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Dominga y las Tres P.

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En épocas pasadas, había tiendas o almacenes de barrio que se llamaban las Tres B. Es decir, por vender productos: Buenos, Bonitos y Baratos. Quizá ahora ya no existan, pues las preferencias van en distintas direcciones. En esta fecha, acaba de surgir una mega actividad empresarial, con las siglas las Tres P. O sea, Piñera, Pandora y Papers, lo cual viene a reactivar nuestra alicaída economía. Se trata de una cadena internacional de venta de productos elaborados a base de minerales. Su matriz de operación se ubica en la región de Coquimbo, en cuyas costas se incluirá un puerto propio y otras granjerías anexas. Desde luego, playas de recreación, un hotel 5 estrellas y la consiguiente rada, donde recalarán trasatlánticos, yates y embarcaciones menores. ¿Quién podría negar este proyecto de fantasía, donde se avizora un progreso a la zona norte, jamás emprendido?

Por desgracia surgieron sus opositores, y alegan que la modernidad no respeta el medio ambiente y día a día, se empeña en destruirlo. Quienes defienden a doña Dominga, sostienen que vender es un arte, como escribir, pintar, componer una pieza musical, danzar, cantar o construir un edificio. Jamás el hombre ha dejado de crear fórmulas para seducir a una clientela cautiva. Aunque debe ajustarse a ciertas normas de ética empresarial. Nada de vender un metro de tela de ochenta centímetros, ni un litro de aceite de tres cuartos. Ahora, si alguien burla estas básicas normas empresariales, puede ir a estudiarlas en las clases de ética, que imparte un organismo de gobierno. Esta universidad pública, cuya dotación de alumnos aumenta a diario, ha tenido tanto éxito, que empieza a ser requerida, para enviar a ella a altos miembros de las FFAA, funcionarios de gobierno y empresarios sinvergüenzas. Se piensa también, construir un internado para los reincidentes, pues el objetivo de la universidad, apunta a reconquistar nuestro pasado de país honesto.

Sin embargo, la creación en estos días de las Tres P, administradoras del mineral Dominga, también desea recuperar la tradición, pese a sus reparos. Nadie imaginó, ni los más perspicaces, que una cadena internacional irrumpiría en nuestro país, derribando mitos. Se cree que en el año 2022, abrirá locales en las ciudades de más de 50 mil habitantes. En tal caso, la ansiosa clientela, que siempre busca novedades, precios justos y facilidades de pago, las va a abarrotar, apenas inauguren sus locales. Los gerentes de estas mega tiendas, que los siúticos llaman Ceo o Manager, avizoran una larga existencia para su empresa. Como la variedad de sus productos es enorme, su objetivo apunta a surtir tanto a la clientela nacional como internacional.

Ahí descansa su éxito empresarial. Se sabe que el yacimiento minero Dominga, matriz de la sociedad gestora las Tres P, tiene hierro, oro y cobre. Debido a la escasez de agua en la zona de Higuerilla, prometen utilizar agua de mar en las faenas mineras y donar a la población de unos litros de agua desalinizada. ¿Y qué ofrecerán en sus locales de venta? Desde luego, productos elaborados con hierro, cobre y oro, los cuales serán fabricados en China, India y Corea del Sur.

El mentado mega proyecto empezaba a funcionar, sin embargo, como en Chile impera la escondida envidia, aparecieron quienes alegan que la citada empresa las Tres P, es solo una ficción y que detrás de ella, se ocultan evasiones tributarias, triangulaciones y elusiones. Que su verdadero domicilio, se sitúa en un paraíso fiscal, llamado Las Islas Vírgenes, donde la virginidad se asegura, a quienes van a invertir en esa región. ¿Puede un país como Chile, progresar si cierra las puertas al nuevo proyecto? Nuestra miopía es infinita, pues ahora doña Dominga quiere operar, bajo el patrocinio de las Tres P. Es decir: Podrida, Putrefacta y Pestilente.

 

Por Walter Garib

Escritor

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