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Estereotipos roban la dignidad de las personas

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Un estereotipo es una imagen, idea o descripción inalterable que tiene un grupo social sobre otro. Se utilizan para simplificar la vida que de por sí es compleja. Son generalizaciones reduccionistas que resaltan algunos aspectos y omiten otros. Independientemente de si los estereotipos tienen una connotación positiva o negativa, roban la dignidad a las personas; las despojan de su identidad y unicidad. Es decir, dejan de ser individuos para ser vistos como una masa uniforme.

El abuso de los estereotipos no es casualidad. Exacerban posiciones antagónicas que refuerzan sentimientos de supremacía de unos sobre otros en busca de establecer o consolidar posiciones de poder. Es frecuente leer o escuchar frases como: los migrantes son delincuentes, las mujeres son más débiles que los hombres o los convencionales constituyentes se farrearon la oportunidad de unir al país.

Qué diferente sería si conociéramos el impacto positivo de las migraciones, la fuerza de las mujeres para enfrentar las discriminaciones por el solo hecho de ser mujer o las vidas de los convencionales constituyentes y sus comunidades de origen que han sido abusadas por grupos privilegiados.

Los estereotipos son categorizaciones simplistas que dañan la convivencia. Dan cuentan de una sola historia y por ello es importante que las personas tengamos acceso a más de una mirada y que seamos capaces de percibir y poner en valor las diferencias. Una sociedad que vive sólo de estereotipos está condenada a su autodestrucción.




Lamentablemente las redes sociales no aportan a la diversidad en tanto sus algoritmos nos exponen a contenidos que reafirman nuestros prejuicios que son la base del proceso de estereotipificación.

Los estereotipos también son un peligro cuando las personas abandonan su identidad para transformarse en un personaje. Pierden la riqueza de su individualidad y su capacidad autocrítica. Por ejemplo, desde muy temprana edad, las conductas violentas en contextos escolares y en la sociedad en general, están asociadas mayoritariamente a hombres; no es que la naturaleza de los hombres sea más violenta que la de las mujeres, sino que los primeros viven de acuerdo con el estereotipo de “macho alfa” que resuelve sus conflictos por la fuerza.

Los ejemplos abundan. Mujeres que sufren para responder al estereotipo de belleza que nos ofrece la publicidad, narcos que luchan por destacar en violencia y riqueza; o niñas, niños y jóvenes que buscan imitar a los “bakanes” de su curso.

La sanción a la diferencia refuerza los estereotipos y modela conductas de manera sutil, pero persistente. Revelarse ante un estereotipo requiere de mucha convicción y valor, por ello es tan importante que en el ámbito escolar las y los profesionales de la educación y, en general, el mundo adulto tome conciencia y desarrolle la capacidad y el conocimiento para que ningún estudiante quede encasillado en un estereotipo que afecte su desarrollo y bienestar.

Cada uno de nosotros tiene una responsabilidad porque, en palabras de la reconocida novelista nigeriana, Chimamanda Achie, los estereotipos “roban la dignidad de las personas”.

Por Marcelo Trivelli

www.fundacionsemilla



Fundación Semilla

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  1. Gloria Clavero Aranda says:

    Gracias Gino, porque justamente(viene de justicia) de eso se trata; de las «Ollas Comunes», de las «Rifas» y los Platos Únicos», que la gente sencilla, crea e inventa, para «convivir y compartir el pan» que tanto les cuesta conseguir, o, entre otras cosas, para reunir dinero para pagar un «tratamiento médico/farmacológico», de un niño, o un vecino, o vecina de su «Comunidad», imposible de asumir por el pueblo que vive en las quebradas, en los campamentos, en los barrios marginales, en un país donde no existe la «Seguridad Social», para esa mayoría …solo el Pueblo con su Dignidad, se hace cargo del Pueblo, porque la gente simple, no necesita la tecnología algorítmica para comunicarse, les basta con la Ternura, nacida de esa Dignidad Solidaria y Generosa…

  2. Gino Vallega says:

    Leyendo a la Sra. Clavero, recuerdo que cada vez que se creó una «olla común» , no salió ni en los periódicos ni en la TV , pero funcionaron pese a todo.

  3. Gloria Clavero Aranda says:

    Gracias Marcelo Trivelli, por ayudarnos a «entender», el hechizo que ejercen las «redes tecnológicas» sobre las personas «ingenuas», que se dejan seducir, por las imágenes de Internet, de la tv, de los audiovisuales, de los juegos avatares, que no hacen otra cosa que desarrollar los algoritmos para «atrapar» a la ignorancia que habita la mentalidad de una parte del pueblo. La algoritmia pudiendo ser una ciencia al servicio del Bien Común, está en manos del Poder Económico. Es la Hominización aplastando la Humanización…Salimos de la Selva Ancestral, de la Madre Naturaleza, para entrar a la oscura Selva de la Tecnología… Sin embargo, quiero pensar, que a pesar del PODER DE LOS PODEROSOS, que manipulan las redes de la comunicación en todos los ámbitos, existen, aún, las únicas y verdaderas «Redes Sociales», las que ha creado, y crea la gente simple, desde el Principio de los Tiempos; las Redes Comunitarias, articuladas en base a las diversas necesidades de los seres humanos, desde las necesidaes biológicas, hasta las psicosociales, las espirituales, las artísticas, las de la Convivencia y el Bien Común, que se dan, espontaneamente en los lugares en que la gente no tiene acceso a los bienes sociales, a la riqueza, porque se la expropiaron, expropiándole sus DDHH….aquí, en estos lugares en que convive la gente simple, la pobreza material, es un «bien» que les empuja a la creatividad… aquí, la Dignidad permanece intacta…

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