Chile en la encrucijada: Pinochetismo vs democracia y los votos de Parisi
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Esta vez la encuesta Cadem, que es obsecuente al gobierno del Presidente Piñera – hay que reconocerle – dio en el clavo, al menos en los pronósticos del orden en que llegaron los candidatos.
En tiempos de crisis de representación institucional los electores se muestran infieles entre unos comicios y otros: si consideráramos la votación para el plebiscito constitucional y la elección de los Constituyentes, era evidente que tanto el Apruebo Dignidad, como el Nuevo Pacto Social, (ex Concertación), deberían haber encabezado las preferencias en las elecciones presidenciales, parlamentarias y de los Cores, que tuvieron lugar el 21 de noviembre de 2021 y, en consecuencia, Gabriel Boric, de la combinación de Partidos “apruebo Dignidad” debería haber estado como ganador de quienes pasaron al balotaje.
A dos años del “estallido social”, (18 de octubre de 2019), y de la marcha más multitudinaria en nuestra historia, el 21-O, el estado de ánimo ciudadano ha cambiado radicalmente, eligiendo el miedo y el orden precario, impulsado por la derecha, al cambio del modelo de sociedad. No sólo el candidato fascista católico, José Antonio Kast, terminó en primer lugar, con una diferencia del 2% de ventaja sobre el candidato de Apruebo Dignidad, Gabriel Boric, sino que también la derecha avanzó en el número de senadores, igualando a 25 con el centro político de la Concertación y la izquierda. En la Cámara de Diputados acortó la distancia respecto a la centro izquierda e izquierda, (68 contra 73 respectivamente, y 14 diputados independientes).
El próximo Presidente – desde ya debe asimilarlo – no tendrá mayoría parlamentaria, por consiguiente, deberá valerse del recurso de los acuerdos, o bien, dedicarse a administrar el poder. Es un lugar común el que la segunda vuelta, a realizarse el 19 de diciembre próximo es, simplemente, una nueva elección: sumar los porcentajes perdedores para distribuirlos entre uno u otro es un juego ocioso, pues ninguno de los candidatos electores se ha casado con sus electores, cuya característica es la infidelidad.
Las largas colas para lograr el acceso a las mesas de votación sólo probaron el desorden administrativo del SERVEL en estas elecciones, agravado por los aforos a causa del Covid-19. Nuevamente, la participación ciudadana para estos comicios fue menor al 50%. Por otra parte, ninguno de los dos candidatos que disputarán la segunda vuelta llegó, ni siquiera, al 30% de las preferencias, lo cual permite dudar de la legitimidad de los candidatos elegidos.
El único cambio que pudimos constatar fue la alta afluencia de adultos mayores a las mesas de votación, muy por encima de ocasiones anteriores, que favorecieron al “doctor miedo” – como Marco Enríquez denomina -.
El experto electoral en épocas republicanas, Ricardo Cruz-Coke, publicó un libro sobre la geografía electoral chilena que, hoy esta rama de la ciencia política, adquiere toda la importancia política: sólo en cuatro regiones, las de mayor población, (Metropolitana, Valparaíso, Coquimbo y Magallanes), dieron el triunfo a Boric; en Antofagasta, una sorpresa para algunos entendidos analistas, triunfó Franco Parisi, líder del Partido de la Gente, quien sin vivir en Chile logró, a través de su Partido, contar con una bancada de seis diputados; el resto de las regiones, salvo Atacama, dieron el triunfo al ultraconservador José Antonio Kast. El norte fue favorable a Franco Parisi, mientras que el centro urbano lo fue para Gabriel Boric. El sur, para José Antonio Kast.
Los analistas y periodistas se toman la cabeza para indagarse de dónde vienen los votos de Franco Parisi, que logró el tercer lugar sólo a través de las redes sociales, (trabaja y vive en Estados Unidos). Al menos, sabemos que la antipolítica es una carta que él esgrimió, y que hoy por hoy, es muy poderosa. El apoyo a Parisi en las regiones del norte del país no sólo se explica por el cansancio de los habitantes con respecto a la inmigración ilegal, sino también por el abandono centralista de las regiones norteñas, (hecho que viene desde muchas elecciones anteriores en que no se elige a ediles representantes de partidos tradicionales).
Hay que reconocer que la votación de Gabriel Boric no fue buena, pues apenas superó lo logrado en las primarias interpartidos en que se enfrentó al alcalde de Recoleta, Daniel Jadue. Si bien la suma de los votos de Santiago y de Valparaíso tiene un enorme peso respecto al 21/11/2020, perdió importante votación en el resto de las regiones; incluso, en su tierra natal, Magallanes, ganó por un estrecho margen a José Antonio Kast.
El miedo es un sentimiento muy poderoso en política: muchos ciudadanos, incluso en comunas populares, sufragaron por Kast bajo la promesa de mano dura en contra de los delincuentes y migrantes ilegales. La democracia, que tanto costó recuperar después de dictadura de Pinochet, es pospuesta por la “urgencia” de establecer el orden precario, que propone una derecha ante el miedo al progresista, que hace tambalear su seguridad económica y su estatus social, y que prefiere a la derecha pinochetista, que les aseguró casi dos décadas de robos al fisco y de bienestar económico. (Poco le importa a la derecha pagar el precio de cientos de desaparecidos, miles de torturados, ejecutados y exiliados). Baste recordar que el fundador de la UDI, Jaime Guzmán Errázuriz, defendía la pena de muerte, pretextando que el condenado, en su último minuto, podría encontrarse con el amor y perdón de Jesucristo.
Siempre debemos tener presente que el sectarismo y la división de la izquierda, en múltiples ocasiones, abrió el camino al fascismo.
Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)
23/11/2021
Renato+Alvarado+Vidal says:
Estimado señor Gumucio, es posible que etiquetar a los votantes por Kast como «el pinochetismo» y dejar hasta ahí el análisis, deje algunas facetas fuera del cuadro. ¿Ha considerado la posibilidad de que el discurso centrado en las minorías excluidas, que a nosotros nos parece tan justo y noble, para otro amplio sector resulte antinatural y chocante? Después de todo, los reaccionarios a algo reaccionan.
Y es posible que este último sector resulte electoralmente mayoritario por factores como el propio diseño del proceso electoral, el cual está confeccionado a la medida del juego de partidos de la democracia burguesa; cuando este diseño se modificó siquiera un poco, para elegir a los convencionales, el resultado fue bien diferente.
También es posible que el sector reaccionario resulte mayoritario no por haber crecido, sino por no tener rival al frente. La plaza de la Dignidad vacía en la noche del triunfo de Boric en la primaria, es un dato de realidad que no puede ser ignorado; significa que en la elección del pasado domingo, el pueblo protagonista de la rebelión popular de octubre 2019, simplemente no tenía candidato; es cosa de ver los porcentajes de abstención en las comunas populares.