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Otra cosa es con guitarra y otra muy distinta con fusiles

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Siempre se ha dicho  “Otra cosa es con guitarra”  cuando entra un gobierno nuevo, un funcionario nuevo o cuando cualquier persona  se debe enfrentar una situación diferente y desconocida.

Y también hay guitarras que suenan muy bien y otras  que suenan  muy mal.

Para mí  el viaje de la ministra Izkia  Siches  a la Araucanía llevaba una  guitarra muy bien afinada. Porque en primer lugar, su intención era encontrarse con la familia de Camilo Catrillanca  para presentarle los respetos y el pésame del nuevo gobierno.

¿Y para eso había que conocer muchos protocolos, avisar con anticipación, hablar con el jefe Víctor Queipul Huaiquil y muchas exigencias más? Pues nada, que la ministra se encontró con una guitarra tan desafinada que  tocaba una melodía de tiros, la música sonaba como  a disparos de armas de fuego, algo raro en las guitarras  de recibida.

¿Pensaría el dueño de casa que esta señora que llegaba de visita venía a matarlo, a humillarlo o a burlarse de él?  Claro que no,que no se haga el ignorante tampoco el lonko  Víctor Queipul Huaiquil.  Él se había enterado ya de que había un nuevo gobierno, una nueva ministra de interior, y sabía muy bien de qué  se trataba. Recibir a las visitas a tiros es algo que no se hace.  Simplemente, eso no se hace.

¿Acaso el lonco Víctor Queipul que  manda en Temucuicui no sabía que se habían realizado elecciones en Chile, que el nuevo gobierno había manifestado sus mejores intenciones de entenderse con los mapuche, que la doctora Izkia Siches era la ministra de Interior del nuevo gobierno, que decidió  ir a visitar a los mapuches de Temucuicui   para, entre otras cosas, presentar sus respetos a la familia Catrillanca?  Nada de improvisado tenía esta visita, porque todo el país la conocía. La ministra fue sin guardia armada, sin helicópteros, sin miedo, en fin, porque confiaba en los habitantes de Temucuicui y porque la guiaba el padre de Camilo Catrillanca.

Pero este lonko Víctor Queipul sigue desafinando, porque no puede pretender que el presidente  que acaba de asumir la responsabilidad de presidir a 20 millones de  habitantes, lo vaya a visitar  a domicilio.

Quizás tengan razón los mapuche de Temucuicui   en   no creer en las buenas intenciones de este gobierno, porque tienen una experiencia muy negra, pero de ahí a recibirlos a tiros  hay mucho trecho. Por lo demás, los tiros al aire también pueden ser peligrosos, porque los que suben terminan por bajar y pueden alcanzar a alguien.

Y si el presidente de cualquier  país o su ministro de Interior se presentan de repente en la casa de un ciudadano,  no le vamos a exigir que conozca  unos  extraños protocolos: toca el timbre tres veces, después una y luego dos,  grita fuerte que son amigos y ponte a cantar  “Gracias a la vida”.

Pues no,  el dueño de casa ve perfectamente quien llega y le debe abrir la puerta a una tremenda dama como es la Ministra del Interior de Chile, que viene a visitarlos.  Porque una cosa es la valentía y otra cosa muy distinta es la mala  educación, que nuestro pueblo jamás ha demostrado con las visitas. Pero sí lo hizo este lonco de Temucuicui,  que solo reina sobre 1200 personas y  se cree más importante que el presidente y la ministra que tienen que ocuparse de un país de 20 millones.

Por otra parte, hay que tener claro que hay mucha gente en la zona que no quiere la paz en el Wallmapu: las forestales, los narcotraficantes, los camioneros, los ladrones de madera, los funcionarios de Carabineros que reciben un bono de incentivo por estar en zona de riesgo, los paramilitares amparados en los cuerpos de alguaciles, los políticos de oposición de la zona y otros que se me olvidan.

Entonces, más les vale a los habitantes y dirigentes de Temucuicui, no actuar igual que esta gente desalmada,  apoyar a este gobierno, dejarse de  tonterías  y ver cómo entre todos podemos arreglar este entuerto, que no es sencillo.

Vamos, que no estamos menospreciando a los mapuche de Temucuicui, pues conocemos sus sufrimientos centenarios,  los despojos de que han sido víctimas, los  dolores  de sus mujeres y sus niños. Porque sabemos muy bien que las comunidades de Temucuicui son uno de los emblemas de la resistencia indígena.

Pero ellos también  deben tener confianza alguna vez.  Vamos a tomar las mismas guitarras bien  afinadas  y ponernos a cantar en coro, “Gracias a la vida”, que suele haber sorpresas felices  y  hay que creer en ellas.

 

Por Margarita Labarca Goddard

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  1. Margarita Labarca Goddard says:

    Don o doña Guille
    Si tu fuente de información el La Tercera,
    el que trabaja para la vereda del frente eres tú. Todo lo que dices es falso, lee otra prensa, por favor.

  2. Fuimos acusados de «hacerle el juego a la derecha» por Labarca Goddard por negarnos a votar por la neoconcerta de Boric. Hoy ella alaba a Izkia Siches, que en términos objetivos trabaja con la derecha política pinherista:

    «Al costado del Palacio, en el séptimo piso del edificio Bicentenario, ubicado en Teatinos 72, está la División Jurídica del Ministerio del Interior. Era hora de almuerzo y varios de los funcionarios se aprontaban a hacer uso de su periodo de colación cuando arribó hasta el lugar la abogada Camila Barros quien asumía como jefa de esa repartición, un cargo clave en el Ejecutivo, pues es quien asesorará directamente al subsecretario Manuel Monsalve y a la ministra Izkia Siches respecto a los casos en que el Gobierno obrará o no como querellante. La profesional, egresada de la Universidad Diego Portales, saludó a unos pocos conocidos y dio la orden de que nadie saliera del recinto, según comentan tres personas que presenciaron su aterrizaje.
    La abogada es una “vieja conocida” en esos pasillos del Ejecutivo. En el pasado integró el equipo jurídico que lideró Luis Correa Bluas, en el segundo gobierno de Michelle Bachelet, y trabajó ahí incluso hasta bien avanzada la segunda administración de Sebastián Piñera. De eso hay registro en la querella que se presentó en contra del profesor Roberto Campos el 18 de octubre de 2019 -el mismo día del estallido social- por el delito de daños agravados, una de las primeras invocaciones de la Ley de Seguridad del Estado (LSE) y que cuenta con la firma electrónica de Camila Barros, tal y como se puede leer en la tramitación del Poder Judicial…»
    (Fuente: la tercera)

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