El valor patrimonial del vino chileno: catas de calidad
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En estos meses, y espero un par de meses más aún, he estado instalando en estas columnas la importancia de considerar el vino como parte de nuestro patrimonio cultural. Este tópico parece evidente, parte de la gente del mundo del vino tiene conciencia de esto y ha hecho aportes importantes valorando este relato que contribuye no sólo a la información sino que también a hechos y mitos que van componiendo una historia llena de posibilidades.
Esto último que señalo en torno a las posibilidades históricas, culturales. sociales, añadiendo además las económicas creo que es parte de la visión que ha ido promocionando Andrés Villaseca desde lo que llamaré espacio Vinolia. Digo espacio, ya que en este lugar del barrio Alonso de Córdova en la comuna de Vitacura (Alonso de Monroy 2869, local 5) cuenta con una acogedora terraza como para sentarse a compartir un vino o espumante de calidad de distintos valles y cepas; un restaurante con una carta variada en carnes y frutos del mar sea para el almuerzo o la cena con una excelente atención brindada por un personal altamente calificado desde la orientación del sommelier y del chef para conocer de las cepas y sus maridajes; un emporio que en la entrada visibiliza las casi cien etiquetas que desde ahí se puede acceder a elegir; un espacio único para la realización de catas ofreciendo grandes condiciones, entre las que destaco las especias necesarias para llevar a cabo el ejercicio sensorial desde el olfato, y la organización de los puestos con una distribución de anfiteatro apoyado con alta tecnología.
Vinolia se ha consolidado como un espacio de encuentro especialmente entre el mundo del vino y el mundo de la empresa siendo un reconocido lugar para desarrollar catas y presentaciones de vinos. Sin duda, no es la única razón de ser de este lugar. Sus puertas están abiertas para disfrutar de la buena comida junto a la buena degustación de vinos, incluso imponiéndose a sí mismo nuevos desafíos como será la integración de nuevas etiquetas que resalten las cepas tradicionales y de cultivos patrimoniales para satisfacer la emergentes demandas en torno a los vinos naturales.
Estos aspectos ya consolidados han hecho de Vinolia un lugar reconocido que genera expectativas para los conocedores de la cultura vitivinícola en cuanto es un espacio con condiciones excepcionales que aportan al desarrollo y consumo de esta bebida fermentada. Las motivaciones actuales son las de consolidar un espacio que ayude a la formación de calidad en función de resaltar al vino como uno de los valores fundamentales de la cultura. Una muestra de esto ha sido que estos días nos hemos estado reuniendo allí con enólogos, sommelieres, productores, comunicadores, historiadores, empresarios, dándole contenido al ciclo de entrevistas «A Patrimonio Vivo…» en el cual estaremos hablando de vinos chilenos cada miércoles hasta el mes de julio.