El gobierno de Gabriel Boric: Una peligrosa deriva en política internacional
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En materias internacionales, el actual gobierno no se ha diferenciado sustancialmente del gobierno de Sebastián Piñera.
Lo que resulta sorprendente y preocupante es el alineamiento que el actual gobierno ha adoptado con la política imperial respecto al conflicto bélico en Ucrania, y que se ha manifestado en conferencias virtuales del Presidente Boric con el muy cuestionable gobernante de esa nación, el excomediante Volodimir Zelenski, y en las cuales ambos gobernantes acordaron en la necesidad de proseguir la guerra. No sólo eso: también elogiaron la insólita y absurda orden de captura emitida por la Corte Penal Internacional en contra de Vladimir Putin.
Este gobierno no debería ignorar que el conflicto que se libra en Ucrania no se inició en febrero del 2022, sino muchos años atrás. Concretamente, en el 2014, con el golpe de estado organizado por el Departamento de Estado de EUA y que contó con el activo protagonismo en el terreno de la Señora Victoria Nuland, Subsecretaria de Estado para Asuntos Euroasiáticos de la Administración Obama. (¡Son especialistas en ello y los chilenos bien lo sabemos!). El golpe entronizó en Kiev a un régimen de derecha radical que comenzó a lanzar sistemáticos ataques contra el territorio rusófono de Donbass, ocasionando miles de muertos, heridos y mutilados que la prensa occidental se encargó de silenciar u ocultar ante los ojos de la opinión pública.
El propósito del Imperio era y sigue siendo usar a Ucrania para agredir a Rusia, sin involucrar directamente a la OTAN, con el objeto de debilitarla y en lo posible aplicar en ese vasto país la misma receta que aplicaron en la ex Yugoslavia en los años noventa; desmembrarla en varios pequeños estados, ninguno de los cuales pudiera confrontar ni cuestionar el dominio imperial de los EUA en la región, privando además a la República Popular China (RPCH) -definida por Washington como el adversario estratégico principal- de un aliado fundamental como Rusia. Para el gobierno de Estados Unidos China es el único actor que está en condiciones de instaurar un orden internacional multipolar, algo totalmente inaceptable para Washington. Y para ello es imprescindible contar con el apoyo de una Rusia fuerte en lo económico y militar.
El gobierno de los EUA en su pretensión de revivir la desacreditada doctrina Monroe, esa de” América para los americanos”, es decir para ellos, presionará al gobierno de Gabriel Boric, no sólo para que se enemiste con Rusia, sino también de forma indirecta con la RPCH, hoy por hoy el principal socio comercial de Chile y de la mayoría de los países de la región. De hecho, ya lo está haciendo a través de la jefa del Comando Sur, la generala Laura Richardson, quien al referirse a las inmensas riquezas naturales de los países del área no vacila en hablar de “nuestros recursos naturales” y recorre la región de punta a punta, solicitándole a los gobiernos que mantengan a China fuera de lo que, eufemísticamente, ella denomina “nuestro vecindario.” Tomar partido por el gobierno ucraniano, como hace Boric, es exactamente lo que Washington necesita para lograr apartar a China de “su vecindario”, como si fuese propiedad de los EUA, como si pudiesen seguir considerándola como lo que un día fue: El patio trasero del imperialismo.
En efecto, la generala habla sin pudor sobre nuestra Amazonía, nuestra biodiversidad, nuestra reservas de agua dulce, nuestro cobre, nuestro triángulo del litio situado en Bolivia, Argentina y Chile: ¡Vienen por todas nuestras riquezas!.
Ante ello, solo la denuncia oportuna y firme de estas pretensiones, la movilización consciente de los pueblos y la actuación digna de gobernantes que sepan defender nuestra soberanía, nuestra autodeterminación y nuestras riquezas básicas a la manera que lo hizo entre 1970 y 1973 el heroico Presidente Dr. Salvador Allende, derrocado por los mismos que hoy nos quieren imponer sus políticas y arrastrar a sus conflictos internacionales.
Por Centro de Formación Memoria y Futuro
Las opiniones vertidas en esta sección son responsabilidad del autor y no representan necesariamente el pensamiento del diario El Clarín
Margarita Labarca Goddard says:
La Corte Penal Internacional, que fue una buena iniciativa para formalizar la competencia penal internacional, prefiere condenar a Putin, que es un comunista come-guaguas como todos los rusos, que no se hagan los inocentones. Si hasta Tolstoi, Dostoievsky, Pushkin y todos los otros escritores famosos también lo eran, la prueba es que se les ha prohibido en el “mundo occidental.”
Los pueblos quieren la paz porque esta guerra nos está empobreciendo a todos. Pero para eso no se necesita hablar con Zelenski sino con Biden, Macron y otros presidentes que se lo pasan mandándole a Ucrania plata, armas y ahora uranio empobrecido o enriquecido, que nadie sabe lo que es, con lo cual nos están arriesgando a todos a una guerra nuclear y al fin del mundo, aunque sea porque alguien aprieta el botón equivocado.
Desde luego, todos sabemos que Ucrania y en especial Crimea siempre fueron rusos, porque en La Guerra y la Paz, en Ana Karenina y en toda las novelas rusas, se ve como los personajes se van de vacaciones a Crimea. Y si usted no los ha leído, léalos inmediatamente para no quedar de ignorante. Y si de las librerías los han quitado por la censura que nos imponen, pídaselos a cualquier amigo, que todos los tienen en sus bibliotecas,
Felipe Portales says:
No sabemos si emulará a González Videla (esperemos que no); pero sí se ha entregado completamente a la vieja Concertación que ocupa los ministerios claves de Hacienda, Interior, Secretaría General de la Presidencia, Relaciones Exteriores y Defensa. Y que se ha subordinado plenamente, en lo político (guerra de Ucrania) y en lo económico a Estados Unidos y los grandes países de Occidente, en cuanto a su inserción solitaria y subordinada a la globalización neoliberal.
Renato Alvarado Vidal says:
Boric insiste en emular a González Videla y se merece el título de Gabriel II.
¡Qué triste manera de quedar en la Historia!
Serafín Rodríguez says:
Bastante superficial el artículo. El párrafo que se inicia con «El propósito del Imperio…” es un disparate. La Federación Rusa no es ninguna Yugoslavia. Es una de las tres grandes potencias capitalistas nucleares del mundo. En cuanto a los párrafos que siguen, todo es mucho más complicado en cuanto a América Latina por su sujeción al neoliberalismo globalizado a través de los múltiples Tratados de Libre Comercio que incluyen tanto a China como a EE.UU. Con todo lo que sí está claro es que el propósito de EE.UU. es fortalecer territorialmente a la OTAN en contravención al acuerdo “ni una pulgada más” con Gorbachov de 1990. Ésta y no otra es la cuestión de fondo. Aunque EE.UU. no ha logrado su propósito, su movida le está dando resultados en Suecia, por ejemplo. Sin embargo, lo que EE.UU. no parece haber previsto es que sus acciones terminarían por consolidar el eje Moscú-Beijing. El problema es que EE.UU. aparentemente sigue pensando en términos militares en circunstancias de que el fenómeno de la globalización es fundamentalmente económico-comercial. La gran desventaja de EE.UU., principalmente respectó a China, es que ha “exportado» buena parte de sus industrias en pos de mano de obra barata, convirtiéndose principalmente en una sociedad de servicios y de consumo, con excepción de su industria militar y afines. Esto es algo que Biden tiene claro y está tratando de “repatriar” esas industrias. De que lo logre, es otra cuestión. En cuanto a la Federación Rusa, su economía es altamente diversificada y su principal socio comercial es China de modo que el estrechamiento de las relaciones entre Moscú y Beijing era perfectamente previsible. Resulta bastante incomprensible que el Departamento de Estado no lo haya tenido en cuenta. La única explicación posible es que aparentemente predominó la absurda lógica militar con raíces en la guerra fría.
En cuanto al papel que está jugando Boric en este escenario, es el de un simple pobre peón al servicio propagandístico del patrón del norte, aunque parece haber una agenda escondida en términos de ayuda militar a Ucrania como el envío de expertos en desactivación de minas e incluso tanques Leopard II como por ahí se afirma —ver el enlace de más abajo—, aunque esto de los tanques no parece nada de viable. Tal vez la reclutación de algunos mercenarios, ex miembros del ejército, aunque si no me equivoco, algunos que fueron a Irak volvieron corriendo con el traste a dos manos en cuanto escucharon algunas balaceras.
https://www.elmostrador.cl/noticias/sin-editar/2023/03/23/la-trastienda-de-la-reunion-boric-zelensky/