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Borrar el jardín de la resistencia es borrar un espacio de memoria de la historia chilena

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Este lunes 26 de diciembre en la mañana el presidente de la República ha realizado un anuncio, firmó un convenio para la transformación del eje alameda providencia. Este proyecto involucra una reconstrucción total de la plaza dignidad y la remodelación de una de las entradas del metro Baquedano en la cual se sufrieron graves violaciones a los derechos humanos durante el estallido social. Borrar esos espacios sería borrar un pedazo de memoria de este País, tal como pasó con los centros de torturas clandestinos durante la dictadura de Pinochet. Más bien que un acción de viabilidad, la nueva decision del gobierno parece ser política.

Enseguida, el comunicado de Víctimas de Violaciones de DDHH durante el Estallido Social, ante firma presidencial por convenio transformación eje Alameda Providencia 
Ante la impunidad que históricamente ha sufrido nuestro país, familiares de asesinados y víctimas directas de violaciones a los derechos humanos, además de diversas agrupaciones y colectivos sociales, construyeron de manera autogestionada en este lugar lo que llamamos el jardín de la resistencia.
El jardín, es un hito material que debe ser resguardado, ya que da testimonio de los hechos que ocurrieron durante el estallido social, pues habla de la represión brutal del aparato estatal, de las violaciones a los DDHH que sufrimos como pueblo y que están consignados en diversos informes y condenas de organismos internacionales, además de ser un espacio de memorias para rendir un homenaje y recordar a todos quienes fueron asesinados durante el estallido social, personas como Abel Acuña, Cristian Valdebenito y Mauricio Fredes, entre otros; además quienes perdieron la vista como Gustavo Gatica, Fabiola Campillai, los cientos de mutilados y quienes quedaron postrados o con movilidad reducida como Mario Acuña, Miguel Rojas y Dayana Ulloa, entre muchos otros.
Durante estos últimos años, este lugar nos ha servido como sitio de reparación simbólica que nosotros mismos nos hemos dado, en completa desafección por parte del estado, en su deber en materia de reparación a violaciones a los DDHH y garantías de no repetición.
La recuperación de espacios públicos como argumento no puede ser utilizado para borrar la memoria reciente e histórica de un país, además se contradice con el programa de plan de apoyo a víctimas del estallido social del gobierno impulsado por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, ya que anula el reconocimiento de éstas y las revictimiza al no ser consideradas ni consultadas. Pues cualquier intervención de tal relevancia histórica debe contar con el consentimiento de las víctimas. ¡Presidente, un simple correo al respecto, no basta!.
Otro punto importante, es que en estos lugares aún no se han tomado las medidas necesarias que permitan salvaguardar las investigaciones de los hechos que allí ocurrieron, en causas que buscan incluso determinar las responsabilidad de los altos mandos de las instituciones de orden público del país.
Los aquí firmantes hacemos un llamado al presidente de la República a que nos considere como víctimas y familiares de víctimas de violaciones a los derechos humanos y que valore nuestra opinión al respecto, antes de realizar cualquier tipo de intervención en el jardín de la resistencia y la plaza dignidad.
Solicitamos en concreto, no cerrar ni remodelar el jardín de la resistencia ni la Plaza de la Dignidad y sus alrededores, sino hasta que se esclarezcan todas las querellas e investigaciones sobre hechos acontecidos en esos lugares y a su vez, fortalecer la construcción participativa de un sitio de memoria en donde efectivamente pueda escucharse la voz de los familiares y las víctimas de derechos humanos durante el estallido social del 2019.
Víctimas que adhieren:
Fabiola Campillai Rojas, sobreviviente de violencia policial y Senadora de la República.
Gustavo Gatica Villarroel, sobreviviente de violencia policial.
Agrupación de Familias y Amigos de Asesinado en el Estallido Social (AFAE)
Coordinadora Justicia Para Neco.
Familia de Cristian Valdebenito.
Nicole Kramm Caifal, sobreviviente de violencia policial.
Carlos Astudillo Ulloa, sobreviviente de violencia militar.
Angela Caro del Pino, hermana de Eduardo Caro y amiga de Mauricio Fredes.
Carmen Rojas Castilla, madre de Anibal Villarroel.
Paola Martinez Peña, familiar de Mario Acuña.
Dayana Ulloa Berardinucci, sobreviviente.
Mery Cortez Ortiz, Madre de Romario Veloz.
Coordinadora de víctimas de trauma ocular.
Anselmo Acuña, Padre de Abel Acuña.
Cesar Galloso Gómez, sobreviviente de violencia policial.
Familia Cesar Mallea.
Jorge Salvo, sobreviviente de estallido ocular por lacrimógena.
Ismael Ruiz, Víctima de trauma ocular
Pablo Montiel, Sobreviviente de terrorismo de Estado, victima de trauma ocular.
Carenina Yañez, Sobreviviente de terrorismo de Estado, victima de abuso sexual y tortura.
Cristian Arriagada, sobreviviente de violencia estatal.
Ariel Alvear, víctimas de trauma ocular.
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Elena Rusca

Periodista, corresponsal en Ginebra

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