Sí, Estado de Excepción, pero en el Congreso Nacional, con toque de queda y cuarentena incluidos
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Estimado lector: desde hace tiempo que vengo denunciando que nuestra casta política, además de corrupta, hipócrita y cínica, padece de una inopia, pobreza, indigencia y miseria intelectual que más que rabia o indignación, provoca lástima, pena y vergüenza ajena. El problema es que su actuar nos afecta a todos y, especialmente, a las clases más desposeídas de este sufrido país.
Sólo como antecedente, les recuerdo que con fecha 5 de febrero de 2020 se publicó en Clarín, un artículo de mi autoría, que alertaba lo que sucedía en el Congreso Nacional: ¿Qué alberga el Templo de Luxor sito en Valparaíso: un Congreso Nacional o un Hospital Psiquiátrico?
Pero esto, lejos de mejorar, aumenta a un ritmo vertiginoso, que se refleja en la carrera frenética y sin obstáculos, de “populismo legislativo”, en el que cada cual compite por llegar primero a la meta en que se supone (y ellos así lo creen) serán compensados con el premio mayor, que consiste en ser invitados a varios matinales de la televisión, para hablar y proponer un sin número de estupideces.
He decidido aceptar la genial idea del senador Juan Luis Castro, que dice pertenecer al club social cuyo nombre de fantasía es Partido Socialista de Chile, en la que propone decretar Estado de Excepción en las Regiones Metropolitana y de Valparaíso con toque de queda incluido “¿por qué no?”, para evitar la comisión de delitos, especialmente los de las bandas de narcotráfico, sobre todo en las poblaciones.
Así, recojo el guante, pero propongo decretar el Estado de Excepción en el Congreso Nacional, con toque de queda “¿por qué no?, y, además, con cuarentena. Tanto diputados como senadores, que idolatran los Estados de Excepción, estarán obligados a permanecer en el interior del edificio durante 40 días. Deberán contratar un equipo de psiquiatras, por supuesto remunerados a costa de sus dietas, para que, de acuerdo a un diagnóstico inicial, puedan evaluar la gravedad de su megalomanía paranoica, provocada por la acentuación de su hipocresía, cinismo y fantochadas. A partir de la constatación de la patología, iniciar un tratamiento intensivo que, es de esperar, si no hay mejoría total, por lo menos, pueda atenuar sus efectos en los 40 días que dura la cuarentena. Demás está decir, que los señores congresistas no podrán salir de los límites de las instalaciones, a lo sumo, recorrer los jardines del Congreso si así lo indican los médicos tratantes, como rutina aconsejable para apoyo al tratamiento. Al cabo de los 40 días, pueden aprovechar la presencia de su colega psiquiatra, sí, esa misma, para que les haga una evaluación con el propósito de que emane un diagnóstico sobre su evolución en el tratamiento: aptos o no para darlos de alta. De todas maneras, su convalecencia deberá seguir mientras dure su periodo como congresista. En este tipo de patologías, en la mayoría de los casos, hay recaídas. Desde ya, creo que el senador José Miguel Insulza, no tiene remedio, ya que su paranoia no le permite ni siquiera dormir, pues sueña que es perseguido por el espectro del finado e inocente Matapacos.
Los funcionarios del Congreso, no tienen obligación de permanecer en su interior, y pueden aprovechar de tomar unas merecidas vacaciones, especialmente por tener que soportar las estulticias diarias que espetan los parlamentarios. Ahora bien, como no habrá personal de servicio, los señores congresistas tendrán que preparar sus propias viandas (en grupos grandes, no falta el o la que sabe preparar unos exquisitos platillos), si no, queda el recurso de solicitar comida rápida vía “delivery” como dicta la moda.
Además, tendrán que formar comisiones, que es su especialidad, para el aseo tanto de las salas como de pasillos y, especialmente, baños y cocina. Todos van a querer formar estas comisiones, pues podrán aprender lo que es el trabajo duro, que en su privilegiada vida nunca les ha tocado realizar. Esta inolvidable experiencia, les aportará muy buenos antecedentes para proponer leyes en favor de la clase trabajadora. Por supuesto, que también coadyuvará en el tratamiento psiquiátrico.
La maratón legislativa
A continuación, copio algunos comentarios de expertos (estos sí), en derecho penal y de una experta en seguridad pública, publicados en el portal El Mostrador:
(Abogado penalista Francisco Cox): … «el problema que estamos viviendo no lo resolvemos con más legislación, se resuelve con una policía bien dirigida, bien capacitada y bien dotada de recursos». Asimismo, fue enfático en el llamado a mayores atribuciones a las policías que piden algunos parlamentarios: «Lo que no podemos hacer es crear una super policía sin control porque lo que ocurre con eso es lo que ocurrió en México (…) Cuando creas policías sin control, se producen fenómenos de corrupción y no digamos que Carabineros de Chile ha sido absolutamente inmune a la corrupción».
https://www.elmostrador.cl/destacado/2023/03/29/abogado-penalista-francisco-cox-y-crisis-de-seguridad-el-problema-no-lo-resolvemos-con-mas-legislacion-sino-con-una-policia-bien-dirigida-y-bien-capacitada/
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“Para el abogado penalista y académico de la Universidad Diego Portales, Mauricio Duce, es muy probable que los parlamentarios estén legislando “promesas que no van a poder cumplir”, porque no está demostrado que cambios en penas reduzcan delitos o la violencia contra Carabineros y señala que sería mejor ver propuestas más orgánicas y racionales, pues “hoy día, más bien, lo que estamos viendo es que hay una presión por ir hacia cuestiones que exceden los márgenes de racionalidad”
Duce también llama la atención respecto a insistir en el aumento de las penas: “Cuando entregas un cheque en blanco, necesitas los contrapesos adecuados para el ejercicio del monopolio de la fuerza. Si no colocas los contrapesos, se corre el riesgo de abuso policial, casos de gatillo fácil, lo que tampoco es conveniente”.
«En mi opinión –agrega– la probabilidad que tienen estas leyes de efectivamente resolver los problemas de seguridad es bajísima o muy marginal, porque no se está haciendo cargo de los problemas de fondo»
Para el también abogado penalista y profesor de la Universidad Diego Portales, Cristián Riego, los problemas en seguridad “no son de tipo legislativos, son operativos” y señala que estos paquetes pro seguridad no están apuntando a ayudar a los carabineros en su trabajo diario: “Sería mucho más importante lograr mejorar la coordinación entre las fuerzas policiales y el resto del sistema. Hay que mejorar el entrenamiento, el respaldo a los policías que son objeto de un cuestionamiento o han sido imputados penalmente, porque en estos casos el carabinero no tiene una defensa apropiada, queda suspendido del cargo y no tiene un respaldo institucional importante”.
Riego considera además que sería mejor apoyar el entrenamiento de los carabineros para encarar situaciones violentas, mejorar sus prácticas de defensa propia y en uso de armas. “Lo lógico sería hacer un estudio con los propios policías, en que les preguntes a ellos cuáles son las dificultades que encaran y sobre esa base realizar una propuesta de cambios destinada a resolver las falencias”.
Naín y Retamal
La socióloga Alejandra Mohor, del Centro de Estudios de Seguridad Ciudadana de la Facultad de Gobierno de la Universidad de Chile, también es crítica del trabajo legislativo que se ha visto esta semana: “Me preocupa muchísimo este refundido de los proyectos de ley que han denominado Naín y Retamal. En particular, me genera mucha preocupación la legítima defensa privilegiada (…). Puede ser una garantía procesal respecto del uso de la fuerza letal. Lo que vemos en la experiencia de Estados Unidos es que este tipo de medidas solo han redundado en una mayor letalidad, sin que con eso se reduzca para nada la criminalidad (…). Creo que el tenor de la discusión que tenemos hoy día esta lejísimo de acercarnos a los verdaderos caminos para mitigar los problemas de violencia y delito a los que hoy día nos enfrentamos”.
Mohor manifiesta asimismo su preocupación por la posibilidad de que terminemos “dispuestos a sacrificar las libertades individuales bajo la falsa premisa de que esto va a venir a disminuir la criminalidad”.
Creo que es muy importante distinguir en los estamentos y sus funciones en los que está, principalmente, organizado Carabineros. La derecha, con un cinismo e hipocresía a toda prueba, han censurado al presidente Boric, a la ministra Camila Vallejos y a la “izquierda” en general, por haber criticado, cuando eran diputados, la violación de los derechos humanos por parte de carabineros, lo que habría ayudado a su desprestigio. La crítica que hizo la mayoría de los ciudadanos a carabineros por la violación de los derechos humanos, iba dirigida hacia la actuación de las Fuerzas Especiales (hoy Control del Orden Público COP) cuya tarea es reprimir, con singular entusiasmo, cualquier manifestación, si bien sea pacífica. Y aunque a la derecha esa realidad le cause urticaria, no puede desconocer los 30 asesinados, los más de cuatrocientos mutilados por disparo de balines directo a los ojos de los manifestantes, en dos casos con ceguera completa (aunque la que te dije diga lo contrario), el adolescente lanzado al río Mapocho, el otro joven aplastado entre dos vehículos blindados, etc.
Estos funcionarios de carabineros, salen a reprimir, armados hasta los dientes, con verdaderas corazas que les cubre todo su cuerpo, premunidos de cascos antibalas, con viseras, etc. además, apoyados por tanquetas, carros blindados, carros lanza agua (guanacos), zorrillos, con sus lumas, con escopetas lanza bombas lacrimógenas, fusiles para disparar balines, etc. Todos este “ajuar” para enfrentarse a personas inocentes y desarmadas.
Ricardo Yañez
Los carabineros que se enfrentan a delincuentes, a veces de gran peligrosidad, están prácticamente desarmados, sin trajes adecuados (cascos y chalecos antibalas), en radiopatrullas sin blindaje, etc. Muchas veces los envían solos a un procedimiento que se sabe puede tener un alto riesgo para su integridad física, como fue el caso del carabinero asesinado en San Miguel. Además, es notoria su falta de preparación y capacitación para enfrentarse a delincuentes (recordar el video de 2 carabineros enfrentados a dos jóvenes en Antofagasta, en donde quedó expuesta su impericia para reducir a los dos delincuentes).
Dicho lo anterior, queda manifiesta, con meridiana claridad, que el mayor responsable de los asesinatos de que han sido víctima los carabineros, es el general director, Ricardo Yañez, pues es el responsable de todo el funcionamiento de la institución, especialmente de la instrucción y capacitación del personal. Pareciera que la única preocupación en cuanto a la capacitación, está radicada en el contingente encargado de Control de Orden Público, pues ahí se notan las herramientas con que cuentan en la “lucha” cuerpo a cuerpo. Si se ven afligidos, llaman a sus camaradas y “se lo echan de a montón”, como a Juan Charrasqueado.
En síntesis, señores de la derecha vociferante, cínica e hipócrita, a Carabineros no los desprestigia lo que ustedes llaman izquierda, sino que se desprestigia sola, empezando por el Pacogate, por la incapacidad dirigencial del alto mando y, especialmente, por la actuación de los funcionarios del COP. Esta derecha, cínica e hipócrita, está esperando que haya un mártir en carabineros para armar una alharaca histérica, vociferando en contra de todos los que no son de su religión, con el propósito de tapar todas las corrupciones de sus altos mandos, las violaciones a los derechos humanos y los asesinatos de civiles y mapuche que ha cometido la “benemérita” institución uniformada y militarizada y que jamás han criticado.
Antes de terminar, un cariñoso mensaje a doña Evelyn Matthei: masajee sus neuronas alcaldesa, al parecer están un poco atrofiadas, de dónde saca que los pacos del COP no tienen cómo defenderse, si están armados hasta los dientes como he señalado anteriormente.
Por Hugo Murialdo
es periodista, escritor, magíster en Ciencias de la Comunicación y magíster en Filosofía Política
Las opiniones vertidas en esta sección son responsabilidad del autor y no representan necesariamente el pensamiento del diario El Clarín
Gino Vallega says:
Las ironías, que antes causaban sonrisas, ahora, ante la realidad pandillesca del parlamento, que produce temor y parálisis, ya no tienen efecto y la mueca de horror de un país devenido narco por acción política, es lo normal y corriente. Chile, no va más?