El “irracional” votante de José
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Cuando uno conoce las declaraciones y propuestas del candidato de la ultraderecha, entra en un extrañísimo mundo paralelo. Uno podría reírse asumiendo que el tipo tiene un fino sentido de la ironía, pero cuando pasan ese par de segundos de esperanza… la cruel realidad se impone. Habla en serio. Ahí dan ganas de llorar y, seamos sinceros, también da miedo imaginar un Chile a merced de su concepción de la vida y de la de sus patrióticos secuaces.
Cuando cerca de dos millones de votantes asumieron que quien sostiene esas opiniones es la mejor opción para gobernar Chile, llega a tambalear la fe en la humanidad. Porque no se trata de una diferencia política, parte de la vida democrática. El punto es una abismal diferencia de principios básicos.
Las opiniones y posturas del candidato ultraderechista fueron aprovechadas por sus contendores. Sobre todo el mundo ligado a Boric ―no digo solo su comando― las utilizó para dejar en evidencia lo ridículas, aberrantes y peligrosas que son.
En esta era de política virtual, los adherentes de Boric no se cansaron de difundirlas en RRSS. Sin embargo, lo que parecía un excelente golpe de efecto no dio resultado. No hizo mella en la conciencia política de quienes votaron al ultraderechista.
Así, que hable de esfuerzo y asistiera casi nada a la Cámara de Diputados: no sirvió.
Que se diga patriota y pusiera su dinero en paraísos fiscales para eludir impuestos: no sirvió.
Que hable de mérito y su riqueza es heredada: no sirvió.
Que sea pro AFP: no sirvió.
Que sea fan de Pinochet: no sirvió.
Que apoye a las grandes empresas que nos han abusado por décadas: no sirvió.
Que mienta descaradamente: no sirvió.
Que no se sepa su propio programa y lo desautorice: no sirvió.
Que apoye a los criminales de lesa humanidad de Punta Peuco: no sirvió.
Que sea homofóbico: no sirvió.
Que no crea en el cambio climático: no sirvió.
Que proponga quitarles derechos a las mujeres: no sirvió.
Que sea antiinmigrantes: no sirvió.
Que en su programa económico no cuadren las cifras: no sirvió.
Que quiera detener gente sin orden judicial y en lugares que no son cárceles: no sirvió.
Que no quiera subirle impuestos a los súper ricos: no sirvió.
Que sea un fanático religioso ultraconservador: no sirvió.
Que quiera profundizar el neoliberalismo: no sirvió.
Que no le importen las violaciones a los DDHH de la dictadura y los ojos reventados por Piñera: no sirvió.
Que insista en la ridícula mentira que si gana Boric seremos comunistas y como Venezuela: no sirvió.
Que quiera aumentar la edad de jubilación: no sirvió.
Que su círculo cercano y los militantes de su Partido Republicano mientan, hagan declaraciones risibles u odiosas: no sirvió.
Tenga Ud. por seguro que esta lista es incompleta, pues cada día el candidato nos entrega nuevas perlas. Ante ellas todos nos tiramos las mechas preguntándonos: Y entonces, ¿por qué votaron por él?, ¿por qué al 54% del padrón electoral no le importa que gane un tipo así y se abstuvo de votar? Pues, si no te interesan los demás, ¡al menos piensa en ti mismo!
Las cifras del domingo 21 dan cuenta de que las ideas y propuestas ridículas y tenebrosas del candidato ultraderechista, no fueron relevantes a la hora de votarlo. No se cumplió lo que los adherentes de Boric esperaban: la irracionalidad de José debió haberlo llevado a su tumba electoral.
No obstante, esa lógica postura centroizquierdista e izquierdista no tiene nada de obvia. Solo es un convencimiento voluntarista de la cultura intelectual del sector, la cual se contrapone al oscurantismo de nuestra intelectualmente mediocre derecha política.
Ese afán se deja ver en cómo enfrentan en general las campañas y esta en particular: los argumentos y propuestas convencerán a los electores y así nos darán sus votos. Esto olvida una cuestión fundamental: si ya sabemos hace rato que no existe el agente económico “racional”, ¿por qué habría de existir el votante “racional” que revisa todos los programas y posturas de cada candidato para decidir en consciencia, solo una vez que está bien informado, en pro del bien común?
La derecha descaradamente ha mentido y abusado del miedo en esta campaña… y les resultó. No digo que el comando de Boric se rebaje al miserable nivel de la ultraderecha. Pero, sí es necesario que entienda que la mayoría de los chilenos no tienen las mismas ideas y prioridades de gente profesional de entre 25 y 35 años, que van al Barrio Italia a tomarse un Aperol Spritz y suben a alguna de sus cuentas de RRSS fotos del trago y de los picoteos vegano-orgánicos.
Es una figura. Espero se entienda.
Vale la pena preguntarse si los electores son realmente “tontos” (en RRSS se leen adjetivos más fuertes) o la gente más politizada no leyó bien la realidad. O sea, ¿el problema es de quienes votaron por la ultraderecha o se abstuvieron? ¿O el problema es creer que los temas de los grupos politizados de centroizquierda e izquierda son y deben ser los temas relevantes para todo el resto país?[1]
Los mal llamados “patriotas” son quienes ―por su inmoralidad, ignorancia y, en no pocos casos, problemas de comprensión―, fabrican, asumen y difunden las mentiras y los absurdos de su candidato. Mas, no toda su votación provino de ese lamentable tipo de gente. De ese electorado que no es militante o ideologizado y de los abstencionistas deben conseguirse los votos para impedir que la ultraderecha llegue a dirigir La Moneda.
Se necesita abandonar la ceguera, aliñada con cierto paternalismo de clase media-urbana-universitaria, de pensar que la política racional es evidentemente una sola: la propia. Me atrevería a decir que las personas no militantes ni ideologizadas que votaron por la ultraderecha no son irracionales. Sencillamente tienen otra racionalidad.
Es urgente conocer esa otra forma de ver lo político antes del 19 de diciembre. Ganar su confianza al acoger sus necesidades, prioridades y también sus miedos. No hay otra manera de conseguir sus votos, hay que hacer política con las personas[2].
Por Andrés Monares
[1] Cuando el domingo se hizo evidente el voto urbano de Boric, recordé al “hombre blanco enojado” que llevó a la presidencia a Trump… Obviamente, no se pueden homologar contextos diferentes, pero tal vez sí se puedan sacar lecciones.
[2] Sobre las otras formas de ver lo político, considérese que un tránsfuga que ni siquiera estuvo en el país para su campaña y es deudor de una millonaria pensión de alimentos… obtuvo el tercer lugar en la carrera presidencial.
Gino Vallega says:
La lista de los «no sirvió» ,es fantasmasgórica. Será que somos un país fascista y no lo queríamos creer?De pequeño ,recuerdo los asombrados comentarios de la gente por los avances de Hitler en europa. En ese tiempo , los milicos golpistas eran sub oficiales ó estaban entrando a la escuela militar y escuchaban alborozados esos triunfos militares. Por orden de USA, Chile entró a la guerra y el parque japonés pasó a llamarse Gran Bretaña…….la plaza Italia , plaza Baquedano, los siúticos se creyeron «los ingleses de sudamérica»……y más. Los pobres/medio pelo , no asustan a nadie ,al contrario , producen agorofobia en las clases «con privilegios» . La historia ha entrado en un camino definitorio de mal pronóstico : si ganara Boric , con las dos cámaras cargadas a la DERÉ , hay poco brillo y tendrán que jugar a mantener los 2/3 para sobrevivir al fascismo folk de KKKast.