Chile al Día

“Los derechos humanos deben respetarse bajo cualquier circunstancia”

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Así lo expresó el ex presidente de Colombia Juan Manuel Santos, Premio Nobel de la Paz 2016 inaugurando el ciclo “Diálogos de la Memoria. Construcción de paz y reconciliación”; actividad realizada este martes 07 en el auditórium del Museo de La Memoria y los Derechos Humanos (MMDH).

Esta es una de las actividades que el Museo está realizando con motivo de la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado en Chile.

De manera previa a la conversación, el ex mandatario acompañado de la presidenta del directorio del Museo, Marcia Scantlebury y de la directora ejecutiva, Fernanda García realizó una visita al Museo de la Memoria y su recorrido finalizó, en la zona Ausencia y Memoria, con un homenaje a las víctimas de la dictadura.

En la conversación, el ex presidente realizo un relato de lo que fue el inicio y la construcción del proceso de paz en su país.

“Una de las cosas que ayudo mucho, fue la construcción de la confianza. Esta requirió de gestos, hechos y actitudes constantes de una parte hacia la otra y, sobre todo, de entender de que había una necesidad de dialogar, para poder entender cómo piensa el otro y que esa conversación es la base de la convivencia democrática y sobre todo para la construcción de acuerdos.

Porque, en los diálogos nadie se sienta a convencer al otro, sino que, a escuchar, aprender y a entender a la persona que se tiene al frente”, señala el ex mandatario.

“Una de las acciones que se tomó durante mi gobierno, es que cambiamos la mentalidad de las acciones militares. Es decir, se pasó del enfrentamiento con enemigos a enfrentamientos con adversarios. ¿Y cuál es la diferencia? Al enemigo, se le elimina, pero al adversario se lo cuida y se trata de convencer a que deje la vía armada y, en vez de matar a los miembros de las FARC que caían heridos, los militares los llevaban a hospitales.

Ese cambio en la manera de enfrentar el conflicto, es decir que fueran mirados como seres humanos, llevó a que un gran número de miembros de las FARC, fueran desmovilizados o capturados”.

En 2011, el presidente Santos aprobó la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, que incluía la restitución de millones de acres a personas desplazadas y la recompensa financiera para víctimas de violaciones de los derechos humanos.

“Ahora, Colombia está en un proceso de sanar las heridas, estamos en un proceso de reconciliación y por cierto que es tremendamente doloroso, traumático ya que, en muchas ocasiones, los victimarios han reconocido ante sus víctimas lo que hicieron, pero en este proceso, lo más importante es la reparación, la justicia, la verdad y la no repetición de los horrores que se viven cuando la convivencia democrática y el dialogo se rompen.

“Este proceso es un camino largo, en el cual siempre existe la tentación de olvidar, de mirar para el lado, pero, por muy larga y dolorosa que sea, siempre es preferible saber la verdad”.

El informe ¡Basta ya! del Centro de Memoria Histórica, publicado en 2013 señala que “entre 1958 y 2012, el conflicto en Colombia causó la muerte de 40.787 combatientes y 177.307 civiles. El número de desaparecidos entre 1981 y 2010 fue de 25.000, el de secuestrados 27.023 y el de asesinatos 150.000. De esta última cifra el 38,4 por ciento fue responsabilidad de los paramilitares, el 16,8 por ciento de la guerrilla y el 10,1 por ciento de la Fuerza Pública (Centro de Memoria Histórica, 2013)”.

En la misma línea, el anuario de procesos de paz 2015 de la Escuela de Cultura de Paz apunta que, en 40 años de conflicto interno, hubo 39.000 colombianos que fueron víctimas de secuestro, con una tasa de impunidad del 92 por ciento. Un 37 por ciento de los secuestros fueron atribuidos a las FARC-EP y un 30 por ciento al ELN.

El anuario reporta que según el Uppsala Conflict Data Programme (UCDP) se registra un mínimo de 1.000 muertos anuales relacionados con el combate (Escuela de Cultura de Paz, 2015).

 

Por otro lado, la organización ACNUR sostiene que desde 1997 se han producido 3,9 millones de desplazamientos forzosos en Colombia (ACNUR, 2013).

 

 

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