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El Art.148 de la Constitución ecuatoriana autoriza al Presidente en ejercicio disolver la Asamblea Nacional. En Ecuador, al igual que en Perú, existe un sistema político presidencialista, con Cámara única: en Ecuador, la Asamblea Nacional y, en Perú, el Congreso. En Perú, el Presidente tiene la facultad de disolver el Congreso cuando rechaza el Programa de gobierno del Primer Ministro, por dos veces consecutivas, (así lo hizo el Presidente Martín Vizcarra).

En Ecuador, la única posibilidad de disolver el Congreso por parte del Presidente de la República radica en la “muerte cruzada”, es decir, el Presidente disuelve el Congreso bajo la causal de caos político y, a su vez, el Jefe del Estado debe gobernar por y un tiempo máximo de seis meses sobre la base de decretos-leyes, que deberán ser autorizados por la Corte Constitucional. El Organismo Electoral deberá convocar a elecciones generales, a los siete días de promulgado el Decreto de disolución de la Asamblea Nacional,  con respecto a elecciones de Presidente de la República y de Asamblea Nacional, en un máximo de noventa días.

El Presidente y los miembros de la Asamblea Nacional elegidos sólo durarán en su cargo los respectivos períodos de ambas Instituciones, (hasta terminar sus mandatos), luego de la muerte cruzada.

Tanto Perú como Ecuador se caracterizan por un presidencialismo con correcciones parlamentarias: en el primer caso, la Vacancia del Presidente por motivos de incapacidad moral permanente, y en el segundo caso, la muerte cruzada. Tanto en Perú como en Ecuador, los Presidentes de la República se suceden en cortos períodos, basados en sistemas institucionales que dificultan la gobernabilidad. En Perú, por ejemplo, el Presidente Pedro Pablo Kuczisnki renunció antes de que se aprobara su Vacancia, y su sucesor, el Presidente Martín Vizcarra, disolvió el Congreso y, a su vez, fue vacado por el nuevo Congreso elegido; el presidente del Congreso, Manuel Merino, quien le sucedió a Vizcarra, duró solo cuatro días, derrocado por las masivas manifestaciones a raíz del asesinato de dos estudiantes; Francisco Sagasti, presidente del Congreso,  llamó a elecciones, en las cuales triunfó el profesor rural, Pedro Castillo, (hoy en prisión por conspiración al intento de cerrar el Congreso). Durante el gobierno de su sucesora, Dina Boluarte, han sido asesinados más de 60 campesinos peruanos, condenada por estas masacras por la Comisión de Derechos Humanos de la OEA.

En Ecuador han sido derrocados tres Presidentes de la República, Jamil Mahuad, Abdala Bucaram y Lucio Gutiérrez. Luego hubo un período de estabilidad política con el Presidente Rafael Correa y su lema la  Revolución Ciudadana; después de cumplir su período, le sucedió el traidor Lenin Voltaire Moreno y, finalmente, fue elegido el banquero Guillermo Lasso, hoy aún en el poder. Los últimos dos Presidentes han tenido que enfrentar poderosas manifestaciones populares que, en el caso de Moreno, por ejemplo, el pueblo le exigió abandonar la capital.

El gobierno del banquero Lasso es tan impopular como los miembros de la Asamblea Nacional. Hace poco tiempo el Presidente Lasso tuvo que enfrentar una rebelión popular indígena, que estuvo a punto de defenestrarlo del poder. En las últimas elecciones de la Asamblea Nacional, el Partido liderado por Rafael Correa, Movimiento Revolución Ciudadana logró la mayoría en la Asamblea, seguido por La Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador; en tercer lugar, el Partido Social Cristiano, y por último, el Partido Creo, seguidor del Presidente Lasso. Con este panorama, sólo bastaba con acusar de peculado al Presidente, siguiéndole un juicio político; sólo con 92 asambleístas se aprobaría su destitución.

Los partidos políticos, seguidores de Correa, sumados a la Confederación Indígena y a los socialcristianos, podían lograr los 92 votos requeridos para condenar a Lasso, quien al verse en un callejón sin salida, recurrió a invocar  la muerte cruzada, (recurso no invocado por ninguno de los anteriores Presidentes, pues no contaban con la mayoría en la Asamblea Nacional).

Los actuales Partidos políticos opositores acusan de inconstitucional el Decreto por el cual el Presidente Lasso disolvió el Congreso.

En el escenario actual no se visualizan posibles candidatos que puedan suceder a Lasso, por ejemplo, el ex Presidente Correa, líder indiscutido de su Partido, Revolución Ciudadana, y con gran apoyo ciudadano, está impedido legalmente para presentarse como candidato presidencial; (ahora exiliado en Bélgica, acusado de corrupción). En este escenario así, uno de los candidatos más posible podría ser el líder de la Confederación Indígena, Leónidas Iza.

El Cargo de Presidente de Presidente de la República es el más inseguro, impopular y peligroso en América del Sur: los sistemas políticos constitucionales, en vez de ser el sostén para el equilibrio de poderes,  de peso y contrapeso de poderes, hoy solo conducen a la ingobernabilidad.

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

18/05/2023

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