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Kast y las ratas

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Hubert Wolf es un historiador que investigó el apoyo del Vaticano a los nazis que huyeron de Europa luego de la derrota del Reich. Según su investigación, el papa de entonces, Pío XII, apoyado por la CIA, habría decidido “enviar gente confiable a América Latina para combatir el peligro comunista en ese continente”.

El cura italiano temía la expansión del comunismo, al que consideraba una amenaza peor que el nazismo.

Una de las más importantes olas migratorias de europeos a Sudamérica fue luego de finalizada la segunda guerra mundial. En Argentina los nazis encontraron refugio en el gobierno de Perón y aún se habla de submarinos que habrían recalado con jerarcas nazis o que habrían encallado en el intento.

La cercanía de la derecha chilena con el régimen nazi llegó hasta lo estrafalario: el año 1937 el presidente Arturo Alessandri Palma ofreció la venta de Isla de Pascua al gobierno nazi para comprar dos cruceros para la Armada chilena.

Heinrich Himmler, el jefe de las SS hitlerianas, tuvo inversiones en Chile hacia 1939. Klaus Barbie, que deportó niños a Auschwitz, fue agente alemán en Chile, junto con Walther Rauff. El creador del Círculo de amigos de Colonia Dignidad fue el ex oficial de las SS Gerhard Mertins, quien hizo negocios con las Fuerzas Armadas chilenas.

La historia da para mucho más.

Papá Kast huyó a Chile luego de la derrota nazi que dejó el escalofriante reguero de entre sesenta y cien millones de muertos, la mayor parte civiles no beligerantes y algún tiempo después terminó como dueño del restaurant Bavaria, ubicado a un costado de la carretera Cinco Sur a la altura de Linderos.

¿Entraría con permiso de trabajo el primer Kast que huía del cadalso? ¿Habrá evadido alguna ridícula zanja de tres por tres metros? ¿O utilizó el expediente de un pasaporte falsificado extendido por los curas que mandaban anticomunistas al sur del mundo?

Kast, el candidato, ha celebrado a los que en Iquique quemaron las escasas pertenencias de gentes que debieron salir de sus países en busca de otro futuro y que viven como indigentes en las calles de este campo de flores bordado.

Tratándose de quemazones, quizás habría preferido los hornos crematorios de judíos al modo de sus antepasados.

Los ancestros de Kast huyeron de la guerra luego de ser derrotados y por esa vía el candidato heredó la cultura de la muerte, la mentira y la ignorancia que ahora despliega intentando controlar sus instintos criminales cuando alguien lo expone a sus estupideces.

Se le nota mucho a Kast candidato las irrefrenables ganas de armar una MG 42 y poner las cosas en su lugar.

De zanjas también sabrá Kast. Su familia estuvo involucrada en la muerte o desaparición de un número indeterminado de personas cuyos únicos pecados fueron ser trabajadores humildes.

Las mentiras profundamente inhumanas, además de torpes y provistas de una carga de ignorancia que debería mover a risa, deberían ser consideradas fuera de la ley por promover el genocidio y defender valores inhumanos.

No se sabe si la cobardía se hereda, pero al parecer se aprende. Como sea, es altamente peligrosa.

Y a propósito de inmigrantes ilegales, resulta curioso que la vía por la que huían los nazis desde Europa luego de la derrota de Hitler, se haya bautizado como la Ruta de las Ratas.

 

Por Ricardo Candia Cares

 

 

 

Escritor y periodista

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  1. Margarita Labarca Goddard says:

    Kast y las ratas. Este artículo es excelente. Felicitaciones. No sabía yo que el padre de José Antonio Kast había llegado con pasaporte falso y todo lo demás que se dice acá. Este tipo de artículos es lo que hace falta.
    Margarita Labarca Goddard

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