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El problema no es la inflación ni las altas tasas; el problema es la desigualdad: cuatro propuestas para superar el neoliberalismo

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Al observar las mediciones sobre el clima económico, hoy vivimos uno de los peores momentos de los últimos años. Si comparamos la percepción del curso de la economía de la población desde el segundo gobierno de Michelle Bachelet con el gobierno presente de Gabriel Boric hay una caída en la percepción de los trabajadores y ciudadanos respecto a su situación financiera. Incluso durante el malogrado segundo gobierno de Sebastián Piñera la ciudadanía tuvo mayor optimismo respecto a la economía.

 

Las mediciones subjetivas las ha realizado la firma Cadem. En su última publicación del domingo 5 de marzo, un 48% de los encuestados creen que la situación económica del país no es prometedora, nivel que supera gran parte de los periodos de Bachelet y Piñera.

 

La respuesta sobre consumo es la más categórica y es la que supera con creces a los anteriores gobiernos. A la pregunta ¿Cómo calificaría usted la situación económica de los consumidores para poder comprar bienes y servicios? Un 70% (en enero y febrero llegó al 78%) estima que sus expectativas de consumo son malas o muy malas.

La percepción ciudadana se apoya en otros indicadores. Todos los referentes a consumo son desfavorables para el desarrollo de esta actividad. La inflación, las altas tasas de interés, la caída de los salarios y la pérdida de poder adquisitivo han mermado la capacidad de consumo.

Veamos.

 

En febrero, las tasas de interés de los préstamos de consumo y comerciales aumentaron a 29,4 y 16,6% (enero: 28,7y 15,7%), respectivamente.

 

Los incrementos observados en las tasas de los préstamos de consumo se explicaron por un aumento en la tasa y una mayor incidencia del componente rotativo de las tarjetas de crédito.

La inflación no da tregua. La última medición del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) de enero marcó un 0,8%, con lo que la inflación suma en doce meses un 12,3%. Por rubros, son los productos básicos de primera necesidad lo que abultan el IPC. A enero, los alimentos sumaron un aumento anualizado del 23,9% en tanto el transporte casi un 15%.

 

Los salarios, sin embargo, mantienen una tendencia plana y como consecuencia el trabajador obtiene una fuerte pérdida de su poder adquisitivo.  La cuarta semana del 2023 (23 al 29 de enero), se evidencia una baja nominal anual de 5,2% en las ventas del retail y una caída de 11,1% frente a igual semana de 2022 al no considerar supermercados. Las tiendas especializadas marcan una baja nominal anual de 5% en igual semana, mientras que las no especializadas caen un 14,8% nominal frente a igual semana del 2022 informó la Cámara Nacional de Comercio.

 

Espejismo estadístico

 

Las subjetividades están apoyadas en unos indicadores actuales que en los hechos no difieren mucho de los anteriores. Con tasas de interés más o menos bajas, con una inflación controlada, con  índices de desempleo discretos, la pesadumbre en la población es y ha sido sin embargo alta. Un mal endémico que no está directamente relacionado con las oscilaciones del mercado o los indicadores macroeconómicos sino con un régimen económico hecho institución. Bajop el neoliberalismo el malestar de trabajadores y ciudadanos ha sido y es endémico. Sondeos de todo tipo lo confirman desde hace décadas.

El problema no es la macroeconómia o las altas tasas de inflación aun cuando influyan en el malestar. El problema bajo el régimen neoliberal es la desigualdad que ha creado. Y ello no lo resuelve ni el crecimiento, ni una baja inflación o menores tasas de interés. Se resuelve con un cambio o una reforma profunda.

 

Es lo que plantea el economista Andrés Solimano, doctor en Economía del MIT. «El año 2022, aun con inflación, economía internacional volátil y ajuste macro de por medio, fue altamente rentable para la banca, para las empresas privadas que explotan el litio, las AFP y otros. Las utilidades de la banca, un sector de poca competencia, alcanzaron la friolera de US$ 6.396 millones, un aumento del 30 por ciento en 12 meses». Todo en un año de nulo crecimiento, alta inflación sobreendeudamiento familiar y pérdida de la capacidad adquisitiva.

 

Cuatro reformas urgentes

 

Superar el malestar ciudadano es superar el neoliberalismo con un plan contra la desigualdad. Para ello, Solimano propone en primer lugar  aprovechar la reforma tributaria para introducir un conjunto de impuestos progresivos sobre las ganancias sobre-normales del sistema financiero, el litio, las AFP (mientras duren) y otros sectores dominados por pocas empresas de gran tamaño. El sector forestal, en atención a sus variadas externalidades negativas, también debe ser sujeto de un impuesto especifico.

Otro cambio importante es  impulsar una reforma real de las relaciones laborales que finalmente balanceen el poder de negociación entre el sector laboral y el gran capital, que claramente ha favorecido ha este ultimo desde el golpe de Estado de 1973. En lo concreto, se debería abandonar la prohibición a la negociación por rama de actividad económica de la ley laboral, que emana, a su vez, del Plan Laboral de 1979 . Esta clausula ha sido mantenida por todos los gobiernos civiles que llegaron al poder desde 1990;

Ua tercera reforma es impulsar un programa sustancial de promoción de la educación publica, fuente fundamental de movilidad social ascendente, que cubra el nivel escolar, técnico profesional y universitario. La marginalización de la educación publica ha sido otra constante de la nueva democracia que siguió al fin del régimen de Pinochet,

Por último, el economista del MIT propone una agenda orientada a promover la recuperación del status del sector de trabajadores, los que incidentalmente hacen andar el país, pero que han sido rezagados por décadas, a través de programas de capacitación, empleo y democracia económica a nivel de la empresa. A nivel social general el monto destinado a programas anti-crisis deben ser aumentados.

 

 

 

 

 

 

 

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  1. ¿ Solimano habrá leído lo que decía J.Gabriel Palma Penco el año 2018 o 2029, sobre un factor que «está provocando retraso de 10 años en la mejora de los salarios chilenos » ? ( 85 % de los nuevos puestos laborales formales estaba siendo ocupado por «no- chilenos» ese año )

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