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Italia: de Mussolini a Giorgia Meloni

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Es cierto que la ultraderecha actual no es lo mismo que el fascismo-nazismo de los años 30, sin embargo, la mayoría de los partidos políticos de ultraderecha europea posee una o varias de las características que, según el escritor Umberto Eco, son propias del fascismo-nazismo.

En Europa del sur, el Partido Vox, de España, y Hermanos de Italia, por ejemplo, podrían asimilarse al extremismo católico, propio del fascismo polaco. La extrema derecha francesa, heredera del régimen de Vichi, con Pétain, se diferencia del catolicismo y monarquismo de la ultraderecha, a causa del viraje de Marine Le Pen hacia el clásico laicismo republicano francés. En Alemania el neo-nazismo, paradojalmente, capta gran parte de su militancia de las regiones de la antigua RDA. La ultraderecha polaca y húngara, que pertenecieron al socialismo real, hoy son los más radicales en el rechazo a la inmigración, especialmente de los ciudadanos provenientes de naciones musulmanas. El Primer Ministro de Hungría, Vikctor Orbán, y en menor medida su colega Polaco, Mateusz Morawiecki, mantienen un conflicto con la Comunidad Europea que está a punto de colocar a Hungría fuera de la Comunidad.

Por su parte, Suecia, el modelo de un Estado protector, está a punto de cambiar la hegemonía socialdemócrata por un régimen de ultraderecha que, paradójicamente, lleva el nombre de Partido Demócrata. Dinamarca, Noruega y Finlandia también están virando, desde la Socialdemocracia, a la derecha. Austria y Holanda están siguiendo este mismo camino de derechización.

El alma de Benito Mussolini no ha estado ausenta del régimen político italiano y, aun cuando los cuerpos de Mussolini y de su amante, Clara Petaci, humillados en la Plaza de Milán, a poco andar, su seguidor  Giorgio Almirante fundó el Movimiento social Italiano, (una de sus líderes era la nieta de Mussolini, Alexandra).

La primera república italiana, surgida de la Constitución de 1948, generó el Partido Comunista más importante y numeroso de Europa. Durante todo el período de la primera república los Democratacristianos heredaron el pacto de la iglesia católica con la mafia del sur Italia, como también con los empresarios del norte, (como decía Don Camillo a sus feligreses, “había que votar por un  que sea demócrata y cristiano”).

El Partido Comunista Italiano mantuvo una disputa permanente con los democratacristianos: Aldo Moro, líder de la fracción mayoritaria de este último Partido, llegó a plantear un pacto histórico entre ambos Partidos, pero fue asesinado por un grupo de ultraizquierda que pretendía la destrucción de la democracia italiana.

Los jueces pretendieron “limpiar” la corrupta democracia italiana, sacando a la luz la corrupción de los tres Partidos principales del Sistema Político: los socialistas, de Bettino Craxi, los democratacristianos y los comunistas. Una vez destruido el sistema político la derecha tuvo la oportunidad de llegar al poder con el empresario Silvio Berlusconi, fundador del Partido Forza Italia, aglutinando la mayoría de los votos del rico norte italiano. Berlusconi, a su vez, era dueño de un Canal de TV propio, como también del Club de Fútbol Milán. Este político era mucho más corrupto que sus aliados de la mafia, y aunque intentó varias veces la impunidad para sus delitos, al final  se le ve envejecido y desprestigiado.

Ante el derrumbe de Sistema Político italiano surgió el Partido 5 Estrellas, cuyo líder era el cómico Beppe Grillo, que logró aglutinar gran parte de la ciudadanía, ya desilusionada del Sistema de Partidos Políticos. Coetáneo con este Partido, Mateo Salvini, joven ultraderechista, fundó el Partido de La Liga, que se centraba principalmente en las regiones del norte de Italia.

El conjunto de los partidos políticos se unieron recientemente  con el fin de llegar a un Pacto de Unidad Nacional, liderado por el economista, ex presidente del Banco Europeo y tecnócrata, Mario Draghi, quien intentó enfrentar la pandemia del Covid-19 y, sobre todo, un déficit fiscal que ascendía a un 150% del PIB. Anteriormente, la izquierda y la derecha, La Liga y el Partido 5 Estrellas se habían unido demostrando que “la izquierda y derecha unidas jamás serán vencidas”.

El Sistema Político italiano se presenta como un caldo de cultivo para la ingobernabilidad, por una parte, el Sistema Electoral para la elección de un Parlamento bicameral es de tipo mixto: una parte proporcional y la otra, mayoritaria a una vuelta; la ciudadanía, agotada ante la corrupción política italiana, sumada a la crisis económica, prefirió abstenerse de concurrir a las urnas.

Giorgia Meloni, (45 años), romana, perteneciente a un sector de la clase media, en su juventud militó en el partido fascista Movimiento Social Italiano, y sostenía que Benito Mussolini había sido un gran político y buen patriota italiano. En 2018, el Partido de Meloni, Hermanos de Italia logró, apenas, el 4% de los votos y, ahora en la última elección, el 26.2%, restándole votos a sus dos aliados de derecha, Matteo Salvini, de La Liga, con 8,8%, y Silvio Berlusconi, de Forza Italia, con el 8% de los sufragios.

Giorgia Meloni se presenta como una mujer, perteneciente al sector mayoritario “italiano de a pie”, y se define “soy mujer, soy italiana, soy cristiana y contraria a las políticas de género”, y su slogan: “Dios, Familia y Patria”.

La ultraderecha católica, representada por el Partido Vox, en España, Fratelli d´Italia y los fascistas polacos, profesan un catolicismo integrista, propio del Syllabus, representado por el liderazgo de Juan Pablo II.

Giorgia Meloni trata de presentarse como una mujer de derecha, muy diferente a las tendencias fascistas que profesó en su juventud. “El lobo se disfraza de oveja, pero sigue siendo lobo”.

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

30/09/2022

 

Historiador y cronista

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