Columnistas

Ministros doctores y ministros obreros

Tiempo de lectura aprox: 6 minutos, 1 segundos

Si usted estudia el ministerio (quien sabe por qué ahora dicen gabinete) de Gabriel Boric, se dará cuenta de que estamos en manos de la gente más  instruida, más capacitada, más doctorada de Chile y quizás del mundo. Porque casi todos tienen doctorados, a veces varios,  de universidades de Estados Unidos, de Francia, de España y de muchos otros lugares. Hasta el ministro de Educación –uno piensa: Al fin  hay aquí un trabajador, dirigente  sindical- pero no, el hombre tiene un título universitario de profesor.

Pobres de nosotros que no tenemos tanta sapiencia certificada. Y pobre de nuestro pueblo que si  tiene educación primaria, es mucho. Y pobres de nuestros estudiantes universitarios que se tienen que endeudar de por vida.

Y fíjese que las ministras son todas jóvenes y bonitas, muy bonitas. ¿Será  pura coincidencia o una nueva manifestación del machismo?  Porque ni Gabriela Mistral ni Violeta Parra podrían haber sido ministras de Boric. Es que las dos eran feúchas, pobres.

El único ser humano del montón que no tiene título alguno, es Gabriel Boric. Benditos sean dios y la virgen santísima, porque estos últimos tampoco tienen doctorados.

Algunos de los ministros/as estudiaron ya tarde, porque no se atrevieron a quedarse con el puro título profesional de la Universidad de Chile o de la Católica, pues así  no iban a conseguir pegas ni de porteros.

Yo, como soy de tiempos antiguos en que estos súper títulos no se usaban ni existían, me las he arreglado de lo más  bien en diferentes países con mi modesto título de abogada de la Universidad de Chile, porque somos bien buenos los abogados viejos.

Bueno, yendo al fondo del tema, no creo que ninguno de estos doctores o doctoras viva en la población Cerro Navia. Y por lo tanto los ministros no tienen la más maldita idea de lo que es nuestro pueblo. Quizás alguno fue pobretón en su niñez, pero hace rato que cambió de pelillo.  La mayoría de estas zonas pobres y lejanas dentro de Santiago, son catalogadas como de “alto riesgo” para los prestadores de  servicios esenciales (agua, luz, correos, ambulancias y otros). Muchas de ellas están lejos de farmacias, consultorios, comisarías y supermercados. Todas estas poblaciones paupérrimas y abandonadas de la mano de dios, en lugar de disminuir o mejorar, han ido aumentando y empeorando con el paso de los años. (investigación de  Gabriela Pizarro y Pablo Arriagada).

Antes no era sí. Yo siempre hablando de “antes” pero qué quieren que haga, si yo vivía incluso antes de la dictadura.

En el gobierno de Salvador Allende hubo muchísimos ministros que eran obreros o campesinos. También subsecretarios, por cierto. ¿Y eso qué tiene de bueno, dirán ustedes? Pues tiene mucho,  porque si un obrero es tan inteligente,  tan fiel al pueblo y a sus ideas porque nació en una población basada en una toma y logró  ser un  gran dirigente sindical, nunca va a traicionar a su pueblo. Y además conoce perfectamente las condiciones de vida de esa población, porque allí ha vivido y se trata de tú con los pobladores, puede entrar hasta los lugares más peligrosos sin correr ningún riesgo. Porque todos los habitantes del sector fueron sus compañeros de colegio, de fútbol o de otras correrías. En  fin, el hombre o la mujer sabe de pobrezas, de comer muchas veces en su infancia una taza de té con un pan pelado,  para  distraer el hambre.

JULIO BENÍTEZ

Y fíjense lo que es la ignorancia, yo misma lo he  vivido. Trabajaba en el sector agrario  y una vez fui a visitar un fundo intervenido. La señora, una campesina, me preguntó  “Compañera ¿Se sirve  un tecito? “ Y yo, muy amable: “No, gracias, basta con un  vaso de agua”. Tremenda metida de pata porque no tenían agua potable y hervían el agua contaminada para hacer té. Para qué les digo la retada que me pegó Julio Benítez, un obrero tipógrafo que era el subsecretario del ministerio en que yo trabajaba y se las sabía todas. Así  fui aprendiendo, Julio me enseñó muchas cosas. Siempre me apoyó en las intervenciones de fundos, que eran un asunto muy conflictivo. Más de 600 predios habremos intervenido entre  los dos. Después, cuando falleció el compañero Cortés, otro obrero que era ministro de  Vivienda y Urbanismo, pasó Julio a desempeñar ese ministerio.  De todos los funcionarios que conocí o frecuenté en esa época, Julio fue el más querido, era un viejo adorable. Al salir al exilio me lo encontré en Cuba. Pero allí lo vi poco porque entiendo que pronto se tuvo que  trasladar a la RDA donde funcionaba la dirección exterior del Partido Socialista.

AMÉRICO ZORRILLA

Y no sólo eran obreros los ministros del Trabajo o de Obras Públicas  en esa época. El primer ministro de Hacienda de Salvador Allende (equivalente al actual Mario Marcel)  fue don  Américo Zorrilla Rojas.   Un técnico gráfico, militante comunista, sindicalista que lo hizo estupendamente bien. Porque para ser ministro de Hacienda no se necesita ser doctor, sino saber lo que el pueblo reclama, tener una buena formación política y actuar en consecuencia. Para los problemas técnicos estaban los asesores y el personal del Ministerio.  Al ocurrir el golpe de 1973, Américo Zorrilla  fue detenido y posteriormente se exilió.

No les voy a poder hacer la biografía de todos los ministros obreros de Allende porque sería muy largo. Les hablaré de los que conocí mejor y los otros sólo se los mencionaré y ustedes pueden averiguar  detalles si quieren.

ROLANDO CALDERÓN

Rolando Calderón era un campesino,  hijo de pequeños propietarios, militante socialista  que fue Ministro de Agricultura.

Había sido dirigente sindical de su colegio, posteriormente dirigente de la Federación de Estudiantes de la Provincia de O´Higgins y  de la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos e Industriales de Chile.

En 1964, fue elegido Secretario General de la Confederación Campesina Ranquil y en entre 1965 y 1968, ya era  Consejero Nacional de la Central Única de Trabajadores, CUT  y, posteriormente miembro del Comité Central del Partido Socialista.

Cuando mi compañero y yo lo conocimos, fue por el año 1968, cuando entramos a trabajar en la Comisión Nacional Agraria del Partido Socialista. Era un joven brillante, extraordinariamente elocuente, decidido y audaz. Un dirigente nato y por eso muchos lo seguían. Pertenecía al ala más revolucionaria del socialismo. Ya desde el año 1969, estaba involucrado en los llamados ELENOS, junto con Beatriz Allende, la Tati, hija de Salvador Allende, Arnoldo Camú y otros. Los ELENOS eran una continuación del movimiento de insurrección que había organizado el Che Guevara en Bolivia. Con motivo de esto, Rolando y muchos otros compañeros que lo seguían,  desarrollaron diversas actividades de preparación para la lucha  armada o para ayudar a los bolivianos. Nosotros, mi compañero y yo, colaboramos en algunas cosas, les prestamos una casa que teníamos en Guayacán para que hicieran unos cursos. Pero en el asunto de Chaihuin  no tuvimos intervención alguna.

En 1972 el presidente Allende designó a Rolando Calderón Ministro de Agricultura. Ahí conviví mucho con él porque fui su jefa de gabinete. Conocía  muy bien todos los problemas agrarios y sobre todo los de los trabajadores agrícolas. Viajaba de un lugar a otro del territorio, conocía a todos los dirigentes campesinos del país, actuaba, buscaba soluciones y se las proponía al Presidente. En fin, fue un ministro notable.

Después del golpe se asiló en la embajada de Cuba y desde afuera los fachos le metieron un tiro que le pasó rozando un ojo. Finalmente se asiló en Suecia.

A su regreso a Chile en 1988,  en las elecciones parlamentarias de 1989 fue elegido senador por la  XII Región.

MIREYA  BALTRA

Ahora les voy a hablar de una mujer, porque también hubo ministras mujeres. Se trata de Mireya Baltra.

Era una suplementera comunista, cuyos padres -José Baltra Baltra y María Moreno Cabezas- fueron suplementeros de diarios y revistas y tenían un kiosko en pleno centro de Santiago. Vivían en un conventillo.

Mireya estudió en el Liceo Manuel de Salas y otros de Santiago. En 1954, se instaló con su propio negocio de venta de periódicos, ubicado en la calle Matías Cousiño con Moneda y decía que ese era su “observatorio de todos los problemas sociales”. Fue dirigente del  sindicato de suplementeros, y aunque no tenía estudios superiores, escribía muy bien: sus artículos aparecieron en El Siglo y  otros diarios.

Fue regidora, diputada, dirigente de la Central Unica de Trabajadores  y miembro del Comité Central del Partido Comunista. En 1972 el presidente Allende la nombró Ministra del Trabajo.

Después del golpe, por orden de su partido se asiló en la embajada de Holanda. Estuvo en ese país, en Checoeslovaquia y finalmente en  Cuba, donde trabajó junto a Vilma Espín.

Después de varios intentos de entrar clandestinamente a Chile, lo logró en1987. Pero fue detenida por la dictadura y relegada a Aysén. Al intentar regresar a Santiago, fue apresada nuevamente y  enviada a prisión, de la cual salió cuando se acabó la dictadura.

¿Qué me dicen? No era una niña bonita –aunque guapetona- era una mujer inteligente, consecuente y de armas tomar. Todavía vive a los 89 años.

Ahora me voy rápido, sólo menciono a algunos otros ministros obreros, porque no me puedo alargar tanto:

LUIS FIGUEROA

Luis Figueroa, obrero tipógrafo, fue nada menos que presidente de la  Central Única de Trabajadores de Chile (CUT) durante dos periodos consecutivos. Y en esos tiempos, la CUT era tremenda organización, no era nada baladí ser su presidente. Luis Figueroa era famoso por lo inteligente y combativo. Militante comunista, fue también diputado por Santiago entre 1965 y 1973. El presidente Allende lo designó  ministro de Trabajo y Previsión Social, que lo fue desde septiembre de 1972 hasta julio de 1973.

PASCUAL BARRAZA

Pascual Barraza fue obrero y se formó en la lucha sindical y política. Ingresó al Partido Comunista de Chile a los quince años. Fue dirigente de la CTCH (Confederación de Trabajadores de Chile) en 1937, organización precursora de la actual CUT.

Ejerció de manera excelente como Ministro de  Obras Públicas y Transportes en el gobierno del compañero Salvador Allende.

CARLOS CORTÉS

Fue un obrero, dirigente sindical de la construcción y minería, de larga trayectoria.

Se desempeñó como Ministro de Vivienda y Urbanismo entre 1970 y 1971, durante los primeros años del gobierno de Salvador Allende. Fue responsable, junto con su equipo, del primer programa de Vivienda del Gobierno Popular.

Falleció en el cargo en 1971. Se le homenajeó en la Cámara de Diputados, como  «un minero infatigable y recio, [..:] un obrero que llegó a Ministro y ejerció sus funciones con toda dignidad, eficiencia  y responsabilidad».

JEFE DE ASESORES (DEL SEGUNDO PISO)

Nadie. El compañero Allende no necesitaba esos asesores. Para eso estaban los ministros, cada uno en su área. Las decisiones políticas definitivas las tomaba él y sólo él.

 

Por Margarita Labarca Goddard

 

 

 

Related Posts

  1. Desde que los títulos fueron parte importante para conseguir «pega» y pasaron a ser «estudios con fines de lucro» y se generalizaron en el mundillo burgués altanero, conseguirlos se ha hecho menos riguroso que antaño (yo no tengo ninguno) pero no garantizan acciones satisfactorias a todo nivel de sus protagonistas.
    Un PhD, por importante que sea, no tiene porqué ser un «intelectual todo terreno» y las medallas a colgar en la oficina no siempre garantizan un buen resultado. Así , de escalón en escalón , veremos como resuelven sus ministerios los bien dotados de diplomas y medallas.

  2. Mónica Fernández says:

    La capacidad de las personas se desarrolla resolviendo problemas concretos en forma acertada, y superando las dificultades adversas. Los títulos dicen muy poco. Recuerdo que en la municipalidad de Curicó hubo una funcionaria que tenía tres doctorados y muchas personas decían que era un cero a la izquierda, una incapaz que no resolvía nada de nada.

  3. Mezclados obreros clasistas, con burócratas obreros. Recordemos que si bien Lucho Figueroa está desde la fundación de la CUT en 1953, solo asciende después de que el PC stalinista «expulsa» a las tendencias más clasistas (Clotario Blest et al) aliado con el reformismo socialista en agosto de 1961. Por su parte, Baltra fue despreciada por los obreros clasistas de los cordones por su labor de «contención». En el caso de Julio Benítez, muy claudicante podrá haber sido, pero al menos fue parte del ala izquierda trotskystizante del PS toda su vida (formado por Oscar Waiss en el aplica en clases marxistas en los 1930s, parte de la recuperación ampuerista de 1946-47, cercano a Waiss et al en el primer lustro de los 1960s, de la línea de Adonis Sepúlveda durante la UP. Rolando Calderón, como buen guevarista, en el «centro» del PS, con su juventud y todo, termina dandole espaldas a la línea stalinista dle PC en el el seno del PS (ya a principios de 1972 enfatiza denodadamente en la «batalla de la producción») Se mezclan representantes directos de la patronal en el campo obrero (Figueroa, Baltra), con otros que expresaron deformadamente el ascenso obrero clasistas (Benítez), adicionándole quienes representaron a la pequenha burguesía radicalizada en el seno del campo obrero como Calderón (y que siempre terminan dándole espaldas a los primeros).

    Por otra parte, Labarca Goddard escribe con consciencia culpable. Tiene responsabilidad política por el nuevo gobierno patronal.

    Ni olvido, ni perdón.

    • Margarita Labarca Goddard says:

      Uy, uy, uy, de los ministros obreros de Allende no queda ni uno bueno, qué barbaridad.
      Y más encima me echa culpas sobre el gobierno»actual» ¿El de Boric». Bueno, bueno, creo que estoy medio confundida pero no entendí ni pío. ¿A quien no va a olvidar ni perdonar? ¿A mí, a los ministros de Allende o a quien? Definitivamente, este compañero sabe demasiado y yo no estoy a su nivel.

      • Claramente, yo tampoco estoy a su nivel. Nunca escribiría «a la Cabieses» (véase en mayo cuando escribió para «defender» a Jiles), citando a troche y moche «yo me codeé con este y este otro personaje de prestigio». La gente de base, los trabajadores, estamos chatos de la aristocracia de izquierda, que por lo demás viene mostrando su bajo nivel intelectual desde hace rato y lo único que puede mostrar es su pedigrí de «yo me codeé con». La gente que valía se la echó la dictadura, los que quedaron se olvidaron y terminaron en la superficialidad política (que siempre redunda en política ptronal). El ascenso de masas fue también contra este tipo de personajes, que terminan escribiendo para defender el voto a Boric (la nueva concerta).

        Ni olvido, ni perdón políticos

  4. Nancy Echague S. says:

    No se como escribirle a doña Margarita.
    Valorable lo que escribe desde el punto de vista historico,sin embargo parece que esta poco rigurosa y con una rememoranza de un idealismo casi infantil .
    Le aprovecho de aclarar que que Pascual Barraza , brillante obrero -ministro de Obras publica del,Gobierno Popular fallecio con posterioridad al golpe de estado .Americo Zorrila no estuvo detenido ni se asilo,salio clandestinamente .
    Saludos fraternos

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *