Attenti al lupo del fascismo
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Cortemos el chacoteo electoral y enfrentemos de una buena vez la amenaza de la extrema derecha que se cierne sobre Chile. Asistimos a una escalada del fascismo –en versión 2021- que en nombre del “orden” intenta apoderarse del gobierno y frustrar la misión que la historia asigna a la Convención Constitucional.
Los sectores democráticos, sin embargo, están pajareando. Sumidos en disputas insignificantes que exacerban odiosidades y rencores. Lo mismo sucede con las organizaciones de trabajadores, pobladores y estudiantes que serán las primeras víctimas de un régimen fascistoide. Unos y otros brillan por su ausencia en momentos decisivos para levantar un muro que impida el ascenso del Partido Republicano y su candidato presidencial, José Antonio Kast.
La maniobra fascista necesita sembrar el miedo y lo está consiguiendo. El desorden y la violencia, la corrupción y la delincuencia, el reinado de la droga, harán que las capas medias pidan a gritos una mano dura que imponga la paz de los cementerios.
La última ratio del capitalismo se apoya en esas condiciones de pánico, creadas por las injusticias del sistema económico-social vigente. Capta simpatía mediante demagogia, anticomunismo y campañas del terror. Se vale de la anarquía y la delincuencia como fermentos reactivos de acumulación de fuerza. Sus cantos de sirenas atraen no solo a los sectores más conservadores y chovinistas de la sociedad, civiles, militares y religiosos. También manipula las capas más castigadas por el sistema y se valen del lumpen como rabiosa fuerza de choque para sembrar el pánico.
El fascismo histórico llega al poder mediante instrumentos “democráticos”. Así lo hicieron el creador de la doctrina, el italiano Benito Mussolini, y su discípulo alemán Adolfo Hitler con su Partido Nacional Socialista de Trabajadores. Una vez en el gobierno y Parlamento, el fascismo persigue los partidos democráticos y revolucionarios, subordina o prohibe los sindicatos, suprime la libertad de expresión y emplea suma violencia política y racial para aplastar a opositores.
Esa es la experiencia histórica. En el siglo pasado el fascismo y el nazismo, desencadenaron la segunda guerra mundial y crearon campos de prisioneros para matar de hambre o en las cámaras de gas a comunistas, socialistas, judíos, gitanos, homosexuales, etc.
Chile no estuvo ajeno al fascismo de esa época. En 1932 surgió el Movimiento Nacional Socialista acaudillado por el abogado y parlamentario Jorge González von Marées. El 5 de septiembre de 1938 el MNS intentó un golpe de estado. Alrededor de cien jóvenes armados ocuparon la casa central de la Universidad de Chile y el edificio del Seguro Obrero frente a La Moneda (que hoy ocupa el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos). Los 60 sobrevivientes del putsch fueron ejecutados a balazos y bayonetazos por orden del presidente Arturo Alessandri (1).
En los años 50 el fascismo chileno se reagrupó en torno a la revista Estanquero. Su líder fue Jorge Prat Echaurren, nieto del héroe naval y ex militante del MNS. Prat creó el Partido Acción Nacional que tuvo cierta influencia en el gobierno de Carlos Ibáñez (1952-1958). Prat ocupó la cartera de Hacienda e intentó una candidatura presidencial que fracasó.
Las candidaturas presidenciales democráticas que competirán el 21 de noviembre, deberían levantar un frente antifascista y sellar el compromiso de unirse en segunda vuelta. Los programas de los candidatos Boric, Provoste y Enríquez-Ominami no se diferencian tanto que les impida conformar un solo bloque para cerrar el paso al fascismo.
En los 70 otro grupo fascista asesinó al general René Schneider, comandante en jefe del Ejército. El objetivo era provocar caos social y político mediante el secuestro de Schneider e impedir así que el Congreso Nacional ratificara la victoria de Salvador Allende.
Otro movimiento fascista, Patria y Libertad, surgió en esa época. Su objetivo: derrocar al presidente Allende. Su líder, el abogado Pablo Rodríguez Grez, dirigió sabotajes, crímenes, atentados y escaramuzas callejeras destinadas a provocar caos y desorden. Patria y Libertad recibía financiamiento empresarial y de la CIA. Oficiales de la Marina le proporcionaron instrucción, armas y explosivos.
Este es un breve repaso de la historia del fascismo en Chile. Está destinado a los que no creen que “eso” pueda ocurrir en nuestro país. Son los mismos candorosos que en 1973 aseguraban que un golpe de estado no podía suceder porque las FF.AA. acataban la Constitución.
Las candidaturas presidenciales democráticas que competirán el 21 de noviembre, deberían levantar un frente antifascista y sellar el compromiso de unirse en segunda vuelta. Los programas de los candidatos Boric, Provoste y Enríquez-Ominami no se diferencian tanto que les impida conformar un solo bloque para cerrar el paso al fascismo. El futuro gobierno democrático y el nuevo Parlamento tendrán un carácter transitorio. La nueva Constitución Política seguramente cambiará radicalmente estructuras y atribuciones de las actuales instituciones.
El entendimiento antifascista permitiría proteger la Convención y su propuesta constitucional. La Convención es la conquista democrática más importante de este siglo.
Las organizaciones sociales están llamadas a jugar un rol fundamental en el esfuerzo unitario anti fascista ante el peligro que las asecha.
MANUEL CABIESES DONOSO
29 de octubre 2021
(1) Carlos Droguett, “Sesenta muertos en la escalera”, Editorial Nascimento, 1953.
Margarita Labarca Goddard says:
Los partidos políticos, sobre todo los de izquierda. están desprestigiados en el mundo entero, con o sin razón. En Chile con mucha razón.
En la segunda vuelta no va a ser necesario un acuerdo entre partidos. El pueblo, espontáneamente, incluyendo a los que siempre se abstienen porque están hartos de que los hagan votar por el menos malo, se va a volcar a las urnas a votar contra Kast. Y lo harán nuevamente por el menos malo, por Boric. Ahora, qué va a ser el gobierno de Boric, eso está por verse. ¿Nos dará una sorpresa? Quien sabe…
Luis Arriagada Rivera says:
En Chile el fascismo se impuso por la fuerza,la violencia y las masacres! Así actua la clase capitalista,cuando la democracia inventada por éllos,ya no les sirve!
leonardo Ibañez Valenzuela says:
totalmente de acuerdo con el anti-comunismo, semilla que han sembrado muy bien y lo otro el uso de la palabra violencia la cual la manipulean a su modo creando en los votnates incertidumbre.
hugo+beal+R. says:
asi es
Gino Vallega says:
El país es más bien conservador e inclinado a la violencia física e intelectual ; el anti comunismo ha sido el escudo de la ultra derecha que lo sabe explotar muy bien. Pot otro lado , la dispersión de las posiciones de cuasi-izquierda hacen al grupo débil y en la unidad debieran ganar fácilmente ,pero ,otra vez ,el anti-anti y el yo-yo no permiten la unidad entre polos semejantes.Los estudiantes del año 1936 en la toma de la U de Chile y el Seguro Obrero NO ESTABAN ARMADOS ; en esto el Sr. Cabieses se equivoca : los estudiantes estaban rendidos y fueron masacrados por Arturo Alessandri Palma , cuya estatua está frente a La Moneda para recordar que los asesinos son celebrados en el país.
Juan Carlos Gómez Leyton says:
Lo dicho por Cabieses esta en la misma dirección de la construcción de una estrategia política destinada hacer de la segunda vuelta Presidencial un Gobierno de Transición que he propuesto en este mismo medio. La «mentalidad monárquica», -el peso de la noche según Portales- de las ciudadanías nacionales sean estas de derecha, centro o izquierda apunta siempre a pesar el gobierno conducido por un(a) Presidente/a. Las debilidades políticas de los cuatro candidatos (Boric, Provoste, Meo y Artés) requiere la conformación de un «gobierno» con «ministros pesos pesados», para que dicho gobierno de transición sea exitoso. Se requiere unidad política por encima de los particularismos partidistas para derrotar a la derecha neoliberal neofascista.
Margarita Labarca Goddard says:
Es muy cierto lo que dice Manuel Cabieses. Pero yo soy optimista, pienso que Boric y Kast van a pasar a segunda vuelta. Y allí no habrá acuerdo de partidos ni un frente antifascista. Simplemente, toda la gente que se abstiene habitualmente : la izquierda «suelta», los militantes que ya no quieren votar por el menos malo, se van a volcar en masa para votar en segunda vuelta por Boric, a fin de evitar que el fascismo tome el control de este desgraciado país. Y cuando Boric sea presidente, habrá que ver… si la cosa no funciona, o si él se muestra como un auténtico Gabriel, será porque habrá llegado el tiempo de las barricadas.
Nelson Villagra says:
El recuento de Manuel Cabieses es una clara advertencia a las fuerzas democráticas. Una vez más la consigna «El Pueblo Unido Jamás Será Vencido», deberían hacerla efectiva las fuerzas democráticas. El facismo populista es más peligroso que una abierta dictadura.