Liderazgo inclusivo: Un nuevo modelo
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Día a día va tomando mayor relevancia el liderazgo inclusivo. Las organizaciones deben tener estructuras flexibles, diversas y colaborativas, sin dejar de lado la eficiencia y la competitividad. En este marco ha nacido un nuevo modelo de liderazgo, el liderazgo inclusivo, que además de contribuir con este tipo de estructura, logra que cada persona que compone su equipo se sienta importante y único, aportando de forma activa, contribuyendo con el propósito del equipo y sintiéndose parte de la compañía a la que representa.
Un estudio realizado por Robert Half demostró que el 36% de las personas encuestadas siente que la falta de apoyo de los líderes para la implementación de una cultura diversa e inclusiva dentro de las organizaciones, es una de las principales barreras, además el 30% apuntó hacia la falta de estrategia y el 21% a la falta de estructura. Si sabemos que, para lograr materializar una cultura inclusiva, el compromiso debe empezar en las áreas de toma de decisiones, entenderemos la importancia de contar con líderes inclusivos, ya que serán ellos los encargados de contagiar y transmitir este cambio cultural a toda la organización.
Diferentes estudios apuntan a que trabajar con líderes inclusivos cambia mucho la experiencia del trabajador, logrando que desarrollen su propia aproximación a la inclusión. Esto, sin duda, traerá consigo valor de negocio. Cuando los colaboradores sienten orgullo de pertenecer a una compañía, ese sentir se transforma en un bien intangible para la organización, que se ve reflejado en sus actitudes inclusivas, además de su desempeño.
Un líder inclusivo innato no se ve muy a menudo. Son personas que generalmente tienen una vinculación directa con la discapacidad o la diversidad. El resto de los líderes podrán formarse dentro de la compañía, pero antes se deberá trabajar a nivel corporativo el concepto de inclusión y diversidad, para luego, ir en la búsqueda de esta nueva figura de liderazgo. Estos líderes se transformarán en agentes activos de la diversidad, equidad e inclusión, adquiriendo compromisos visibles e inspirando a otros actores para que formen parte también de la agenda. Incluirán a personas diversas dentro de sus equipos, valorando y respetando su singularidad, haciéndolos parte de las decisiones del grupo, escuchando sus ideas y opiniones y considerando que la diversidad incrementará la competitividad del equipo.
Integrando y valorando las diferencias de cada persona, crearemos equipos más diversos, competitivos y colaborativos. Para lograrlo, debemos contar con líderes comprometidos con la diversidad, equidad e inclusión, no como un desafío impuesto por su organización, si no asumido como parte de su propósito profesional. Líderes abiertos al aprendizaje y al cambio, promotores de un clima de respeto, líderes que valoran la dignidad de todas las personas. Esto es lo que requiere una empresa inclusiva, si avanzamos en esa línea, pronto tendremos una mejor sociedad, una sociedad más inclusiva.
Por Andrea Zondek Darmstadter