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A controlar la impaciencia

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“La paciencia es virtud vencedora. La impaciencia es vicio del demonio”. Francisco de Quevedo.

 

Todo a propósito de las voces dirigidas en exigir al gobierno de Gabriel Boric, apresurar el paso. Hay urgencias que, por serlo, requieren de sesudos análisis, antes de realizarlas. Existen en abundancia y en los cuatro años de la gestión de este gobierno, algunas promesas quedarán en el tintero. Hay premuras y se pueden resumir en la necesidad de combatir la miseria, como tarea prioritaria. Ha escalado en estos últimos años y su incontenible avance, puede frustrar al país. Corresponde iniciar ahora, las nacionalizaciones de la gran minería, el agua y a recuperar el litoral del océano Pacifico, en manos de corsarios. Desde hace años, encargados en depredar el mar e impedir la pesca artesanal. De paso, nacionalizar las autopistas y anunciar los funerales de las AFP y las ISAPRES. Es bueno recordar que Jehová, según la Biblia, creó los cielos y la tierra en seis días y descansó el séptimo. Toda una hazaña prodigiosa, que algunos se la quieren endosar a los terrenales, que hoy nos gobiernan.

No es mi propósito justificar la inercia, llámese desgana o desidia. En crónicas anteriores, sugerí al actual gobierno a realizar algunas promesas electorales, que ayudarían a fortalecer su gestión. Mínimos gestos iniciales, dirigidos a ir desbrozando la maleza del camino. Enseguida, después de poner los pies en la senda segura, sin temor a avanzar y mirando más allá del horizonte, dar inicio a las tareas matrices. Basta de beneficiar a ese grupúsculo mamón por antonomasia, que en centurias se ha favorecido, succionando hasta la Vía Láctea. Estas elites de forajidos, incluso, se jactan de serlo. Se opondrán a las reformas y acusarán al gobierno de extremista, enemigo de la patria, lo cual vendría a ser un elogio.

He aquí una muestra actual de la campaña insidiosa, surgida desde las ISAPRES, obstinadas en desprestigiar la labor de la Convención Constitucional y de paso, al actual gobierno. A nadie asombra, cómo estas organizaciones depredadoras, creadas durante la dictadura cívico militar, hoy se lancen aglutinadas en contra de la futura Carta Magna. Alegan, que las reformas no apuntan a mejorar el sistema de salud. Que lo transforma en inseguro, al imponer restricciones. Y añaden, que la cooperación público-privada se daña y no garantiza el cumplimiento de las expectativas de las personas, para acceder a una salud digna. ¿Acaso estas instituciones se crearon para dar salud digna y oportuna o es un vulgar negocio, cuyas utilidades escandalizan?

Las AFP no permanecen a la zaga, y una de ellas promueve en la TV una campaña mentirosa, donde justifica su existencia al asegurar que, “Cuidan y hacen crecer los ahorros del cotizante”. ¿Informan acaso, que los usan y obtienen pingües utilidades a base de la especulación en los mercados internacionales?

Veamos otro tema acuciante, que empieza a ser debatido. Si al comienzo se anunció con carácter de urgencia, construir una red ferroviaria entre Santiago y Valparaíso, no se entiende ahora, cómo el proyecto ha sufrido traspiés. A cuidarse de los intereses privados, predispuestos a meter las manos en la masa. Las carreteras se han atiborrado de vehículos y el tren es la solución ideal destinada a descongestionarlas. Oponerse a este avance, el cual traerá progreso al puerto de Valparaíso y a la quinta región, es propio de quienes se sienten perjudicados en sus intereses. Basta mirar el ejemplo de otros países, donde se privilegia la red ferroviaria.

“El tren es una ciudad en movimiento”, dijo el dramaturgo chileno, Antonio Acevedo Hernández, cuyo amor a este medio de transporte, lo destaca en su obra literaria. Ceder a la presión de una minoría privilegiada, acostumbrada a subir el valor del transporte terrestre si amanece nublado, constituiría una prematura derrota. Este fin de semana, hubo un vuelco sobre el tema, y se anunció que es prioritario para el gobierno, construir el ansiado tren. Alguien leyó esta crónica por anticipado y se apresuró a tirarle las orejas, al Ministro de Transportes.

 

Por Walter Garib

 

 

 

 

Escritor

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  1. Felipe+Portales says:

    Además, el rumbo tomado por el nuevo gobierno -al incorporar al PS, al PPD y al PR- va claramente en la línea de ser un sexto gobierno concertacionista o un segundo gobierno nuevomayoritario. Más todavía cuando le entregó su conducción económica a connotados concertacionistas neoliberales de dilatada trayectoria, partiendo por el ministro de Hacienda, Mario Marcel (Ideólogo, siendo director de Presupuesto de Lagos, de la «regla» del superávit estructural del 1%); Máximo Pacheco como presidente de Codelco; Hernán Frigolett en Impuestos Internos; y Solange Berstein en la Comisión del Mercado Financiero.

  2. Felipe+Portales says:

    Estimado Renato: Quizás por haber tenido una historia tan cruel y tan disfrazadamente autoritaria es que los chilenos sucumbimos fácilmente a un voluntarismo tan persistente como sin fundamentos (¡Creímos durante 30 años en la Concertación, pese a que ya con Aylwin quedó claro para dónde íbamos realmente!). Preferimos ver lo que queremos ver y no la realidad. Ciertamente es un mecanismo sicológico de defensa, pero que se constituye en una suerte de «pan para hoy y hambre para mañana»…

  3. Renato+Alvarado+Vidal says:

    Tal vez no sea impaciencia ante la inercia o la inexperiencia, también puede ser alarma, porque dar pleno respaldo a la represión policial nada menos que en el Día del Joven Combatiente y luego hacer de recaderos de la UDI ante el gobierno argentino para extraditar a un ex integrante del FPMR, no son errores ni frases tomadas fuera de contexto, son tomas de posición de clase. Cualquier ilusión de que este gobierno pudiese ser «del pueblo», ya debería haberse disipado, a menos que uno se empecine en ser iluso.

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