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La demoledora carta de Jorge Arrate a Ricardo Lagos: ¡Qué pena, Ricardo!

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Estimado ex Presidente, estimado Ricardo:

Los punteros del reloj siguen su curso y el tiempo corre sin que nada lo modere. Por eso las vidas demandan, al llegar a la última recta, como en nuestro caso, una rúbrica, en particular a quienes hicimos de los asuntos públicos una de las motivaciones principales de nuestra existencia.

Yo intento ser leal a aquello que ha definido mi transcurso político: soy socialista y allendista. Y el de nuestra generación política: luchar por un mundo más justo y humano. Pensé que tú, más allá de nuestras legítimas diferencias, procurarías algo semejante. Pero tus declaraciones recientes desmienten mi expectativa.

Mi opinión no tiene influencia decisiva en el plebiscito próximo. Deberías abrirte a la posibilidad de que la tuya ya no sea muy importante. Ha emergido una nueva generación e intentar extender tu influencia es iluso y artificial. El pasado nos hace morisquetas burlonas. A mí no me perturba demasiado, no pienso haber tenido siempre la razón. La política es un permanente ejercicio de conformación de voluntad mayoritaria en torno a un proyecto de sociedad. Tal vez el éxito es impulsarlo una y mil veces, a pesar de lo abrupto del camino, sin perder nunca el norte y sin necesariamente liderarlo. Nuestro activo es perseverar, nunca desertar.

Me cuesta aceptar que pienses como equivalentes la Constitución de 1980 y sus modificaciones y esta nueva Constitución, y los senderos que abren el Apruebo y el Rechazo. Desde ya la legitimidad democrática es incomparable. Por más que hayas estampado tu firma en reemplazo de la firma de Pinochet, la Constitución de 1980 no dejó de ser la Constitución del Estado subsidiario, binominal, centralizadora, ignorante de nuestra rica diversidad humana, despreocupada de la naturaleza, sin resguardo ni aseguramiento de derechos sociales y con un veto implícito para la derecha. En cambio, la nueva Constitución se hace cargo con decisión de los grandes problemas del país y es integradora y democrática.




Leo ahora tus últimas declaraciones. Mientras más hablas de lo que te ha llevado a adoptar tu postura, más te hundes en un marasmo de argumentos aberrantes. Algunos lo han dicho: tus expresiones dañan la opción transformadora y favorecen a la derecha. Pero quisiera ir más allá: si gana el Apruebo, tu rol será aun menor de lo que ya es. Solo el Rechazo te daría la oportunidad de negociar con la derecha, una vez más, nuevos retoques a la Constitución pinochetista.

Como rúbrica de una trayectoria política es indecorosa.

¡Qué pena, Ricardo!

 

Por Jorge Arrate

Fuente: El Mostrador

Las opiniones vertidas en esta sección son responsabilidad del autor y no representan necesariamente el pensamiento del diario El Clarín

 



Exministro, socialista

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  1. En nuestros años de estudiantes recuerdo al Gur (grupo universitario radical) y conoci al ricardito (Lagos) y a Arrate
    ambos adolecían de un consumado ego.Sin embargo,Arrate me parecía mas sincero.,ellos eran estudiantes de leyes
    a mi no me tomaban en cuenta para nada por yo ser estudiante del bellas artes.sin embargo ,era elegido para el directorio de la Fech,y ahi ,en el grupo de la federacion socialista conoci a Salvador Allende (amigo de toda la vida)

  2. Felipe+Portales says:

    Sin embargo, todo indica que más allá de sus diferencias en cuanto al voto (apruebo y en blanco), tanto Lagos como Arrate comparten la misma idea básica de transformar lo que se apruebe o lo que no se apruebe. Lo digo porque Arrate no manifiesta ni el más mínimo desacuerdo con la aberrante e inédita medida adoptada en la Nueva Constitución de dejar que -si gana el Apruebo- sea ¡el Congreso de la Constitución fenecida (dominado por la derecha) la que adopte el rol crucial de aprobar el cúmulo de legislación que haga aplicable el nuevo texto! Con lo cual, evidentemente dicha Constitución se desnaturalizará en beneficio de los grandes poderes y del modelo económico existente.

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