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Publicación de “prontuario” de AES Gener presiona para que empresa ponga fecha de cierre a sus termoeléctricas

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El lanzamiento fue el miércoles pasado, con testimonios de habitantes de zonas de sacrificio donde trasnacional mantiene sus operaciones. Son cuatro las centrales sobre las cuales no hay compromiso de fin de operaciones, exigiéndose desde la sociedad civil que ésta sea antes del 2030.

 

AES Gener, energía sucia” es el nombre del video que Chile Sustentable lanzó hace algunos días, con el fin de dar cuenta de los negativos impactos que las operaciones de la trasnacional estadounidense ocasionan a las comunidades locales y el planeta.  La pieza audiovisual fue presentada el miércoles pasado en un conversatorio en que habitantes de algunas de las ciudades donde funcionan varias de las termoeléctricas de la empresa y que se han organizado en la Coalición Chao Carbón.

AES Gener es la segunda mayor empresa del Sistema Eléctrico Nacional, con un 85 % de su producción basada en combustibles fósiles.  Esta realidad ha puesto a la compañía, que hoy por hoy está en proceso de cambiar su nombre a AES Andes, en el foco de los cuestionamiento de las organizaciones que impulsan la transición hacia una matriz energética sustentable.

A pesar de los esfuerzos globales y nacionales por disminuir los gases de efecto invernadero, AES Gener mantiene 4 de sus carboneras sin fecha de cierre en Tocopilla, Puchuncaví y Huasco.  Tres de las ciudades que han sido calificadas como zonas de sacrificio, según explicó una de las autoras del informe y Coordinadora del Programa de Descarbonización de Chile Sustentable, la ingeniera civil de la Universidad de Chile Javiera Lecourt Palacios.

 

 

Katta Alonso Raggio, de Mujeres de Zona de Sacrificio Quintero-Puchuncaví en Resistencia (MUZOSARE), relató algunos de los impactos de las operaciones de la empresa.  “Tienen tomado el borde costero, han suprimido el puente que teníamos porque era un camino que es lo que tenemos entre Quintero y Puchuncaví. Han sido tan frescos que, aparte de tomarse la playa, gran parte del borde costero que corresponde a la playa, hicieron desaparecer el puente y le cambiaron el curso a nuestra laguna que ellos llaman el estero de Campiche.  Ése es un humedal inmenso que hay que por un lado lo tiene Codelco tapado con escoria y Gener, por el otro, lleno de cenizas y además le han cambiado el curso. O sea, las irregularidades de Gener aquí son tremendas ” explicó, dando cuenta que el concepto de zona de sacrificio no se refiere sólo a la emisión de contaminantes.

En Huasco, incluso se han generado impactos en el ámbito del patrimonio cultural.  “Antes nosotros íbamos a pasear a San Pedro, como puerto hasta allá mismo a la isla, pero una vez que se instaló Guacolda ya no se pudo.  Aparte que se instaló sobre en un cementerio indígena, patrimonio cultural.  (La empresa) permitió el guaqueo, o sea la extracción, por los mismos trabajadores que estaban ahí, de puntas de flecha y muchas cosas que antiguamente utilizaban los indígenas.  De hecho, ellos devolvieron una estatuilla de un indio, de origen inca, que estaba ahí también” explicó la dirigenta Doris Zamorano Ledezma.

Al respecto, la directora de Chile Sustentable Sara Larraín Ruiz-Tagle indicó que el documento es un vehículo para “solicitar que AES Gener anuncie cuáles van a ser las fechas de cierre de las cuatro centrales que aún no ha señalado en su cronograma”.

 

 

 

El otro “prontuario”

La negativa a cerrar todas sus termoeléctricas no es el único cuestionable comportamiento de AES Gener.

En 2016 fue denunciada y multada por incumplimientos técnicos.  Previamente, en 2009,  fue acusada de irregularidades por instalar la termoeléctrica Campiche en una zona de áreas verdes no compatible con actividad industrial, acto en el cual, se vieron involucrados por tráfico de influencias el ex ministro del Interior Edmundo Pérez Yoma y el embajador de Estados Unidos en Chile Paul E. Simmons.

Ha sido denunciada por prácticas anticompetitivas al poner sobreprecio a la compra de carbón y últimamente ha hecho green washing al vender sus cinco unidades de Guacolda (Huasco) a otra empresa, promocionando que así ha avanzado hacia un portafolio más limpio, en circunstancias que la comunidad seguirá sufriendo los impactos de esas emisiones contaminantes.

En Puchuncaví se han vuelto recurrentes los vertimientos de carbón en sus costas, transformando a los pescadores en recolectores de estos contaminantes desechos ya que, producto de la degradación ambiental local, ya no pueden trabajar en sus actividades tradicionales.  En este contexto, en 2019 la empresa llegó a un acuerdo con miembros de distintos sindicatos de pescadores “para que se desistieran de continuar con una demanda civil que buscaba la reparación por la contaminación de las aguas producto de los frecuentes varamientos de carbón. Este acuerdo consiste en un pago de aproximadamente $ 4 millones a cambio de la renuncia a la posibilidad de recibir todo tipo de indemnización adicional, no sólo por los daños producidos por los efectos de los varamientos en el presente, sino además por todos los que podría causar este tipo de contaminación en el futuro y que afectaren no solo a los firmantes, también a sus familiares, socios, parientes lejanos y hasta amigos”.

Esta negociación ha sido calificada de “Acuerdo Mordaza” y representa, en la práctica, que la corporación extranjera “paga” para seguir vulnerando los derechos humanos de las personas.

Además,  AES Gener está detrás del controvertido proyecto Alto Maipo, donde la empresa firmó un convenio con la sanitaria Aguas Andinas,  que pone en riesgo el suministro hídrico de la Región Metropolitana.  Es decir, de 7 millones de habitantes

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  1. Sí, pero la culpa no es enteramente de Aes Gener, tanto en Campiche como Alto Maipo, la responsabilidad recae en los gobiernos de Bachelet, que por chantaje de USA, cambió el uso de suelo para instalar la planta en Campiche. Respecto de Alto Maipo, recordar que el ex ministro de Energía, Máximo Pacheco, llegó a inspeccionar las obras y conminó a los directivos a que apresuraran el trabajo para inaugurar el complejo antes de las elecciones de 2017.
    La culpa no es del chancho, sino del que le da el afrecho.

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