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Eduardo Cardoza, Red Migrantes: “Vivimos momentos duros para los derechos humanos en Chile”

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La derecha, la ultraderecha y cierta prensa han relacionado el aumento de la delincuencia con la migración. Una relación que busca la estigmatización de millones de migrantes por una población temerosa y abierta a las narrativas xenófobas, las que han comenzado a expresarse de forma silenciosa y creciente, como lo muestran los registros de encuestas.

 

De todos los migrantes, el problema más crítico está en la migración irregular a la cual se la condena y criminaliza para no atenderla. “Hay una degradación en camino a la esclavitud moderna.  El estado es incapaz de expulsar a todos los irregulares, pero tampoco quiere regularizarlos. Se contenta con hacer el circo con ciertas expulsiones para mostrar hechos y seguir manteniendo el estigma y la culpabilización de cargar al migrante irregular su incapacidad de tener políticas de estado sobre migración que sean adecuadas y no pulsaciones emocionales fascistoides de soluciones definitivas”.

 

Estas palabras son de Eduardo Cardoza, activista, académico y dirigente de la Red Nacional de Organizaciones Migrantes y Promigrantes, en conversación con El Clarín sobre una materia de alta sensibilidad social y política en el medio de una agenda hostil y persecutoria.

 

 Según vemos, aún no claridad respecto a nuevas políticas migratorias en Chile

La política migratoria de Piñera fue de las perores de los últimos 30 años, con un enfoque de seguridad nacional próximo a la filosofía del decreto ley 1094 de la dictadura, con un enfoque retórico de derechos recortados que ni siquiera se reflejan en hechos concretos. Un relato de odio de “ordenar la casa” criminalizó la migración con expulsiones mediáticas, que fueron declaradas ilegales en muchos casos por tribunales de justicia.  El marco jurídico que impulsó se encuadra en las orientaciones citadas, donde la creación del SERMIG es su logro positivo, aunque el resto del articulado tiene un enfoque muy retrógrado. Complementó a todo lo indicado, la utilización política del fenómeno migratorio: sea para culparle de todos los males y malestares derivados de las crisis sociales, económicas y políticas neoliberales o para su intento de posicionarse como líder entre los gobernantes conservadores de la región, en Cúcuta invitando a venir a venezolanos a Chile y luego no dejándolos entrar y colocando un visado consular muy restrictivo.

Algunas cosas que se pudo dimensionar en el legado de Piñera en migraciones: 500 mil trámites pendientes muchos desde más de dos y tres años, un volumen de más de 130 mil personas irregulares que se pudo contabilizar, unas 20 mil expulsiones decretadas y no ejecutadas, una crisis en Iquique que recorrió el mundo como muestra de xenofobia y racismo provocada por incitaciones al odio y por el abandono de los territorios de acogida en el norte y una lista interminable de disfuncionamiento del sistema virtual de tramitación y el broche de oro, la pérdida de un volumen importantísimo de datos de personas con trámites en curso (que dijeron rápidamente que pudieron recuperar),  dado la cantidad de personas que se encuentran sin respuestas desde hace años.

En ese periodo avanzó en pandemia la nueva ley de migraciones que lejos de implicar un cambio eficaz para lograr tener una migración regular lo que expresa es una política restrictiva que no induce a la regularización y que logrará sólo incrementar la migración irregular y sistémica.  Pese a todos estos fracasos de una política migratoria, hoy quienes tuvieron a cargo de su diseño e implementación son considerados por los medios hegemónicos como “expertos” a los que se toma como referencia, lo que constituye un despropósito.

Expulsiones el 2021

 

¿Qué participación tuvieron las organizaciones de migrantes en esta norma?

La participación de las organizaciones migrantes en la elaboración de la nueva ley migratoria N°21.325 fue muy pobre y cuando ocurrió, sus aportes fueron desconocidos en su mayoría y descalificados en la prensa hegemónica por los voceros de los partidos conservadores que lograron imponer sus criterios en medio de la pandemia, con discursos oficiales monopolizando las comunicaciones.

Los migrantes han perdido mucho en este periodo, porque habiendo aportado al PIB un 4,3%, las condiciones en que lo han hecho son deplorables. Hay que tener en cuenta además que la irregularidad existente ha crecido como nunca y a quien más perjudica es a la persona migrante. Quien gana con esa precarización es el empresario inescrupuloso que paga menos, no hace contratos, por lo tanto sobrecarga los trabajos más duros y alarga las jornadas. Tampoco se considera mucho la trata laboral –sobre todo en trabajo agrícola- donde el trabajo precario y las condiciones de vida son muy duras.

La sobredimensión en la percepción de los volúmenes migratorios es una realidad. Hoy  el volumen migratorio está entre ocho y nueve por ciento pero que se reacciona como si fuera mucho mayor. Esta situación tiene consecuencias cuando los medios de comunicación hegemónicos y los políticos conservadores utilizan el tema para la siembra de miedo en la población con el objetivo de recolectar votos y voluntades de personas a las cuales hacen sentir amenazadas por el crecimiento de la migración.

Chile ha cambiado en su composición migratoria en muy pocos años. ¿Estaba el país preparado para este súbito aumento de su población?

El estado chileno viene con retrasos históricos en las políticas migratorias, y en interculturalidad que se pretenden desconocer detrás de la expresión de “que el país no estaba preparado” porque tenía una legislación de 1975, desde la dictadura. Posteriormente, sin dictadura, ya van 30 años de recibir migración de forma paulatina sin tampoco haber adecuado el país a la nueva situación tanto en lo jurídico como en lo cultural y social. Los argumentos de la “no preparación” o “de lo excesivo” son insuficientes para explicar la ausencia de políticas adecuadas en migración e interculturalidad en los hechos porque tres décadas después, sin que el estado haya logrado modificar nada, nos lleva a pensar que las razones son más profundas y que podemos quizás encontrarlas en la historia del estado nación y su conformación. Pero esto es otro tema.

La sobredimensión en la percepción de los volúmenes migratorios es una realidad. Hoy  el volumen migratorio está entre ocho y nueve por ciento pero que se reacciona como si fuera mucho mayor. Esta situación tiene consecuencias cuando los medios de comunicación hegemónicos y los políticos conservadores utilizan el tema para la siembra de miedo en la población con el objetivo de recolectar votos y voluntades de personas a las cuales hacen sentir amenazadas por el crecimiento de la migración.

Para las personas migrantes esta situación crea dificultades para la inserción social, particularmente de quienes están en las primeras etapas críticas en el país, desde el ingreso hasta su residencia definitiva, en un contexto de incertidumbre y de crisis global.  Por lo tanto la falta de políticas de interculturalidad también explican las reacciones sociales que asume la sociedad de acogida no facilitando las necesarias disposiciones para solucionar temas interculturales encontrando formas interactuadas de resolución de los conflictos.

Al crecimiento de la migración en el país, se asocia inducida e indebidamente al aumento de la criminalidad. Nadie puede desconocer el crecimiento de la delincuencia en el país, que debe ser combatido por los organismos del estado dedicados a ello conforme a lo que dicten los tribunales con respeto del debido proceso. Una cosa distinta es el hecho de asociar el crecimiento de la delincuencia a la migración, lo cual es falso. Porque el delito internacional no es migración, porque tiene un origen, desarrollo y consecuencias sociales diferentes y contradictorias.  La delincuencia genera un daño al conjunto de la sociedad, en tanto el migrante aporta a la sociedad a muchos niveles, que se hacen invisibles por no ser visibles a simple vista y tampoco son difundidos por los medios.

 La migración en Chile por sus características la querría cualquier país europeo y es sólo la falta de visión de la elite política chilena y su enfoque casi monárquico el que no percibe la riqueza en muchos aspectos que pueden ser potenciados para que la migración contribuya mucho más de lo que hace actualmente al desarrollo de toda la sociedad en todos sus aspectos.

¿Cuál es la situación actual de los migrantes? Social y económica, grados de integración, etc.

 En marzo del 2022, a nivel institucional la migración no tenía respuesta y había más de 500 mil trámites en curso los que sólo podían realizarse de manera virtual en una aplicación que fallaba sistemáticamente, irregularizando a personas que ya tenían papeles en el país o cobrando multas que no correspondían. Un capítulo especial es la cantidad nunca vista de niños sin papeles que dejó el gobierno anterior y que son sujetos de especial protección reforzada que no se aplicó. Este sistema generó migración irregular por disfuncionamiento del sistema virtual, pero también impidiendo cualquier regularización a quien tenga la falta por ingreso irregular. Esto precariza desde la institucionalidad y genera irregularidad. La irregularidad es lo que se debe abordar teniendo en cuenta la realidad social del fenómeno migrante, más que pretender con leyes “domesticar” al extranjero para someterlo a la sociedad como lo conciben los sectores conservadores.

 

La migración en Chile por sus características la querría cualquier país europeo y es sólo la falta de visión de la elite política chilena y su enfoque casi monárquico el que no percibe la riqueza en muchos aspectos que pueden ser potenciados para que la migración contribuya mucho más de lo que hace actualmente al desarrollo de toda la sociedad en todos sus aspectos.   Es el despilfarro del mal desarrollo lo que explica el maltrato a la migración por parte del estado chileno.

 

Desde hace poco tiempo se ha gestado, o profundizado, una tendencia antiinmigrante en la sociedad chilena, en especial con el aumento de los delitos y a conformación de bandas. ¿Cómo percibe la población migrante este clima de creciente hostilidad?

 

Para nadie es cómodo sentirse bajo sospecha, y deber demostrar que es buena persona a todo nuevo conocido, sobre todo cuando andas en trámites para obtener los papeles. En ese periodo crítico se duda a veces hasta de ir a hacer trámites. Lo más grave es que no pocas personas que fueron víctimas de la delincuencia internacional que les cobraban, les robaban hasta los documentos y luego pretendían violar las mujeres o abusar de la condición de dependencia que obligaban a vivir a los migrantes en movilidad. No es fácil vivir la xenofobia y el racismo después de haberse visto violado su derecho a vivir en su tierra. No somos víctimas somos personas humanas que necesitamos que se respete nuestra dignidad. Si bien somos conscientes de donde parte y como se manifiesta, nos violenta el ver personas sometidas a malos tratos por el color de su piel, rasgos étnicos, por su forma de hablar y además ser sometido a la sospecha porque podría ser un delincuente. Demasiado.

Por otra parte, las comunidades buscan reforzar sus lazos internos entre iguales del mismo país y otros migrantes. Es notorio que buscamos seguridad en los amigos chilenos que no son discriminadores y que acogen en estos momentos de tanta barbarie.

Aunque no se crea ni vea, hay mucha gente común muy solidaria, muy humana y con ideas claras que generaron espacios populares de interculturalidad donde se conversa se discute y se comprende con humanidad, sin obligar, como iguales, que quieren convivir juntas y juntos. Los migrantes sabemos que lo que nos hacen a nosotros, es parte de una serie de violaciones a los derechos de las personas por parte de un estado que necesita una lógica de dominación, de control porque carece de razones.

El populismo penal de los sectores conservadores y otros es muy preocupante porque muestra una regresión en derechos que no duda de poner en cuestión las bases de sustento de las obligaciones internacionales en derechos humanos.

 Hay una serie de proyectos de ley que se están convirtiendo en normas que recaen en la población migrante. La Cámara aprobó una norma que es un cambio constitucional para ampliar a cinco días el plazo de detención de migrantes irregulares para posterior y eventual expulsión. Muy pocos diputados rechazaron la norma. ¿Qué efectos puede tener en la población migrante? ¿Esta norma efectivamente permitirá expulsiones masivas de personas con documentos no regularizados?

 Vivimos momentos duros para los derechos humanos de todas y todos en Chile. El tema migratorio está en ese contexto con la particularidad de ser utilizado políticamente en la lucha electoral a imagen de Trump en los EE.UU.   El populismo penal de los sectores conservadores y otros es muy preocupante porque muestra una regresión en derechos que no duda de poner en cuestión las bases de sustento de las obligaciones internacionales en derechos humanos.

Así vemos en la Ley N° 21.3215 de Piñera sobre migraciones que pretendía actualizar las normativas al respecto, pone en cuestión principios básicos e incluso constitucionales que el TC reconoció en siete oportunidades que debían ser cambiados. Igualmente quedaron muchas restricciones que tienden a perpetuar la migración irregular o pretender eliminarla por decreto lo cual es ilusorio. Hoy hay 20 mil expulsiones decretadas en la época de Piñera que no fueron ejecutadas, que no pudieron hacerse y que se ve mucho en la experiencia comparada.

Ahora se orientan hacia la prisión preventiva para personas irregulares que debieran estar acusadas de cometer un delito, pero la evidencia sobre la prisión preventiva y controles masivos de identidad demuestra que se molesta mucha gente como forma de control, pero como efectividad es muy poca. Las investigaciones focalizadas en el delito bien realizadas dan más y mejores resultados sin crear un estado policial alrededor.

Por más que se faciliten las expulsiones violando estándares internacionales y regionales de derechos humanos, igualmente facilitar las expulsiones no es una política migratoria, es una herramienta que sería mejor que la usen los jueces con debido proceso, porque todas las que se decretan de forma administrativa se acumulan, condenan a las personas por el hecho de migrar, y los mantienen por años en situaciones precarizadas.

 

Estas normas también se inscriben en esos mecanismos de control social, que más que controlar la migración o el delito buscan llevar al sometimiento a parte o toda la población por la vía del castigo. Para ello los derechos humanos son un obstáculo a atropellar para establecer ese “control social sin control”. No quieren entender los sectores de la elite que es posible una seguridad humana que combata el delito como debe ser y que es posible que respete –igualmente- los derechos humanos de las personas.

Estamos asistiendo en materia migratoria a una regresión en derechos que supera lo ocurrido con la ley a la cual hoy modifican para hacerla más gravosa contra las personas migrantes y alejándose de toda recomendación y de todo enfoque de derechos.

 

¿Cuáles son los aspectos más complejos de las actuales políticas hacia los migrantes?

 Los aspectos más complejos de las actuales políticas migratorias se agudizaron en 2018 con un enfoque muy ideologizado y contrario a los estándares internacionales, incluso los de control migratorio como es el Pacto Mundial de las migraciones al cual no firmó Piñera y que en la actualidad tampoco se realizó.  Lo que podemos decir es que estamos lejos de una migración segura, ordenada y regular para las personas migrantes. Y que desde el poder en Chile se utilizó esas tres palabras para hacer todo lo contrario vaciándolas de su contenido real. Esa actuación, la nueva ley migratoria, que de nueva tiene el SERMIG (Servicio de Migraciones) y un catálogo de derechos que luego se recortan al máximo en una serie de malabares que no logran esconder el carácter regresivo en derechos. Lo cierto es que la política aplicada dejó consecuencias graves como es el volumen de irregularidad migratoria sin tratar y sin políticas específicas hasta hoy, por lo tanto la regularización es el tema central para el país y para las personas migrantes.

 

 

Por Paul Walder

 

 

 

DATOS Y ESTADÍSTICAS

 

Algunos datos. La migración aportó 35,2% del crecimiento demográfico total en la década de 2010. La migración aportó casi el 50% de la fuerza de trabajo en el sector de trabajo doméstico. En lo referente a los servicios de preparación y distribución de comidas y servicios de alojamiento la migración aporta un 37,5% de la mano de obra del sector.

 

El estudio Encuesta del Bicentenario, capítulo de Migración da cuenta que la principal razón para migrar de quienes llegan se debe a:

 

  • la crisis económica que atraviesa el país de origen (33,6%) y
  • en segundo lugar, la falta de oportunidades laborales del mismo (26,3%).

 

La primera razón crisis económica:

 

Aparece fuertemente reflejada en la migración venezolana (49,1%)

 

La segunda razón falta de oportunidades laborales

En las migraciones

  • boliviana (51,2%),
  • peruana (44,9%),
  • colombiana (38,2%) y
  • haitiana (36,4%).

 

Se observa que la migración es en buena medida un proyecto colectivo, esto por el alto porcentaje de remesas enviadas al exterior. El potencial productivo de los migrantes que son en su mayoría jóvenes en edad de trabajar, concluye que es un desafío integrarlos de manera adecuada al sector laboral.

Las políticas tienen que estar muy atentas a estas señales.

La Encuesta Bicentenario también revela que el perfil educativo de los migrantes varía considerablemente, siendo el colectivo venezolano el que presenta los mayores niveles de educación terciaria completa (64,6%). Pero existen niveles bajos de convalidación de estudios en educación superior: poco más de 1 de cada 10 lo ha hecho, siendo el colectivo colombiano el único que dobla este porcentaje.

 “El potencial del beneficio de la migración al desarrollo del país se ve mermado por la tramitación de títulos, que sigue siendo baja debido a las dificultades que representa darle seguimiento y lograr obtenerlo.

Hay alta discriminación en el ambiente laboral, las personas migrantes están en un ambiente en el que contribuyen activamente al país, igualmente en esta participación laboral también hay una importante brecha de género”.

De hecho, la migración puede ser vista como una vía de protección social a nivel familiar, donde ciertos miembros del hogar se quedan en el origen. Consolidación de familias transnacionales, que dependen económicamente de quién ha migrado.

 

En promedio, 6 de cada 10 migrantes envían remesas. Esta estadística es incluso mayor en el caso de la migración venezolana y haitiana.

De hecho, la migración puede ser vista como una vía de protección social a nivel familiar, donde ciertos miembros del hogar se quedan en el origen.

La mayor parte han venido en busca de estabilidad económica (43% Venezuela y 25% otros) y por reunificación familiar mayoritariamente mujeres (36% Perú y 9% Haití)

Los recursos para venir.

El modo de financiamiento del viaje define puntos de partida diferentes en materia de integración. Disponibilidad de tiempo de búsqueda de trabajo menor dada la urgencia de pagar préstamos

Los haitianos y peruanos son lo que recurren más a préstamo para venir.

Los venezolanos señalan que hacen uso de recursos propios en origen.

 

Chile se considera la primera elección.

Muchos se proyectan en Chile en el mediano plazo. (85% piensa residir en los próximos 5 años)

 

Acceso de los niños a educación primaria y secundaria (entre 95 y 85%)

La brecha de acceso está en población haitiana con el (85%)

 

Convalidación de títulos

Sólo 12% de los encuestados con educación terciaria completa ha convalidado su título en Chile.

El proceso de convalidación desincentiva a realizarlo, dado los costos y la duración del proceso.

El único colectivo que supera ese porcentaje medio de 12% es el colombiano (21%) por los convenios existentes.

 

PARTICIPACION LABORAL

 

Las tasas de participación laboral son altas, pero existen brechas importantes de género.

Hombres promedio 95%

Mujeres promedio 84%

Entre los hombres: Colombia (98%), Haití (97%), Venezuela (93%), Perú (93%) y Bolivia (93%)

Entre las mujeres: Colombia (88 %),   Venezuela (87 %),     Perú (81 %),     Bolivia (79 %),     Haití (76 %).

 

 

ALTO PORCENTAJE DE TRABAJO ASALARIADO (78%) Y CON BRECHAS DE GÉNERO

Trabajo Asalariado     78%

Cuenta Propia             18%

Trabajo doméstico        3 %

 

 

MIGRANTES ASALARIADOS SEGÚN SEXO

HOMBRES    81%

MUJERES      75%

 

En general el 78% de los migrantes se encuentran ocupados, siendo superado este porcentaje por Haití con el 88%

Hombres: Haití (88 %), Venezuela (80 %), Colombia (79 %), Bolivia (79 %), Perú (78 %).

Mujeres: Haití (88 %), Venezuela (79 %), Colombia (71 %), Bolivia (61 %), Perú (55 %).

 

Las mayores brechas de género en trabajo asalariado se dan en el caso de Bolivia y Perú.

 

 

 

 

 

 

Periodista

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