Poder y Política

Un gabinete para las transformaciones (que incluye a Marcel)

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Boric construyó un gabinete inédito. Catorce mujeres, nueve ministras y ministros de regiones. Una ministra con antecedentes probados en Medio Ambiente, la que se complementa con los ministros de Energía y Transporte, ambos con preocupación por la defensa de los ecosistemas. Por primera vez tenemos una ministra del Interior, cuyos talentos recorrieron Chile desde Arica a Puerto Montt, asegurando el triunfo de Gabriel Boric en segunda vuelta y, finalmente, el magnífico recuerdo de Salvador Allende en su nieta Maya, como ministra de Defensa.

La conformación de este gabinete es consistente con el programa de Boric, que hace énfasis en el feminismo, la descentralización regional y el medioambiente, el que, paralelamente, instala en el equipo político a los mismos jóvenes que anunciaron la transformación del país con las protestas universitarias del 2011: Izkia, Jackson, Camila y Antonia Orellana.

No se puede pedir todo lo que uno quisiera. A varios de los que estamos comprometidos con el programa de transformaciones no nos gusta la presencia de Mario Marcel en el Ministerio de Hacienda. Marcel ha sido símbolo de la defensa de modelo de abusos e injusticias, que ha caracterizado a todos los ministros de Hacienda, quienes en la práctica se convirtieron en superministros.

Hay que decir, además, que Marcel, junto a su maestro Alejandro Foxley, y a un grupo destacado de economistas del centro de estudios Cieplan, cuestionaron en los años 80 las políticas económicas y las instituciones ejes del neoliberalismo (AFP, isapres, Código del Trabajo, focalización social), pero cambiaron de posición y pasaron a su vigorosa defensa, a partir de los años 90, durante la Concertación. Foxley, el jefe de estos economistas señaló, sin vergüenza, su reconocimiento a Pinochet y al neoliberalismo, y ninguno de sus pupilos lo refutó: “Pinochet realizó la transformación, sobre todo en la economía chilena, más importante que ha habido en este siglo (…). Esta es una contribución histórica que va a perdurar por muchas décadas en Chile y quienes fuimos críticos de algunos aspectos de ese proceso en su momento hoy lo reconocemos como un proceso de importancia histórica para Chile, que ha terminado siendo aceptado prácticamente por todos los sectores” (revista Cosas, 5 de mayo de 2000).




Pues bien, la gente cambia, y Marcel parece haber cambiado nuevamente, y quizás a un retorno a sus orígenes, cuando era un joven socialista. Como lo destaca recientemente en su twitter, está dispuesto a “contribuir a ampliar los límites de lo posible”. Enhorabuena, porque quiere decir que Boric es convincente y tiene la capacidad de hacer entender a los protectores de los 40 años de desigualdades y abusos que ahora es posible pasar a otra etapa en la economía y sociedad chilena.

Con o sin Marcel, aquí lo que importa es hacer cumplir el programa. Un programa que en lo inmediato exige una reforma impositiva, con impuesto a los superricos, y a la cual deberá adaptarse Luksic. Un programa que además contempla reducir la jornada de trabajo a 40 horas, terminar con el CAE, restituir la deuda con los profesores, instalar el Sistema Nacional de Cuidados. Estas medidas y otras en los ámbitos del trabajo, el medioambiente, el feminismo y la descentralización obligarán al nuevo ministro de Hacienda a cambiar su concepción económica y ajustarse al programa de transformaciones.

Veremos si Marcel es capaz de colocarse junto a los cambios. En cualquier caso, la cancha hoy día es distinta. Ya no tendremos un superministro. La ministra de la Mujer, miembro además del equipo político, podrá hablar de igual a igual con Hacienda y lo mismo sucederá con el resto de los ministros.

Por otra parte, el esfuerzo de Boric en favor de ampliar la alianza política hacia el centro concertacionista es fundamental. Y hay que apoyarlo en ese propósito. Lo exige la aprobación de las leyes en un Parlamento que se presenta exiguo en fuerzas transformadoras. En consecuencia, la presencia en el gabinete ministerial de representantes del PS, PPD, PR y el PL es un acierto. Pero, más allá de los acuerdos parlamentarios para avanzar en las transformaciones, la movilización ciudadana resulta ineludible para potenciar la fuerza del nuevo gobierno. No se puede renunciar a ella.

Finalmente, y quizás lo más importante, en los próximos meses será el trabajo de la Convención Constitucional.  El éxito de su trabajo, así como la construcción de una amplia aprobación ciudadana de la nueva Constitución serán no sólo fundamentales para los destinos de nuestro país en las próximas décadas, sino un reconocimiento y apoyo para el gobierno de Boric.

El tiempo presente coloca a Boric y a su gabinete frente a inmensos desafíos, pero la firme convicción de construir un Chile justo, libre de abusos y desigualdades, harán posible su superación.

 

Por Roberto Pizarro Hofer

Fuente: El Desconcierto

Publicado en el Clarín con la autorización del autor



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  1. Cucho Zorricueta says:

    Estimado Roberto Pizarro. Tu análisis del futuro gobierno de Boric se puede situar en el campo optimista por las designaciones vario- pinto (aunque más pinto que vario ) que ha hecho el presidente electo. Acuérdate del viejo refrán, el que reparte toca la mejor parte .Tienes razón en que sea como sea es un paso adelante en la transformación de este modelo económico desgraciado. Pero también puedo situar tú análisis en el campo realista a partir del historial de algunos connotados que tuvieron como mentor al Ministro Foxley ( Velasco y Mario Marcerll ) quien los hizo ver la luz del señor convirtiéndolos en defensores del modelo. Por otra parte está el riesgo del comportamiento del presidente Boric, que de no tener la fortaleza ideológica podría convertirse en el Kerenski chileno del siglo 21 Recordemos que cuando los revolucionarios destronaron al Zar de Rusia Nicolás Segundo, asumió la conducción de la revolución un socialdemócrata llamado Kerenski, que después se fue de PLR por parte de los Bolcheviques. Sin duda , esto será largo proceso y habrá mucho llanto antes de terminar con este modelo. Es muy probable que después de este gobierno nos tengamos que tragar a la Doctora Milagro que hoy es nombrada ministra del interior. Si ó si vendrán las traiciones, los acuchillamientos por la espalda. El gran capital pondrá todo el dinero necesario para corromper la mente de los jóvenes , pero aún así avanzaremos. Ya que la regla fiscal se ha convertido en el Santo Grial de la economía chilena , la Convención constitucional debería crear la Regla política donde ladrones y políticos coimeros y corruptos no puedan ocupar nunca más un cargo público.
    Claro que el PC ha sido notoriamente discriminado y está el peligro que muy pronto lo expulsen del comité político, lo cual sería un error del gobierno de Boric, porque el PC sea como sea es un partido fuerte y tiene estructura vertical y tienen una Super figura política llamada Camila Vallejos con una gran capacidad política que puede fácilmente superar a la Doctora Milagro. Entonces de llevarse a cabo este primer gobierno de los jóvenes con un relativo éxito, la pregunta es quien sería la persona que continuaría con los cambios en caso de que Boric no esté. Sea como sea , la fuerza de los hechos nos irá diciendo que tenemos que hacer. Xi Jimping (primer ministro chino ) decía , no importa el color del gato, lo importante es que caze ratones.

  2. Felipe+Portales says:

    Se echa de menos en el análisis de Roberto Pizarro, el lamentable menosprecio efectuado por Boric al PC ¡que recibió menos designaciones! (3) que los nuevos miembros socialistas del gobierno que recibieron 4, entre militantes y adherentes. A tal punto, que generó la pública y desusada «protesta» en ese sentido de su presidente Guillermo Teillier y de su influyente diputado Hugo Gutiérrez. Además que esto se sumó a la ominosa división fáctica en la Convención Constitucional entre un bloque FA-PS por un lado; y otro PC- Pueblos originarios y ex Lista del Pueblo e independientes. por el otro. Además, se echa también de menos la falta de mención de la lamentable y gratuita desconsideración efectuada por Boric a sus partidos aliados más estrechos al haber designado a 5 ministros de su partido (Convergencia Social) en relación a los 3 de todos los demás partidos o movimientos del FA: RD, Comunes, Unir y Fuerza Común. Es decir, una práctica contraria a la consideración especial que lógicamente hace un presidente de una alianza de preocuparse de dejar especialmente satisfechos en la designación de un gabinete a sus partidos aliados.

    • manuel gomez says:

      yo entiendo una forma de hacer politica DIFERENTE, es terminar con el cuoteo partidista, supongo que el presidente electo penso en la idoneidad de las personas, antes de las alianzas politicas, cosa que yo le aplaudo

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