Chile bajo el ultimátum neoliberal: o nosotros o el apocalipsis
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La entrevista que le hizo El Mercurio el domingo pasado al empresario Nicolás Ibáñez nos da una pista sobre la dirección que tomará el rumbo político a partir de las inminentes elecciones. Ibáñez es un reconocido ultraderechista y partidario de la dictadura cívico militar y en la entrevista esboza amenazas que revelan un característico odio hacia las clases populares. Aquello que conversa en el green de golf, en su yate de veinte metros, se lo susurra a El Mercurio para que lo comunique al país: si los chilenos optan otra vez por la izquierda (extrema izquierda le llama a Gabriel Boric y a Apruebo Dignidad) harán todo lo posible para que se arrepientan de por vida o por lo menos por varias décadas. La estrategia es ampliamente conocida y no hace falta ni nombrarla.
El plan ya está en plena marcha y tiene por objetivo táctico apretar la economía chilena para conducirla a un colapso en un eventual gobierno de Gabriel Boric. No solo la histeria desatada por economistas neoliberales, operadores del sistema financiero y representantes de las cúpulas empresariales. Junto a las palabras, hay acciones que ya han descarrillado los denominados equilibrios macroeconómicos. Inflación, pérdida de valor del peso chileno respecto al dólar, alzas históricas a las tasas de interés. Y tras esto, el inicio de un proceso de salida masiva de capitales, retiro de las utilidades en la bolsa y desinversión.
Las salidas de capitales, que se iniciaron el 2019, han aumentado con fuerza este año, ha advertido el Banco Central. Los accionistas han pedido hasta el cien por ciento de sus dividendos a las compañías, un monto que se calcula en unos doce mil millones de dólares, el doble que el año pasado, de los cuales se presume que un gran volumen saldrá del país. Este proceso explica el alza del dólar, que la semana pasada alcanzó un récord histórico de 830 pesos y las compras de departamentos en Miami por chilenos. Oficinas de propiedades que atienden a chilenos en esa ciudad afirman que nunca habían visto tanta demanda.
La Tercera del domingo anuncia la tormenta perfecta. Toda su batería de expertos lanza predicciones apocalípticas y apunta como responsable al programa de Boric. Para aquellos especialistas, el mercado apuesta contra Chile, como destaca la cita a un economista de Goldman Sachs: “Hoy vemos que Chile se está desviando hacia un modelo más intervencionista y potencialmente más populista”.
Aquí vemos una clara explicación al alza del dólar, que con seguridad se traducirá en un aumento de los precios de los productos y componentes importados. Si a ello le sumamos el incremento de insumos internacionales como la energía y los alimentos, el futuro inmediato será sombrío.
Columnistas de La Tercera como Sebastián Edwards también se suman a este coro contra Boric y Nicolás Grau. “Conclusión: los cálculos que nos presenta el “equipo Boric” parecen estar errados por un factor de ¡10 veces!”. Y qué decir del economista José Luis Daza: “El camino que nos ofrece Boric es un callejón sin salida. Nos llevará a un pantano del cual va a ser muy difícil salir, posiblemente décadas. Es el camino que han tomado muchos países de la región, todos con el mismo (mal) resultado”. Y como no podría faltar la referencia a Venezuela, aquí está: “Boric y su gente dicen que quieren erradicar el modelo, y usando la fraseología de Chávez, quieren refundar muchas instituciones. Provoste es Boric light, pero con muchas de las mismas ideas que he visto destruir países. Creo que cualquiera de los dos candidatos de derecha mantienen viva la opción al desarrollo”.
La campaña del terror ya surte sus efectos. Como vemos, es solo el inicio de un guión de largo plazo. Para las clases propietarias y controladoras de la economía y las finanzas, sólo existe una opción, que es la única realidad posible. Para el neoliberal, no existe alternativa al capitalismo en su versión extrema de mercados desregulados. No hay puntos medios ni matices. O todo o nada. Después de nosotros, el diluvio, el apocalipsis. Y esta parece ser la apuesta que está en marcha.
Por Paul Walder
Margarita Labarca Goddard says:
Para Paul Walder:
Este señor Ibáñez está profiriendo amenazas contra dos candidatos y contra la normatividad que rige a las elecciones presidenciales en Chile. ¿O nosotros o el apocalipsis? ¿Se van a arrepentir toda la vida?
Bueno, habría que iniciar las acciones para meterlo preso, porque no hay por qué aceptar tranquilamente estos desplantes. Ya basta de aguantar al momiaje prepotente y desbocado.
Gino Vallega says:
El Sr. Walder tiene razón al describir el avance de la campaña del terror; recordando los tiempos de la UP y la derecha y su mercado negro , el desabastecimiento y el bloqueo yanqui son realidades que pueden volver a suceder aún más ahora que Chile no produce si no minerales ,frutas y salmones para el extranjero , será fácil bloquear el comercio ,subir los precios y los etc. que usa la gran DERÉ para acallar las revueltas populares si no tiene otra pandemia a la cual recurrir.Hay alguien planeando que hacer si se llega al gobierno?
Gustavo Careti says:
La Reacción es lo peligroso e Ibañez representa eso la REACCIÓN. Por ello viva la Revolución Chilena. La Reacción ha sido el yugo del Pueblo de Chile… Malembe para los pinochetistas… Gus.