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La marcha de los Cuatro Suyos en versión 2023

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El territorio Inca abarcaba desde el sur de Colombia hasta el Río  Maule, en Chile, (incluía las actuales Repúblicas de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, el norte de Chile y Argentina) ANTISUYO.CONTISUYO .COYASUYO.CHIMCHA SUYO

La primera marcha, en el mes de julio del año 2000, apresuró la muerte de la dictadura Fujimori-Montesinos; el dictador Alberto Fujimori había triunfado en las elecciones presidenciales para gobernar el Perú en un tercer período: el resultado a boca de urna favorecía a Alejandro Toledo, con un 47% frente al 42% de Fujimori, pero sorpresivamente, entrada la noche, apareció triunfando Fujimori, lo cual significaba la evidencia  del fraude.

El principal protagonista de la primera marcha de los Cuatro Suyos, (los Incas habían dividido su imperio en “Cuatro Suyos”), fue Alejandro Toledo, un “choro”, casado con judía belga, quien tenía el mérito de conocer el idioma y la cultura del pueblo inca. (Actualmente Alejandro Toledo ha pasado de ser un héroe  a convertirse en un acusado de corrupción, lavado de dinero por parte de la empresa brasilera Odebrecht, ahora radicado en Estados Unidos, en espera de su extradición a Perú).

La marcha de los “Cuatro Suyos” movilizó a la mayoría de la sociedad civil peruana, que estaba harta de la dictadura del “chino” Fujimori, y su mellizo en negocios turbios, Vladimiro Montesinos. Cuando las manifestaciones llegaban al culmen, Montesinos usó una “bala de plata”, consistente en colocar una bomba en el Banco de la República, en pleno centro cívico de Lima, la capital. La explosión, en vez de colocar a la ciudadanía en contra de la manifestación, la incentivó.

Montesinos fue descubierto infraganti cuando entregaba al diputado Alex Kouri 15.000 dólares en efectivo, consignado en los famosos “vladi-videos”. Fujimori, a su vez, después de jurar al cargo de Presidente por tercera vez, aprovechó una invitación a Dubái para huir de Perú e instalarse en Japón, (tierra de sus ancestros).

Hoy, la mayoría del pueblo de Perú profundo rechaza el gobierno cívico-militar, encabezado por Dina Boluarte, sumado a un Congreso corrupto, odiado y despreciado por los ciudadanos en casi su totalidad.

Apenas el Presidente Pedro Castillo fue tomado preso, durante esa misma tarde,  104 congresistas, votaron la vacancia. Por su parte, en esa misma tarde, la Vicepresidenta, Dina Boluarte, juró al cargo de Presidenta de Perú y, sin entender que debería encabezar un gobierno de transición, declaró a la Prensa que su gobierno llegaría hasta el 2026, el fin del gobierno de Pedro Castillo.

Dina Boluarte, en vez de calmar la situación catastrófica de Perú, echó bencina al fuego al decretar el Estado de excepción en todo el territorio nacional, con la consiguiente seguidilla de represión y de violación a los derechos humanos, (con varios heridos y 47 muertos hasta hoy, ocasionados por militares y policías).

Para completar la traición de la ahora Presidenta, presentó al Congreso un proyecto de ley en el cual designa como su reemplazante, cuando ella viaje al extranjero, al ex militar William Zapata, actual presidente del Congreso.

El Estado peruano no ha existido desde la independencia, hasta el actual bicentenario la corrupción ha terminado por carcomer cualquier atisbo de cooperación y entendimiento entre la sierra, la costa y la selva, con el Perú virreinal de Lima y Callao.

En la sierra andina el Estado no existe, pues la intervención militar ha sido tan violenta como la llevada a efecto por la guerrilla del Sendero Luminoso y el Movimiento Tupac Amaru.

La tregua con motivo de las fiestas de fin de año se caracteriza por su precariedad, y los movimientos sociales de las provincias del sur del país tienden a extenderse ahora hacia el norte, preparando una marcha de los “Cuatro Suyos”, que habría comenzado a inicios de enero enero de 2023.

El diagnóstico de la crisis peruana debe ser entendido en el largo período histórico: un siglo XIX colmado de golpes militares, sumado a una derrota frente a Chile en la “guerra del salitre y del guano”, (guerra del Pacífico). La mayoría de los historiadores concuerdan en que Chile ganó gracias a la existencia de un Estado fuerte y orgánico contra un país decadente y balcanizado.

Durante el siglo XX, el Partido Comunista y el APRA, que dieron cimento en el pensamiento de Luis Carlos Mariátegui y de Víctor Raúl Haya de la Torre, ahora han sido destruidos: el primero, por la división y la lucha chino-soviética entre el PC Sendero Luminoso y el Partido Comunista clásico; el segundo, pasó a formar, con el Presidente Alán García, parte de una serie de partidos políticos de fantasía, (en el caso del APRA, aliados al partido fujimorista, liderado por Keiko Fujimori, (hija del dictador).

Perú Republicano ha llegado a instalar un caos que destruye cualquier intento de unidad, cuya solución no consiste solamente en una reforma constitucional, si no se enfrenta, de raíz, el choque entre la Lima virreinal y las provincias, entre el racismo-clasismo, que margina y condena a los pobres a vivir en un Estado, cuya misión se limita aplicar la violencia contra las clases menos favorecidas.

Ojalá esta nueva marcha de los  “Cuatro Suyos” pueda abrir el camino hacia una refundación, cada vez más imprescindible, del Estado peruano.

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

enero 2023

 

Historiador y cronista

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