Irregularidades en el mercado funerario
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Ha concluido en estos días una investigación de la Fiscalía Nacional Económica (FNE) sobre el comportamiento de las funerarias. Estudio acucioso, que revela el actuar de estas empresas, cuya existencia nadie cuestiona. Desde la semana pasada se conocían los resultados, sin embargo, se postergó su publicación. Coincide con el derrumbe de la derecha y sus aliados fascistas, al finalizar la elección presidencial. Estas conclusiones vienen a ponerle la lápida a las pretensiones de la oligarquía de seguir succionando la teta del país. En el futuro, debe ser más cuidadosa y tragar sin hartarse.
Ahora, la derecha se resigna a contratar funerales a destajo, al conocerse las muertes —muchas de ellas aún no anunciadas en El Mercurio— pues hay quienes no se resignan a asumir la realidad. El presidente de Chile podemos+, aunque cada vez pueden menos, cuyo talento discursivo impresiona por su claridad, dijo: “Nadie sobra en nuestro conglomerado”. Como expresar: “Todos estamos demás”. Es lo que se entiende por emborrachar la perdiz.
En Chile mueren 110 mil personas al año, cifra que se incrementó debido al coronavirus. No se incluyen las muertes producidas el 19 de diciembre al conocerse los resultados de la elección presidencial. Se mantienen en reserva y se ignora si los funerales de esta mortandad, serán públicos o privados. En la derecha, donde la cofradía Chile Podemos+ y sus socios EVÓPOLI o NECRÓPOLIS y Republicanos, gimotean sobre el féretro de la alianza. “Murió a causa de nuestra soberbia y falta de unidad”, alega una señora, cuyos abuelos son patipelados, pero ella lo oculta, al cambiarse el apellido. En la agrupación han considerado hibernar a sus cadáveres y esperar “días mejores” para realizar las exequias. Todo a su tiempo, pues hay buenas y malas oportunidades para morir. No es lo mismo morir en la opulencia, que cubierto de andrajos.
En este asunto, y de acuerdo al estudio del FNE, exploraron distintos precios de las funerarias. Si, pues los valores de las exequias van desde uno a cinco millones y la sepultación, oscila entre 150 mil y 149 millones. Una bagatela. Como decir, la mediagua en La Pintana o el departamento en Ñuñoa. Cifras que revelan la variedad de ofertas a un público que no puede eludir, semejantes desembolsos. Nunca las funerarias van a alegar que el año estuvo flojo en las ventas. Menos aún realizarán liquidaciones de ataúdes, por fin de temporada. Ahora, si los deudos desean contratar lloronas, o un coro para interpretar el Réquiem de Mozart, deben hacerlo en la SOFOFA.
La muerte, aunque nos contraríe, causa daño al patrimonio. Nada se dice en el informe del FNE, si estas onerosas sepulturas, pagan contribuciones e impuestos a las utilidades. ¿O están exentas? Sobre esta delicada materia, debería establecerse la cantidad de personas que van a ser inhumadas en un mismo sitio; y de acuerdo a este dato, aplicar un impuesto proporcional. No es legítimo dañar el espíritu emprendedor de quienes aspiran a ser sepultados en un lugar de privilegio, por los siglos de los siglos.
También la Fiscalía Nacional Económica, ha realizado estudios sobre las rentas vitalicias, notarías, medicamentos, gas y textos escolares. Un trabajo encomiable, que la sitúa dentro de las instituciones, donde aún no asoma la podredumbre. Como lo reconoció un alto directivo de esta institución, se aguardó una fecha posterior a las elecciones del 19 de diciembre, para divulgar los resultados del informe. La institución no quería anticipar detalles de una tragedia, que se cernía sobre la derecha. Lo juzgó una grosera intervención electoral, pues se hallaba ajena a las manipulaciones del gobierno de los infelices. Mario Vargas Llosa, su hijo Álvaro y los dinosaurios, incluido el embrión hallado en China, han decido refugiarse en el anonimato. El mercado de los lameculos se ha desprestigiado, pues a candidato que apoyan, se chinga.
Por Walter Garib