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Estados Unidos da portazo a los migrantes; miles quedan varados

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Los casi 2 mil migrantes que decidieron acampar entre los dos muros que separan a México de Estados Unidos siguieron ahí hasta los últimos minutos de ayer, antes de que venciera el Título 42, a la espera de que llegaran agentes de la Patrulla Fronteriza para poder entregarse.

Los indocumentados, cuya cifra se triplicó en tres días, permanecían en el lugar sin comida ni agua y soportando las inclemencias del tiempo, por lo que a lo largo de este jueves se acercaron en varias ocasiones al lado mexicano para pedir apoyo.

Necesitamos comer, que alguien nos ayude, dijo a los reporteros un colombiano, mientras otros extranjeros, que contaban con algunos dólares todavía en la bolsa, pedían pizza por medio de las aplicaciones digitales.

Antes de que los mensajeros entregaran los víveres, a través de la reja de acero, la Guardia Nacional y el Ejército los revisaban, igual que a los paquetes de comida.

¡Amigo, un cigarro!, solicitó un hombre en un español que apenas se entendía, al tiempo que sacó un billete entre los barrotes. Se dio cuenta de que lo estaban grabando, lo que le causó disgusto, el cual demostró levantando el dedo medio; otros recibieron las pizzas y alguna bebida.

Está muy grave la situación porque somos muchas personas estancadas y, pues, tenemos hambre, necesitamos ayuda o que esto se mueva muy rápido. Somos muchos los que estamos acá, señaló Santiago, proveniente de Colombia, quien aseguró que la Patrulla Fronteriza no les estaba dando comida ni agua.

También se quejó del frío de esta zona semidesértica –que por las noches los indocumentados atajan cubriéndose con plásticos– y del sol, que los quema durante el día.

Cualquiera que nos pueda brindar la mano sería espectacular; iglesias, quien sea, porque es un caso bastante grave y somos muchos, dijo el hombre.

Indicó que al llegar a esa área, según el día que cruzaron –por la canalización del Río Tijuana, revelan con reserva algunos, porque no quieren exhibir su ruta–, les colocaron una banda en la muñeca para el proceso posterior.

Los extranjeros esperaban que la Patrulla Fronteriza los recogiera, pero algunos dicen tener hasta ocho días en ese punto sin recibir una indicación precisa de lo que pasará con ellos.

Por Mireya Cuéllar

Corresponsal en Tijuana

 

Fuente: La Jornada

Corresponsal de La Jornada en Tijuana

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