La encuesta Plaza Pública de Cadem publicada este lunes y correspondiente a la primera semana de junio recoge un sensible aumento a la aprobación del presidente Gabriel Boric. Esta crece ocho puntos, hasta el 44 por ciento, en tanto la opción apruebo en el plebiscito de salida llega a 42 por ciento, subiendo cinco puntos y quedando a sólo tres del rechazo (45%).
El aumento en la aprobación del Presidente es la más alta registrada después de una cuenta pública, superando los seis de la Presidenta Michelle Bachelet en mayo 2014. Por su parte, la desaprobación del presidente Boriv cayó diez puntos, para ubicarse en 47 por ciento.
Según Cadem, el 68 por ciento de los encuestados vio o se informó del discurso del Presidente, la visibilidad más alta de una cuenta pública desde que cambiara de formato, y el 63 por ciento lo evaluó como bueno o muy bueno, la mejor evaluación desde mayo de 2014.
En cuanto a expectativas del plebiscito de salida, 50 por ciento cree que el 4 de septiembre ganará el Apruebo y 37 por ciento piensa que se impondrá la opción Rechazo. Un trece por ciento no sabe o no responde. Asimismo, el interés en la elección llega a 65 por ciento, con un aumento de ocho puntos.
Finalmente, la percepción de que Chile va por buen camino llega a 41 por ciento, volviendo así a los niveles que marcaba al comienzo de este gobierno.
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Pobre Marta; todavía no se da cuenta que han sido las dos derechas las que han parado todos los cambios. Para todos los efectos prácticos, la Concertación se convirtió en una segunda derecha desde que le regaló la futura mayoría parlamentaria a la derecha tradicional en 1989; en los 90 exterminó los medios escritos de centro-izquierda, consolidó las corruptas privatizaciones dictatoriales y continuó en el mismo tren con el cobre, el litio, el agua, las sanitarias, los puertos, los caminos, el mar, etc.
Si además la gente está totalmente desinformada por los grandes medios de comunicación que responden (particularmente la televisión) a la derecha económica. Por ejemplo, no se les informa que con la inédita y grotesca extensión del Senado por cuatro años más, las dos derechas tendrán más de los dos tercios en ambas cámaras, con lo que tendrán demás el tiempo y los quórums para regodearse: Impedir toda ley que pretenda aplicar la nueva Constitución y que no cuente con su acuerdo. O peor aún, aprobar leyes que la apliquen, desnaturalizándola. O, peor aún, cambiando lisa y llanamente la nueva Constitución a su gusto...
Es increíble cómo la gente se ilusiona con unas cuántas promesas sin considerar su viabilidad en el Congreso.