ONU: Las ganancias récord del petróleo y el gas en medio de la crisis energética mundial son inmorales
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Las últimas recomendaciones del Grupo de Respuesta a Crisis Globales de la ONU (GCRC) piden un impuesto sobre las ganancias extraordinarias para financiar políticas justas y soluciones de energía sostenible.
“A medida que continúa la guerra en Ucrania, el aumento vertiginoso de los precios de la energía está agravando una crisis existencial del costo de vida para cientos de millones de personas”, advirtió el Grupo de Respuesta a Crisis Globales del Secretario General de las Naciones Unidas (GCRG) sobre alimentación, energía y finanzas.
A pesar de esta situación alarmante, las principales compañías de petróleo y gas reportaron recientemente ganancias récord.
“Las ganancias combinadas de las mayores empresas energéticas en el primer trimestre de este año se acercan a los 100.000 millones de dólares. Insto a los gobiernos a gravar estas ganancias excesivas y utilizar los fondos para apoyar a las personas más vulnerables en estos tiempos difíciles”, declaró Antonio Guterres, Secretario General de la ONU.
El tercer informe del GCRG recomienda que los gobiernos encuentren las formas más efectivas de financiar soluciones energéticas, como transferencias de efectivo financiadas con fondos públicos y políticas de reembolso, para proteger a las comunidades vulnerables en todas partes, incluso a través de impuestos sobre las ganancias inesperadas en las compañías de petróleo y gas más grandes.
Granos del Mar Negro
El informe llega inmediatamente después de la histórica Iniciativa de Granos del Mar Negro que fue acordada entre Rusia, Turquía y Ucrania, bajo los auspicios de las Naciones Unidas, el 22 de julio, allanando el camino para que el primer envío de cereales de Ucrania salga del puerto de Odesa el 1 de agosto.
Un «acuerdo sin precedentes» sobre la reanudación de las exportaciones de cereales de Ucrania a través del Mar Negro.
El plan de la ONU, que también allana el camino para que los alimentos y fertilizantes rusos lleguen a los mercados mundiales, ayudará, talvez, a estabilizar los precios de los alimentos o, en todo caso, dará la ilusión de hacerlo.
La iniciativa permite específicamente volúmenes significativos de exportaciones comerciales de alimentos desde tres puertos ucranianos clave en el Mar Negro: Odesa, Chornomorsk, Yuzhny. El Secretario General también anunció el establecimiento de un Centro Conjunto de Coordinación para monitorear la implementación. Tendrá lugar en Estambul e incluirá representantes de Ucrania, Rusia y Turquia.
Los barcos ucranianos guiarán a los cargueros hacia las aguas internacionales del Mar Negro, evitando las áreas minadas. Luego, los barcos se dirigirán hacia el Estrecho del Bósforo a lo largo de un corredor acordado. Los barcos que se dirijan hacia y desde los puertos ucranianos serán inspeccionados por equipos organizados por el Centro Conjunto de Coordinación.
Todo bajo acuerdos entre el Secretario General, el presidente ruso Vladimir Putin y el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy.
Actualmente, el Centro de Coordinación Conjunta (JCC, por sus siglas en inglés) ha autorizado ayer la salida de dos buques a través del corredor humanitario marítimo en el marco de la Iniciativa de Granos del Mar Negro que transportan un total de 70.020 toneladas métricas de productos alimenticios.
Las embarcaciones autorizadas para circular son:
1) MV OCEAN LION del puerto de Chornomorsk con un cargamento de 64.720 toneladas métricas de maíz con destino Incheon, República de Corea
2) MV RAHMI YAGCI del puerto de Chornomorsk con un cargamento de 5.300 toneladas métricas de harina de girasol con destino Estambul, Türkiye
Importantes contratiempos en el acceso a la energía
Existe un temor creciente de que los crecientes costos de la energía puedan excluir a muchos países en desarrollo, especialmente a las comunidades más vulnerables, de los mercados energéticos. Estos países ya están soportando la peor parte de la crisis del costo de la vida, ya que han experimentado importantes reveses en el acceso a la energía y el progreso en el desarrollo sostenible desde la pandemia de COVID-19.
Más preocupante aún, podría haber una posible «lucha por el combustible» en la que solo los países que pagan los precios más altos pueden acceder a la energía, advierte el informe, y agrega que los gobiernos, por lo tanto, necesitan el espacio fiscal para apoyar a sus poblaciones más vulnerables para evitar el empeoramiento de los niveles de energía, de la pobreza o la pérdida total del acceso a la energía.
Al mismo tiempo, sin políticas que equilibren la necesidad de urgencia y sostenibilidad, existe el riesgo de políticas energéticas a corto plazo que podrían encaminar a los países en desarrollo hacia un futuro energético caro y con altas emisiones.
“Los países en desarrollo no carecen de razones para invertir en energías renovables. Muchos de ellos viven con los severos impactos de la crisis climática, incluidas tormentas, incendios forestales, inundaciones y sequías. Lo que les falta son opciones concretas y viables”, agregó Guterres.
Resiliencia energética
El informe deja en claro que la guerra en Ucrania y la crisis energética global que ha causado es un claro recordatorio de la necesidad de resiliencia energética y un impulso más fuerte para la transición a la energía renovable.
Sin embargo, para acelerar la transición, y tal como lo describió el Secretario General, es necesario que existan y estén fácilmente disponibles políticas, incluidas medidas de protección social para los afectados por la transición, tecnología, subsidios, inversiones y materiales para apoyar las energías renovables.
El informe destaca que cualquier política y medida de protección a corto plazo debe ayudar a mitigar la crisis, incluidos los esfuerzos para promover la eficiencia energética y la reducción de la demanda, y no exacerbarla, como los subsidios generales a los combustibles fósiles.
En el mediano a largo plazo, el mundo necesita duplicar las energías renovables para cumplir con los objetivos de cero emisiones netas, abordar la pobreza energética e impulsar y diversificar la combinación energética global. Con ese fin, el informe llama a la necesidad de aumentar significativamente la inversión global.
“La energía renovable es a menudo la fuente de electricidad más barata y más rápida de implementar en muchos países. Pero esto solo es cierto si nos aseguramos de que las cadenas de suministro funcionen bien y sin cuellos de botella; que la fuerza laboral tenga las habilidades adecuadas y que haya suficientes fondos disponibles para las inversiones iniciales”, dijo Rebeca Grynspan, Secretaria General de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), quien coordina y lidera el desarrollo de la del GCRG.
“Para cumplir con estas condiciones, tenemos que aumentar la financiación y la transferencia de tecnología para los países en desarrollo y los pobres energéticos del mundo”, agregó en el lanzamiento.
Según el resumen, una transición ambiciosa de energía renovable, que incluya capacitación en habilidades, podría crear 85 millones de empleos adicionales en fuentes de energía renovable, eficiencia y otros sectores relacionados con la transición energética para 2030.
Además, la producción de energía renovable es a menudo la energía de menor costo, fuente de producción con los tiempos de instalación más cortos, y proporciona a los países seguridad energética, reduciendo la exposición futura a la volatilidad de los precios del petróleo, el gas y el carbón.
Queda solo un riesgo, que ya se había relevado en Davos durante el Foro Económico Mundial de este año: “La transición a cero neto solo puede tener éxito si el sector privado contribuye de manera decisiva”, había precisado la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde.
Ese proceso de “energía limpia”, si de un lado parece querer solucionar la situación bastante critica que se prevé a nivel de consumo energético, de otro lado pone aún más al centro al sector privado. ¿Eso ayudará realmente a los países en desarrollo a salir de sus crisis, o los endeudará aún más?
Elena Rusca, Ginebra, 09.08.2022