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A sacarse la contumelia

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Escribo esta crónica, mientras escucho el Aleluya de Händel. El categórico triunfo de Gabriel Boric se produjo, debido a la claridad de su programa y de quienes lo apoyaron. Mérito a esa juventud variopinta que concurrió a votar. Mérito a un pueblo mil veces zarandeado. Mérito a las mujeres vapuleadas y ninguneadas por enarbolar su feminismo y disposición a emanciparse. Mérito a las personas anónimas, que laboran por el engrandecimiento de la patria. Mérito a quienes trabajan en la cultura, y día a día, defienden el derecho a expresarse. Aunque duela, el fantasma de la censura, resabios de la dictadura cívico militar, siempre asoma en el horizonte. La oligarquía, que no suelta presa, afila las uñas. Herida, pero no derrotada este domingo 19, elabora su siniestro plan, dirigido al boicot. A desangrar los esfuerzos del futuro gobierno de Gabriel Boric. A mentir y a inventar, dominados por el frenesí, una secuela de historias truculentas. Nadie se va a comer las guaguas, las que serán las únicas privilegiadas.

Los plumíferos y cagatintas, serviles al capitalismo, desde la prensa canalla, lanzarán sus dardos envenenados. Algunos de ellos vestidos con ropajes de izquierdistas, asumirán la labor de zapa. Saben arrimarse al poder del dinero. ¿Cómo neutralizar esta avalancha de perfidias? El gobierno de Gabriel Boric, que es el gobierno de la esperanza, la justicia social y de un pueblo que luchará por emanciparse, debe trabajar día y noche. Sin caer en la desesperanza, si surgen dificultades, pues las habrá a granel. Si se equivocan en las tareas, deben rectificar y reconocer los errores.

Pedir disculpas y a enmendar el camino. Escuchar al pueblo, donde radica la sabiduría. No hay espacio a la improvisación, a realizar experimentos que, en otras épocas, parecían revolucionarios y se esfumaron por inoperantes. Ello no impedirá volver a nacionalizar el cobre y reservarse para el Estado, la propiedad del agua, del litoral y de tantas otras riquezas en manos de los sinvergüenzas. Hay buenas y malas revoluciones, dependiendo de quien las dirige. A ordenar la casa en que vivimos desde hace tiempo. La casa de la hospitalidad, aunque a veces se llueve.

En este medio donde escribo, desde hace seis años, seré implacable en denunciar si observo corrupción. El leve intento de ocultar una cagada, quien fuere el causante, por encumbrada que sea su posición dentro del gobierno. Tolerarlas será complicidad. Nada de contemplaciones a la hora de la verdad. Dejar las mentiras para quienes escriben novelas. La derecha que no piensa en Chile, si en sus privilegiados bolsillos y groseras prebendas, al verse acorralada, intentará golpear al futuro gobierno, utilizando su poder económico. A no engañarse al creer en su devoción hacia Chile. Su patria se halla en los paraísos fiscales y en las inversiones en otros países. Ha vivido a costillas de la miseria del pueblo, al cual acusa de flojo y cuya obligación es serviles a esa casta de infelices. Si nacieron pobres, deben seguir siéndolos por mandato divino, por los siglos de los siglos. La derecha, por tradición y doctrina, utiliza el concepto de democracia, para ocultar sus fechorías.




¿Cuál fue su conducta en el golpe cívico militar en 1973? Destruir la democracia desde sus raíces y en los 17 años de dictadura, apropiarse de las riquezas de Chile. Y hasta el día de hoy, no concluye su frenesí por robar. Protegidos por ciertos militares sinvergüenzas, que traicionaron a sus camaradas y al presidente Salvador Allende. Este miércoles, La Segunda de El Mercurio, bastión de los forajidos, destacó la siguiente noticia: “Alta inflación y bajo crecimiento para el 2022 y 2023”. Husmearon la derrota por paliza e iniciaron la campaña del terror, la cual continuó en otros frentes. José Antonio Kast y su muñeco ventrílocuo von Káiser, un tal Parisi y los corifeos de turno, deben dedicarse ahora, a predicar en el desierto.

Al mediodía del domingo, por arte de birlibirloque, despareció la locomoción pública de Santiago. En paralelo se produjeron vías saturadas de vehículos en los barrios populares. ¿De dónde venían? Desde Providencia, Las Condes, Vitacura y Barnechea, dispuestos a dificultar el tránsito y crear el caos en las vías. A no engañarse sobre la limpia victoria de Gabriel Boric y su equipo, símbolos del verdadero amanecer Seguiremos viviendo en este país que tanto amamos, donde nacimos y vamos a morir.

 

Por Walter Garib

 



Escritor

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  1. Buen comentario de Don Walter Garib.
    Duro y al callo! Sin contemplaciones ni regateos….si la oposición pretende volver a la post dictadura blanda e ineficiente , preguntad al pueblo!
    No a la corrupción , no al a milicada, no al abuso ni al machismo…..el Chile joven debe limpiar las vitrinas y saludar a sus vecinos amigables.Si
    a la plurinacionalidad y al respeto a las culturas precolombinas. BUENA SUERTE , CHILE.

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