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ONU: ¿podrá el hidrógeno descarbonizar al planeta?

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Si continúa todo como de costumbre, se prevé que aumenten las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), lo que conducirá a un calentamiento global medio de 3,2 °C para 2100. Se necesita una descarbonización profunda y rápida de las industrias pesadas: ¿el hidrógeno sostenible podría ser el ingrediente clave?

 

El hidrógeno ya está fuertemente presente en los principales medios de comunicación, donde los «colores» del hidrógeno (verde, azul, amarillo, turquesa, gris) se refieren a diferentes métodos de producción. Sin embargo, dicho código de colores transmite poca información sobre las emisiones de dióxido de carbono asociadas, y mucho menos sobre otras consecuencias económicas y sociales de la producción o el comercio de hidrógeno.

“Necesitamos urgentemente comprender y medir las credenciales de sostenibilidad del hidrógeno. El Comité de Energía Sostenible de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (CEPE) y sus órganos subsidiarios podrían ayudar a los Estados miembros de la CEPE a ir ‘más allá de los colores’ y acordar cómo cuantificar la sostenibilidad del hidrógeno”, dijo Olga Algayerova, Secretaria Ejecutiva de la CEPE.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, en su discurso sobre el estado de la Unión este mes, anunció que la UE planea producir 10 millones de toneladas de hidrógeno renovable para 2030. Con este fin, la UE tiene la intención de establecer un banco de hidrógeno europeo en el que invertirá 3.000 millones de euros para ayudar a construir el futuro mercado del hidrógeno.

“La iniciativa de la UE es un desarrollo muy bienvenido. Espero que otros países de nuestra región, incluidos Canadá, las economías de Asia Central, la Federación de Rusia, Turquía, Estados Unidos, etc., sigan a la UE por este camino. Pero para que eso suceda, se deben resolver muchos detalles finos. Por ejemplo, ¿cómo medimos el «verdor» del hidrógeno? ¿Son diferentes lo verde y lo sostenible y, de ser así, existe una compensación entre ellos? Deberíamos aplicar los mismos criterios en todas las partes de la vasta región de la CEPE. Para eso, debemos hablar el mismo idioma. El Grupo de Expertos que presido, y el Comité en su conjunto, podrían ayudar en eso”, dijo Francisco de la Flor García, Presidente del Grupo de Expertos en Gas.

El hidrógeno podría ser la clave para un sistema energético resistente y bajo en carbono que brinde acceso a energía asequible, confiable, sostenible y moderna para todos, y respalde la transición hacia emisiones netas de GEI cero. El 22 de septiembre de 2022, el Comité de Energía Sostenible en su 31º período de sesiones discutió una «terminología, clasificación y taxonomía integrales y basadas en la ciencia para el hidrógeno» y decidió que la Clasificación Marco de Recursos de las Naciones Unidas (CMNU) se extienda al hidrógeno a través del desarrollo de especificaciones para la aplicación de la CMNU al Hidrógeno con carácter de urgencia.

Si bien las emisiones de GEI son el criterio clave, existen otras preocupaciones económicas y sociales que deben tenerse en cuenta. La aplicación de la Clasificación Marco de las Naciones Unidas para los Recursos (CMNU) al hidrógeno podría ayudar a proporcionar una tabla integral y comparable para evaluarlos. La CMNU es un estándar mundial para la gestión sostenible de recursos naturales como minerales, petróleo, combustibles nucleares, recursos antropogénicos, energía renovable, almacenamiento geológico y aguas subterráneas. La CMNU hace posible que los países administren su base de recursos como un todo integrado, asegurando la viabilidad ambiental, social y económica.

Hidrógeno: dos caras de una misma medalla

Actualmente solo el 2% del hidrógeno mundial es verde, y solo el 0,1% procede de la electrolisis del agua dedicada a este fin; el resto es un subproducto de procesos industriales como la producción de cloro y sosa cáustica.

En una publicación del Instituto de Tecnologias de Massachusetts, Global environmental impacts of the hydrogen economy, hecha en 2006 por Derwent R., P. Simmonds, S. O’Doherty, A. Manning, W. Collins and D. Stevenson, se mencionaba que “los sistemas de energía basados ​​en hidrógeno parecen ser una propuesta atractiva para proporcionar un reemplazo futuro para los actuales sistemas de energía basados ​​en combustibles fósiles. El hidrógeno es un componente traza importante, aunque poco estudiado, de la atmósfera. Actualmente está presente en una proporción de mezcla de alrededor de 510 ppb y tiene importantes fuentes artificiales y naturales”.

Por ellos, “debido a que el hidrógeno reacciona con los radicales hidroxilo troposféricos, las emisiones de hidrógeno a la atmósfera perturban las distribuciones de metano y ozono, el segundo y tercer gases de efecto invernadero más importantes después del dióxido de carbono. Por lo tanto, el hidrógeno es un gas de efecto invernadero indirecto con un GWP potencial de calentamiento global de 5,8 en un horizonte temporal de 100 años. Por lo tanto, una futura economía del hidrógeno tendría consecuencias de efecto invernadero y no estaría libre de perturbaciones climáticas”.

En ese sentido, ellos alertaban que, “si una economía global de hidrógeno reemplazaría el actual sistema de energía basado en combustibles fósiles y exhibiría una tasa de fuga del 1%, eso produciría un impacto climático del 0,6% del sistema actual basado en combustibles fósiles”.

Por ende, según los investigadores, “se debe prestar especial atención para reducir al mínimo la fuga de hidrógeno de la síntesis, el almacenamiento y el uso de hidrógeno en una futura economía mundial del hidrógeno si se quieren obtener todos los beneficios para el clima”.

¿Tomarán en cuenta las empresas dedicada al hidrogeno todo esos datos?

 

Elena Rusca, Ginebra, 29.09.2022

 

Corresponsal

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