Economía y Mercados en Marcha Portada

La economía global se va a hundir, sin importar lo que haga la FED

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¿Cómo se llegó a la situación actual?  Partamos por los dichos del presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos, Jerome Powell: rebajar la inflación será «algo doloroso» y afectará a la economía real, reconociendo que habría sido mejor subir los tipos de interés antes y que el tiempo perdido «generará algo de dolor». El dolor al que se refiere el presidente de la FED tiene relación con las subidas de tasas rápidas que desaceleraran la economía y la creación de empleos.

 

Lo primero que debemos entender es que la “crisis del modelo neoliberal”, no es una crisis para todos, sigue favoreciendo al sector más rico. Subir las tasas y frenar o disminuir las emisiones de dinero, es parte del mismo concepto económico porque a partir de ello, será la banca y los conspicuos hombres de la elite los que recaudarán los aumentos de tasas, exceptuando el apalancamiento en exceso otorgado por la banca a los especuladores si ocurren fuertes caídas en Wall Street, el “casino” bursátil. No olvidar que tienen la capacidad de los vasos comunicantes.

 

Dentro de las nubes negras que se avizoran podemos sumar la guerra de Rusia y Ucrania con la participación de EE. UU., y Europa a través de la OTAN. Las enormes sumas que se están gastando en armas para apoyar a Ucrania, revela un conflicto geopolítico de largo aliento y derivaciones muy peligrosas. La OTAN y su plan expansivo para cercar a Rusia, no solo considera su desgaste militar y económico. La estrategia de fondo parece ser aislar a Rusia, para luego cercar a China y a los países ligados a ella, debido a la sombra inaceptable que le provoca el liderazgo económico chino a EE. UU. La dificultad para occidente es la producción a gran escala de China y su gran población, convirtiendo en estéril cualquier esfuerzo de los países desarrollados para competir con los países densamente poblados que tienen grandes mercados locales y mucho por crear.

 

De la guerra en Ucrania, surge un efecto colateral, la dura crisis alimentaria mundial por los aumentos de precios, en especial para algunos países de África. Por su parte, Rusia tiene una gran capacidad para producir granos y fertilizantes, cuya exportación está siendo afectada por las restricciones impuestas por EE. UU. y Europa. Ucrania cuenta con 25 millones de toneladas de granos que no puede exportar. El 15 % de los productos agrícolas (maíz, trigo y aceite de girasol) pasan por el Mar Negro. La semana recién pasada, India suspendió las exportaciones de granos, cuya producción es de 110 mil millones de toneladas de trigo que destinará al consumo interno.

 

Además de los problemas con los alimentos, está volviendo a resurgir el estancamiento económico producto del rebrote del Covid 19, que afecta a decenas de ciudades chinas en cuarentena y con el principal puerto de Shanghái cerrado, con miles de contenedores apilados. Se han acentuado las interrupciones de las cadenas de suministros que afectan a todo el mundo. El Foro Económico Mundial ha calculado que para el 2024 la economía mundial será un 2,3% inferior de lo que habría sido sin la pandemia. Nótese que ni siquiera hemos tocado el tema del petróleo, que es enorme.

 

Los problemas tienen diferentes orígenes, como son las temperaturas extremas, sequías, incendios, inundaciones, escasez de recursos y pérdida de especies, que son cada vez más frecuentes, lo que ha resultado en un fracaso para la lucha contra el calentamiento del planeta. La migración involuntaria provocada por la creciente inseguridad, las dificultades económicas y los factores políticos que solo en el 2020, registraron más de 34 millones de personas desplazadas en todo el mundo. Por su lado, los bancos centrales afrontan la paradoja de su accionar para enfrentar la inflación, subiendo las tasas, lo que contribuirá a agravar la situación. También puede ocurrir que, frente a tal desastre, volver todo atrás, bajar tasas y seguir emitiendo. Ha ocurrido antes, pero será como meterle más presión a la olla.

 

El IPC general en la eurozona está situado aún en el entorno del 5%, y la tasa interanual de inflación en EE UU., es todavía un 8,3%. El BCE emitió una alarma sobre la amenaza al nivel que acumularon las hipotecas basura estadounidense, que en 2008 produjo la Gran Recesión. Cada día que pasa aumenta el convencimiento mayoritario, entre los economistas y analistas de mercado, que estamos transitando a una grave recesión, que tal vez derive en estanflación.

 

Para explicar varios de los problemas señalados debemos hablar de la inflación y como a través de ella, se devela la irresponsabilidad de los líderes políticos de los países desarrollados y sus respectivos bancos centrales. Algunas cifras actuales son la deuda del Tesoro de EE UU., que asciende a más de US$ 30 billones, las empresas no financieras otros US$12 billones y los particulares casi US$ 15.7 billones, de manera que las alzas de tipos ya iniciadas son una realidad que ahogará a todos al mismo tiempo. Los norteamericanos están volviendo a utilizar la tarjeta de crédito para financiar el aumento de precios, con una tasa de +35.3% interanual, el porcentaje más alto desde 1998, lo que implica un peligroso endeudamiento de la población.

La inflación refleja la disminución del poder adquisitivo de la moneda, una pérdida del valor real.  Para ser más neutral, emplearé la definición de Milton Friedman, el máximo exponente del neoliberalismo de la escuela de Chicago, que escribió. “La inflación es siempre y en todas partes un fenómeno monetario”. Esta frase está acuñada en su libro “A monetary History of the United States, 1867-1960”, (Una historia monetaria de los Estados Unidos, 1867-1960) escrito junto a Anna Schwartz.

 

El diseño de una economía estructurada principalmente en el crecimiento para aumentar los ingresos y la calidad de vida de las personas está plagado de supuestos anidados en la mente de quienes idearon su diseño. Todo el conocimiento implícito en los modelos económicos como en las finanzas para la proyección de sus objetivos, indefectiblemente está amarrada al pensamiento ideológico de sus creadores.

 

Por eso, cuando nos referimos a los supuestos como partes importantes de los conceptos que integran la economía como la “mano invisible”, o la “teoría del chorreo”, que fervientemente apoyan los dueños del capital, los empresarios, los inversionistas, la banca, etc., la sociedad consumista va de la mano con el modelo neo liberal sobre la base de las promesas que hacen los líderes de derecha y de extrema derecha, quienes han creado con el lenguaje, lo que algunos creen, como “el sueño americano” o más recientemente, “Haz América grande otra vez”, frase que supone un sueño que no ocurrió porque hay miles de millones de pobres que apenas sobreviven. Pero vuelven a surgir quienes hacen campaña para que el “sueño americano” se repita, pero solo ocurrirá en las mentes de los ricos que idearon su diseño.

 

Paulatinamente han ido cambiando el significado de conceptos como “inflación”, o los “aumentos de precios”, etc., para cambiar nuestro comportamiento al encarar la realidad. La investigación de Robert Epstein, psicólogo, investigador senior del Instituto Estadounidense de Investigación y Tecnología del Comportamiento, en California, nos revela que sus hallazgos son «aterradores» debido a la capacidad de las empresas tecnológicas para manipular y cambiar el comportamiento de las personas a escala global. Si a todo ello sumamos lo común que son las noticias falsas, nos daremos cuenta tarde, que pronto estaremos tomando bando, por unos u otros, en una guerra inventada por EE UU. en Ucrania para salvar el imperio, como ha ocurrido muchas veces antes.

La inflación sólo puede ser producida por un incremento más rápido de la oferta monetaria que de la demanda monetaria, es decir, que lo único que genera inflación es la creación de dinero no demandado, y los únicos que imprimen dinero son los gobiernos con los bancos centrales. Podemos agregar que la inflación no actúa de manera inmediata, del mismo modo que lograr eliminarla es igual o peor de lento. El stock (existencias) de dinero se llama M2, que comprende el total de efectivo y las cuentas corrientes. De acuerdo con la Reserva Federal de St. Louis, de EE UU., las existencias de efectivo del M2 es actualmente de US$ 21,8 billones. Pero hay US$ 88 billones de dólares en «dinero» y sólo US$ 21,8 billones de dólares en efectivo.

 

La razón es que no se trata solo del Tesoro el que imprime billetes dinero, también emiten nuevos bonos, para que la FED imprima «dinero» de la nada y compre bonos del Tesoro, o de las agencias gubernamentales que emiten bonos, hipotecas, etc., eso conforma los US$ 88 billones adicionales que son parte del dinero M2.  Espero que no se pierda con estos conceptos, porque es importante para entender el alcance mundial de esta manipulación.

 

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo: «Esperamos que la inflación general del IPC de marzo sea extraordinariamente elevada debido al aumento de precios de Putin». Eso es una vil mentira, la estafa solventa el problema privado con deuda pública, y la deuda pública con INFLACIÓN, o sea, el pago de la fiesta con activos monetarios/deuda. Había alrededor de US$ 7,5 billones en «dinero» M2 en 2008, ahora hay alrededor de $22 billones. Otro dato importante es que, en 1970, el PIB nominal mundial era de solo 3,4 billones de dólares. Unas pocas décadas después alcanzó los US$ 85,3 billones en el 2020. Se creó con deuda, falta detallar dónde se creó y para quién.

 

El presidente de la Fed anuncia que no «restringiría» el dinero, sino que combatiría la inflación a través de tasas de interés más altas, pero con ello destruye la demanda, crea cesantía y paraliza la economía, una solución demoledora, porque los activos globales de los bancos centrales alcanzaron los US$ 31 billones por primera vez, y están en el mercado. El único remedio para detener la inflación es atacar el núcleo del problema, disminuir la tasa de crecimiento del dinero, reducir la cantidad de dinero en circulación de manera gradual.

 

Los US$ 31 billones en los bancos centrales, a esta altura, es una cifra que no se puede “demoler” de la noche a la mañana, igual que la inflación. Las cifras citadas y otras como el volumen bursátil, los bonos basuras, el mercado de derivados, las burbujas de todo son simplemente inabordables, y por eso, lo más probable es que nos hundamos todos y nadie, menos la FED pueda salvarnos, hasta que se haga la perdida y veamos como surgirá el mundo real en el que podamos vivir y empezar de nuevo.

 

Por Mario Briones

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