Política Global

Foro Social de Solidaridad Saharaui: ¿Cuál será el papel de los jóvenes saharauis?

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El Foro Social de Solidaridad Saharaui, organizados en Rabouni (campamentos de refugiados saharauis), constituye un espacio para que los jóvenes de todos los ámbitos de la vida sean conscientes de la difícil situación y las experiencias de la juventud saharaui, y abra un entorno positivo para salvar las barreras culturales y crear lazos de solidaridad.

 

El Foro Social de Solidaridad Saharaui se realizó, en su primera edición, entre el 15 y el 17 de febrero en Rabouni, campamentos de refugiados saharauis, por el Comité Internacional para el Desarrollo de los Pueblos (CISP), en cooperación con el Ministerio de Juventud y Deportes.

En este sentido, el foro busca reunir a los jóvenes para compartir ideas y experiencias, así como los desafíos que enfrentan. También analiza la forma en que los jóvenes, al unificar su visión y esfuerzos, pueden abordar esos desafíos y construir la paz.

Participaron en este foro los jóvenes de varias instituciones saharauis, los beneficiarios de la Iniciativa Creatividad para la Paz, el ACNUR, las organizaciones de la sociedad civil saharaui, las organizaciones de la sociedad civil argelina y varias ONG que se encuentran en los campamentos.

 

Los objetivos del foro

  • Destacar los problemas de la juventud saharaui y los desafíos que enfrentan
  • Dar una oportunidad para que los jóvenes actores regionales e internacionales se mantengan al tanto de la difícil situación de la juventud saharaui.
  • Sensibilizar a los participantes sobre la causa saharaui
  • Participar en un diálogo constructivo entre los jóvenes sobre los desafíos comunes que enfrentan.
  • Resaltar el papel que juegan los jóvenes en el abordaje de las crisis internacionales y la construcción de la paz.

El contexto

El Sahara Occidental fue una colonia española hasta 1975. En ese mismo año, España entregó el territorio a Marruecos y Mauritania. En este momento, el ejército español estaba abandonando definitivamente el Sahara Occidental.

Es el año de la Marcha Verde, cuando 250.000 civiles marroquíes ingresan a las tierras de los Saharaui (7 de noviembre de 1975) y, posteriormente a esos hechos, se forma el Frente Polisario (Frente Popular de Liberación de Saguia el Hamra y Río de Oro), un movimiento creado por la población de la excolonia española para recuperar a sus tierras.

El enfrentamiento entre Marruecos y el Frente Polisario duró hasta el cese el fuego logrado por la ONU en 1991. Desde ese entonces Marruecos gobierna el 80% de los territorios saharauis, en tanto el Frente Polisario ha recuperado el 20% de los territorios.

Un muro llamado “Muro de la Vergüenza”, de 5 km de ancho por al menos 2.720 km de largo, divide los dos territorios del Sahara Occidental.

El cese el fuego logrado en 1991 por la ONU debió haber servido para permitir un referéndum, el que aún no se ha llevado a cabo. Como resultado, la situación se estanca en detrimento de las poblaciones indígenas.

La resolución 1514 (XV) de la Asamblea General de las Naciones Unidas el 14 de diciembre de 1960, sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales, instaba a devolver a todas las colonias su independencia.

En ese sentido, el Sahara Occidental sigue siendo considerado por Naciones Unidas como un territorio no autónomo que debe ser descolonizado mediante el ejercicio del derecho a la autodeterminación. La Misión de Naciones Unidas para el referéndum en el Sahara Occidental (MINURSO) fue creada con este propósito en 1991.

Actualmente, después de años de silencio, unas mesas redondas fueron organizadas en la sede de Naciones Unidas de Ginebra, Suiza, para decidir sobre el destino de estos territorios, que viven en un limbo silencioso desde más de 40 años. Esto entre diciembre 2018 y marzo 2019.

Desafortunadamente, los últimos intentos de la ONU de llegar a una resolución del conflicto no fueron concluyentes y Horst Kohler, Enviado Especial del Secretario General de la Organización de Naciones Unidas, abandonó sus funciones a final del mes de mayo de este año.

A final del año pasado, a principio de noviembre 2020, el cese del alto al fuego entre Marruecos y el Frente Polisario. Una guerra silenciada por el mismo occidente, una guerra desigual y sin fin.

Actualmente, un Enviado Especial ha sido nominado, Staffan de Mistura.

 

¿Y los jóvenes? Están al frente

Actualmente la mayoría de los jóvenes saharauis se encuentra al frente. Muchos de ellos han viajado hasta de España cuando se retomó el conflicto, en noviembre de 2020.

Sin embargo, el hecho de que estén en la guerra, no significa que sea lo que quieren.

“Nadie quiere la guerra, nadie quiere la destrucción. Sin embargo, nadie quiere aceptar las violaciones y la agresividad. El gesto de ir a la guerra no tiene que ser entendido como una voluntad, sino como una necesitad, una defensa legitima”, se exprimen los varios intervinientes en el foro.

“Los jóvenes defienden la paz, el reconocimientos de sus derechos. Pero no existe paz sin justicia, y esta última se debería poder lograr con procesos políticos y de paz y no de guerras”.

En efecto, la ocupación marroquí y la ineficiencia de la comunidad internacional han hecho que este conflicto se ha estancado y aparcado en el olvido desde más de 40 años.

Los jóvenes no pueden mirar a un futuro si no pueden imaginar una solución justa a este conflicto, lo cual talvez no debería resolverse con la violencia sino con acuerdos políticos. Desafortunadamente, aquellos se esperan aquí desde hace demasiado tiempo. Y el papel de los jóvenes de poder participar en una construcción pacífica y sólida para su pueblo se hace siempre más lejana.

 

 

¿Cuáles serán los caminos emprendidos por el Foro?

En su segunda edición, el Foro de Solidaridad Social, previsto entre el 7 y el 9 de noviembre, en los campos de refugiados saharauis, organizará talleres interactivos que aborden temas relacionados con los asuntos de la juventud en medio de los desafíos globales que enfrentan, como la pandemia de covid-19, el cambio climático y otras crisis, tantos nacionales como internacionales.

 

Elena Rusca, Ginebra, 17.02.2022

Corresponsal

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