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¿Y dónde está el programa? Homenaje al poeta Santiago Cavieres, 1930-2023

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O se despercuden o esto concluye. En las situaciones claves, se observa al gobierno de Gabriel Boric, algo perdido en el desierto de Atacama. No en calidad de pirquinero o furtivo inmigrante, sino extraviado por la seguidilla de imprudencias. Como extraviaron la brújula del programa, improvisan a veces, y avanzan al buen tuntún. La derecha, acostumbrada a destruir los avances sociales, al vivir depredando mientras se beneficia de las desgracias del pueblo, ha cogido la batuta y dirige la orquesta. Imprime así, a su regalado arbitrio, el ritmo que le acomoda.

Cuando gobierna, interpreta un cadencioso vals vienés, donde las parejas expresan su alegría y danzan al compás del Danubio Azul. O si se quiere, del Pacífico Azul, cuyo litoral de 200 millas, pertenecía a Chile en tiempos de la creolina. Ahora, si usted apetece ir a pescar ahí una modesta merluza, debe pedir autorización a las cinco familias que lo regentan. En cambio, si desea pescar en un río o en un lago, debe hacerlo a hurtadillas, pues también tienen dueño.

¿Y dónde permanece el programa de gobierno? ¿Quién lo escondió? A veces se consulta para quitarle las telarañas y el olor a naftalina. En esas oportunidades, sobreviene un respiro, pues se desempolva y algo se logra de su lectura. Guiños por aquí y por acullá, el gobierno se da una pausa, mientras le mira el semblante a la oposición, por si se encoleriza. Entonces, el escenario es otro. Urgidos, los mocitos, sacristanes y trotaconventos al servicio de la oligarquía, se ponen a gemir y de verdad, saben enternecer a los idiotas. Actores y actrices que actúan a diario en el Congreso Nacional, nos recuerdan a la “Remolienda” la magnífica obra de teatro de Alejandro Sieveking. Historia sobre un prostíbulo, donde cualquiera converge.

La derecha habla de desgracias, muerte del sistema capitalista que tanto idolatra, como si fuese un becerro de oro. De suceder semejante desgracia, acusan, Chile puede caer en manos del totalitarismo de izquierda; que se va a hundir en el caos; y lloran como vírgenes necias, mientras anuncian el funeral del país.




Día a día, nos enfrentamos a una seguidilla de sepelios, auspiciados y promovidos por los señorones. Llorar para ellos y lamentarse constituye una manoseada estrategia. Como ya enterraron la nacionalización del cobre, obsequiaron el litoral a un grupúsculo, la enseñanza a la “industria” del caso, la salud y la previsión; suma y sigue el descalabro. Se entregó el agua a Endesa, AES Gener y firmas del grupo Matte, aparecen como propietarios de importantes derechos del vital elemento, en varias regiones del país. Si usted tiene sed y bebe agua de un pilón en la plaza pública, debe agradecer a los dueños de este vital líquido. Hágalo desde la llave de su casa y así evitará ser tildado de oportunista.

Dolida la derecha por el revés sufrido al no aceptarse a doña Dominga, a integrar la familia encopetada, el saqueo se dirigirá ahora, en otras direcciones. Hay una amplitud de oportunidades destinadas a depredar las riquezas del país. El final de esta historia de piratería, mil veces narrada, parece que nunca va a concluir.

 

Por Walter Garib

 

 

 

 



Escritor

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