de las diversas plataformas comunicacionales que operan en el país”. Una distorsión que el estado puede resolver.

 

Uno de los temas más reclamados por los medios independientes es el financiamiento estatal, que en la actualidad se reparte en su totalidad en las grandes cadenas. Al respecto, el informe es bien claro: “Definir una instancia que transparente el gasto total que el Estado realiza en avisaje, campañas y contratos con agencias de publicidad”. Entre otras recomendaciones, apunta a  regular la publicidad estatal de modo de que se asegure el cumplimiento de los objetivos relativos a las políticas públicas y a la efectividad del mensaje, estableciendo criterios más amplios que solo la medición de audiencias, se impida la discrecionalidad y se establezcan normas auditables.

 

Estas y muchas otras recomendaciones pueden ponerse en marcha mañana mismo si se quisiera. Pero hasta el momento el informe no ha sido compartido y el bloqueo comunicacional persiste y empeora. El gobierno no tiene una solución a la vista.

 

La distribución de la publicidad es una solución inmediata. Pero hay otra más directa. Es la indemnización que el estado de Chile debe hacer a los dueños del diario Clarín. El gobierno del presidente Boric no solo no ha pagado la indemnización ni se ha abierto a un acuerdo con la contraparte. Solo mantiene silencio.

 

 

Por Paul Walder

 

 

 

 

 

 

 

 

Las opiniones vertidas en esta sección son responsabilidad del autor y no representan necesariamente el pensamiento del diario El Clarín

 



Periodista

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  1. Margarita Labarca Goddard says:

    Sí, lo de Enrique Testa fue un escándalo. Hasta había sido presidente del Consejo de Defensa del Estado nombrado por Salvador Allende, lo conozco perfectamente. Creo que todavía está vivo y tiene más de 100 años. Pero entiendo que no le pagaron todo, sólo una parte. Todavía podrían llegar a un acuerdo con Clarín y pagarle lo que sea para que pueda salir impreso. Dicen que los diarios impresos se leen cada vez menos, pero de todos modos sirven una enormidad, sobre todo Clarín, que tiene una tradición extraordinaria en Chile.

  2. Nestor R Marin says:

    Muchas gracias Felipe.
    Por lo visto, la cosa esta bien complicada. Fue increible lo que sucedio. Ahora me pregunto, cuanto era el monto de los bienes confiscados al Clarin ?. Cuanto pago Claudio Orrego a esos frescos que usted menciona en su comentarion ?. Si hubiera la posibilidad de reabrir esta caso, com o usted dice que fue silenciada eficazmente por los medios. Despues usted dice, todo esto fue denunciado en detalle por la gran Patricia Verdugo en un articulo de la agonica revista «Rocinante», articulo que no tuvo ningun desmentido, querella o comentario de los partidos politicos, ni de los mismos medios. Entonces que paso con la justicia; habra corrido mucho dinero entre los corruptos. Si los duenos verdaderos de El Clarin, se estaban dando cuenta de lo que estaba sucediendo con los propietarios falsos.

  3. Felipe Portales says:

    Nestor, el problema se complejiza porque el Estado chileno -¡bajo el gobierno de Lagos, y con la firma de su ministro de Bienes Nacionales, Claudio Orrego!- ¡¡le pagó los bienes confiscados del «Clarín» a unos frescos que alegaron haber sido los dueños del diario, entre los que se encontraba un pariente del abogado corrupto (Enrique Testa) que hizo el «estudio en derecho» por parte del Estado sobre el caso, pariente que compró los derechos sucesorios de uno de los «dueños» fallecidos en nada, para recibir millones de dólares!! El señor Testa sólo recibió una sanción del Colegio de Abogados, pero toda la trama corrupta fue silenciada eficazmente por los medios, ya casi todos de derecha gracias al exterminio de los medios de centroizquierda por los gobiernos concertacionistas. Todo esto fue denunciado en detalle por la gran Patricia Verdugo en un artículo de la agónica revista «Rocinante» («Clarín y el sagrado derecho de propiedad»; N° 47, Septiembre de 2002), artículo que no tuvo ningún desmentido, querella o comentario de los partidos políticos ni de los mismos medios…

  4. Nestor R Marin says:

    Despues de mucho tiempo me di cuenta de esta situacion del Clarin, incluso cometi el error de decir que los gobiernos post dictadura debien de haber pagado esta deuna del Estado con el Clarin. Tampoco sabia los detalles de lo que Boric, en su candidatura habia ofrecido al Clarin. Ha pasado tanto tiempo de esta deuda, que ahora no le queda mas que pagar a este gobierno, aunque sea en tres coutas, con pagos anuales. Ya companero Boric, afloje el billete. que le cuesta.

  5. Felipe Portales says:

    Lo hicieron, Margarita, porque a fines de los 80 el liderazgo de la Concertación se derechizó completa y solapadamente como lo reconoció crudamente en 1997 el ideólogo concertacionista por excelencia, Edgardo Boeninger, en su libro «Democracia en Chile. Lecciones para la gobernabilidad» (consultable en PDF, esp. pp. 367-70). Y para no quedar «desnudos» en su viraje político frente a sus bases, tenían que liquidar los medios que seguían siendo realmente de centroizquierda. Obviamente de forma silenciosa; y de allí la discriminación del avisaje estatal, los bloqueos de ayudas extranjeras, etc.

  6. Margarita Labarca Goddard says:

    Sí es verdad que la culpa la tiene la Concertación. Durante la dictadura hubo muchísimos periódicos clandestinos en Chile y una prensa chilena excelente en el exterior. Los gobiernos post dictadura se dieron el lujo de acabar con todos los medios de comunicación independientes o de izquierda. Sólo quedó el Mercurio al cual le dan todo el avisaje fiscal y le rendían homenajes a Agustin Edwards. Tampoco ahora le pagan a Clarín. Hay numerosos artículos en Clarin y en otras páginas, que re refieren a esto. La izquierda o pseudo izquierda, cuando estuvo en el gobierno, no sólo se disparó al pie, sino que se dio un tiro en la nuca. Un gobierno sin prensa no llega ni a la esquina. Por qué lo hicieron y lo siguen haciendo, no tengo idea.

  7. Gino Vallega says:

    Por los 1962, el «paleta» Alessandri se iba a pie de calle Phillips (pla. Armas) a
    La Moneda; era el orgullo de los chilenos; un día, un motonetista rozó al paleta
    y una manada de «apuestos mocitos» saltaron sobre el «asesino» : la guardia en la sombra! A Ud le parecería conveniente que el audaz mantecato Boric vaya solo al estadio a ver un partido de su club como cualquier hijo de vecino, QUE AHORA NO LO ES?

  8. Felipe Portales says:

    Muy buen diagnóstico. Pero hay que agregar un hecho histórico crucial. No fue ni Pinochet ni gobiernos de la derecha tradicional los que exterminaron toda la prensa de centroizquierda; «neutralizaron» TVN; privatizaron virtualmente el canal de la «U»; y se negaron a indemnizar a Víctor Pey, para que pudiese relanzar «Clarín». ¡Fueron los sucesivos gobiernos de la Concertación! Y hoy, desgraciadamente, es la misma «Concertación» la que ejerce un peso decisivo en la orientación del gobierno, a través del control de los ministerios claves. Esto explica porqué Boric ha dejado incumplida su solidaridad con los dueños de «Clarín», expresada cuando fue diputado…

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