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Peligros, perspectivas, estrategias y la pregunta cardinal de la filosofía

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Doble contra sencillo: al gobierno de Gabriel Boric la derecha le va a negar la sal, el agua y lo que sea necesario para sabotear su proyecto.

 

De momento, las oficinas secretas agudizan artificialmente un conflicto de consecuencias humanas inimaginables, cuyo origen preciso fue aquella memorable epopeya de Piñera invitando en Cúcuta, Colombia, a los venezolanos a venirse a Chile.

 

Hoy esa migración desbocada se utiliza de la manera más inmoral para dejar de legado a Boric un problema gigante.

 

El programa del presidente entrante no es un ambicioso proyecto refundacional o que se proponga “desneoliberalizar” algo, tal como se dijo inicialmente en los primeros borradores de programa. Lo que se propone es mejorar en algo lo que hay.

 

Pero para la derecha es, por sobre todo, un mal ejemplo y por lo tanto debe ser desprestigiado desde el inicio para que nunca más pueda ser posible algo siquiera parecido.

 

El programa gubernamental de Gabriel Boric está diseñado para abordar algunas reformas necesarias: pensiones, salud, CAE, en un esquema general de cambios formales, reforzado con acentos notables a nivel de lo simbólico.

Muchas mujeres, jóvenes, brillantes, en cargos en que antes dominaba la grisura de carcamales tenebrosos, con ministros y subsecretarios que no vienen del mundo político tradicional, y con un desenfado que genera real urticaria al facherío. Digamos que su banda tricolor hecha por una artesana le pone la guinda a la torta.

Sin embargo, la coalición ganadora ha debido, no sin roces y reclamos internos, abrir sus puertas para entregar importantes porciones de poder a quienes no eran de Apruebo Dignidad.

 

Que el Partido Socialista, que ha estado treinta años en el corazón de todo aquello que el Frente Amplio criticaba de la manera más dura, hoy tenga cinco ministros en el gabinete dice mucho de la debilidades del gobierno entrante y de su minoría en el congreso. Y de la enorme capacidad de reciclarse que tienen los responsables de todo lo que la gente desprecia.

Con todo, este reacomodo anuncia un cambio cuyo rasgo más importante es el retroceso del convencimiento instalado en el sentido común de la gente de que nada diferente es posible.

 

Los sucesos de los últimos años demuestran que el modelo no es invulnerable y que hay más vida más allá del neoliberalismo. El tan anunciado cambio de ciclo ya está aquí, aunque en su estado de larva.

 

Lo que admite y necesita una discusión mayor es cómo, con qué y quiénes se postulan para legítimamente liderar este reacomodo histórico en el que se abre una fisura en el orden. Los cambios sociales no se hacen solos.

 

Como se puede suponer, en cuatro años, con poca decisión y sin mucho apoyo, no es tanto lo que se pueda hacer para responder a todo cuanto la gente entiende como deudas que se tiene con ellas. Peor aún, sin mayoría en el Congreso.

Gabriel Boric detonará las comprensibles expectativas de la gente que descargará todas sus necesidades y frustraciones en un gobierno que entiende como suyo o cercano solo porque votó por él.

 

En breve, la gente, esa que no leyó la última versión del programa de gobierno, va a salir a las calles a exigir lo que cree es responsabilidad de Boric, más bien suponiéndolo.

 

Las deudas del Estado con la gente abusada tienden al infinito y no se hará esperar mucho que la rabia anidada haga su aparición.

 

Pocos peligros se alzan tan amenazantes como la expectativa indignada de la gente. Y ese riesgo nace de aquello que se levantó como bandera de lucha en la campaña electoral: vamos a cambiar todo.

 

Si en los hecho el actual gobierno debió migrar hacia los restos náufragos de la exConcertación a la siga de gente con alguna experiencia en el gobierno y apoyo parlamentario, la cosa no tiene muy buen aspecto.

 

Para decirlo en breve: un presidente joven y que viene de la dirigencia estudiantil, que se proponga vivir en barrios de alcance humano, con mucha gente joven en su gabinete, con tatuajes y desenfado, con mucho símbolo dando vueltas, no garantiza, ni se propone,  cambiar las estructuras que define todo lo que hay.

 

La historia lo ha dicho muchas veces: sin el pueblo es poco lo que se puede hacer, tanto para emprender como para defender un proceso.

 

¿Otro Chile es posible? Sí.

 

Pero la pregunta cardinal de la filosofía sigue sin respuesta: ¿con qué ropa?

 

Por Ricardo Candia Cares

Escritor y periodista

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  1. El adagio popular dice algo así como «de buenas intenciones está pavimentado el camino al infierno».
    Tal vez es «el camino al cielo…», no importa ,es el camino elegido y veremos donde nos lleva. El escritor y filósofo Camus agregaba que «toda revolución que conlleva como final un paraíso , tendrá un camino de espinas y terminará en una tiranía» (religiones, revolución francesa,el chorreo neoliberal, la paz y orden de los golpes militares?….). Espero que el camino elegido de la CC y el nuevo y joven gobierno , tengan un caminar transversal inclusivo que aliente a todo el país plurinacional a soluciones favorables al tan abusado pueblo, sin proponer utopías imposibles.

  2. Nestor R Marin, Ph.D Agricultural Science, Phytopothologist. says:

    Estimada Margarita:

    Cuando abri esta pagina, veo que usted es la unica que ha dado una opinion a lo que escribio Ricardo Candia Cares. Yo la voy a apoyar en lo que usted dice. Primeramente quiciera hacer una seria critica a los escritores y periodistas que creen que todo lo saben y todo lo predicen en contra de lo que podria ser un cambio tan necesario, que Chile lo necesita con urgencia. Hablan y hablan, critican y dan a conocer teorias que las apoyan ellos mismos, pero no dejan margen de una posibildad que podria darse. Margarita usted dice….saben que cuando hay millones de personas en las calles, exigiendo soluciones y yo le agrego, jsticia, mas les vale hacerles caso……yo digo, no ignorarlos y considerar que hoy hay algo nuevo, que debemos respetar y apoyar. Como le decia, hay escritores y periodistas que ya han pelechado muchas veces, que llevan muchos años en la critica de lo que puede hacer un movimiento politico nuevo, que ni siquiera salen a las calles, y siempre estan defendiendo a la derecha; como que si les tuvieran miedo, siempre estan tratando de Sacar las Castallas con la mano del gato, o intentar tapar el sol con un dedo…….si se creen tan choritos, porque no se presentan a candidato a presidente, o siguen una carrera politica. Sin embargo, conosco escritores y periodistas que no son tan amargados y que sus noticias y opiniones son mas aterrizadas y comparten abiertamente las posibilidades de un nuevo gobierno exitoso. La derecha ya ha estado muchas veces en el gobierno, y lo unico que han hecho ha sido robar, y aprovecharse de oportunidades economicas como licitaciones, comercializacion de minerales, etc. Ahora le toca al pueblo, ahora es el turno de los pobres.

    • Margarita Labarca Goddard says:

      Gracias, yo tengo muchas dudas, pero como dicen, la esperanza es lo último que se pierde. Entonces, podemos vivir todavía un mes de esperanzas y darle el beneficio de la duda a este muchacho. Porque puede ser que la juventud triunfe sobre todo lo demás. Y como vivo en México le diré: Órale mi niño, p´alante, pálante que todos te apoyamos.

  3. Margarita Labarca Goddard says:

    Con la ropa del apoyo popular, compañero. Que no tenga mayoría parlamentaria es lo de menos. Los diputados y senadores saben que cuando hay millones de personas en las calles exigiendo soluciones, más les vale hacerles caso. No sé si Boric es capaz de sacar a la gente a la calle y encabezar sus demandas. Pero a lo mejor, el hombre es joven y todo puede ser. Nos queda poco más de un mes para tener esperanzas, no las desechemos todavía.

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