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Aparecen relatos inéditos de Víctor Pey a tres años de su partida

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Este 5 de octubre conmemoramos el tercer año de la partida del ingeniero español Víctor Pey Casado, dueño del periódico el Clarín de Chile, empresario, catedrático, entrañable amigo y asesor de toda la confianza del presidente Salvador Allende. Para este aniversario publicamos en estas páginas una larga entrevista inédita realizada en Europa por el historiador Jorge Magasich. Más que una entrevista, más que una conversación, la grabación de varias horas es una narración personal de los momentos públicos más importantes en la vida de Víctor Pey. Es él mismo quien recuerda su presencia, y también protagonismo, en periodos y momentos marcados por la intensidad política que quedaron escritos en la historia del siglo pasado. Desde su juventud y su lucha por el bando republicano durante la Guerra Civil Española, la rendición y el refugio en Francia, la partida en el barco Winnipeg hacia Chile, su primera entrevista con Pablo Neruda, su amistad con Allende, la compra del diario Clarín, el golpe de Estado de 1973, otra vez el exilio hasta su regreso y su larga lucha por la recuperación del Clarín.

En 1990 Víctor Pey, junto al abogado español Joan Garcés, forma la Fundación Presidente Allende (FPA) para mantener el legado del presidente y buscar justicia por los crímenes de lesa humanidad cometidos por la dictadura. La FPA, junto a agrupaciones de familiares de víctimas de la dictadura, se querella contra Pinochet y logra su detención en Londres a través del juez español Baltasar Garzón por los delitos de genocidio, terrorismo internacional, torturas y desaparición de personas. Años más tarde la FPA presenta otra querella contra Pinochet por malversación de caudales públicos y depósitos en cuentas fraudulentas en el Banco Riggs y el Banco de Chile en Estados Unidos. Un acuerdo con el banco estadounidense permite a la FPA obtener una importante indemnización, que traspasó a 22.248 víctimas chilenas, españolas y de otras nacionalidades por los perjuicios causados por el blanqueo de bienes del dictador. En su calidad de vicepresidente de la Fundación, Víctor Pey tuvo un papel fundamental en todas y cada una de estas iniciativas.

Víctor Pey y el exjuez Baltasar Garzón

En la primera grabación Víctor Pey relata desde su vinculación con las milicias republicanas, la huida de la España franquista a través de los Pirineos a Francia, la fría entrevista con Neruda en París hasta la llegada a Chile en septiembre de 1939.

“Atravesamos junto a mi hermano los Pirineos a pie, en invierno, con una brújula. Estuvimos tres noches hasta que llegamos a una cúspide y vimos luces encendidas. En el territorio español estaban todas las luces apagadas para evitar bombardeos. Así supimos que estábamos en territorio francés. Bajamos la montaña hasta una carretera y a los veinte minutos vino una patrulla de la policía rural. Nos tomaron prisioneros y nos llevaron a un campo de concentración en el sur de Francia. Salimos de España con una caja de azúcar en terrones y ese fue nuestro alimento durante la travesía. Nos trasladaron de ese campo a otro con miles de personas”.

 

 

La segunda grabación se extiende a partir de su inserción laboral y social en Chile, sus vínculos políticos, el inicio de una larga amistad con Allende, sus actividades en la construcción y la ingeniería y la docencia en la Universidad Técnica del Estado. Víctor Pey destaca su segundo encuentro con Neruda y la ayuda que le prestó para salir de Chile perseguido por el gobierno de Gabriel González Videla. Neruda le había salvado la vida a él y su familia en 1939, por lo que Víctor Pey no dudó en devolverle la mano al poeta apenas tuvo la oportunidad.

Con Neruda volvió a encontrarse ya entrados los años cincuenta tras la persecución de los militantes del Partido Comunista durante el gobierno de González Videla. El poeta y senador comunista, en la clandestinidad, pasó varias semanas con su mujer Delia del Carril, La Hormiguita, encerrado en un pequeño departamento que Pey tenía cerca de la Plaza Italia. Cada día, recuerda, le llevaba al vate un paquete con su colación de mediodía. Conociendo la sensualidad gastronómica de Neruda, Pey recuerda que las raciones las compraba en el Oriente, uno de los mejores restaurantes de entonces.

Después del refugio en el departamento de Plaza Italia, Neruda pasó por varios domicilios en espera del momento adecuado para fugarse del país. Tras algunos intentos fallidos, Víctor Pey nuevamente interviene. Un amigo suyo trabajaba en un aserradero en el sur de Chile colindante con la frontera con Argentina. Una operación montada entre él y otros colaboradores finalmente logró sacar al poeta a Argentina y desde allí a Francia. Tiempo más tarde apareció en París junto a Pablo Picasso en un congreso de intelectuales.

Conoció a Darío Sainte-Marie, fundador y primer dueño de Clarín, durante los años cincuenta y se acercó a él una década más tarde como asesor para la instalación de una nueva rotativa. Pero no es hasta los inicios del gobierno de Allende cuando Pey ingresa de lleno en el mundo periodístico.

“Yo iba continuamente al diario. Llegó un momento en que Sainte-Marie me dijo: ‘Me tengo que ir. Me tengo que ir afuera’. ¿Cuando? ‘Ahora, lo antes posible. Le vendo el diario a usted’”. ¿Qué había pasado? Sainte-Marie, como se sabe, tenía problemas afectivos que marcaron esta parte de su vida. Pese a todo su poder, no pudo resistirlos y decidió marcharse a España. La decisión de vender el diario a Víctor Pey en un bajo precio aseguraba que Clarín no perdería su línea editorial. “Yo no cambié a ninguna persona, mantuve la misma línea. Entre Arellano y Alberto Gamboa hacían los titulares; en tanto yo mejoré la empresa en equipos y gestión”.

 

La tercera grabación es el relato de los últimos años de El Clarín, su exilio y el regreso a Chile para iniciar el largo proceso judicial para la recuperación del periódico. Pese al fin de la dictadura, los posteriores gobiernos, por motivos que Víctor Pey relata en esta grabación, no han aceptado hasta el día de hoy devolver el valor del periódico ni a su dueño ni a sus herederos. Ello, sin duda, constituye un atentado contra la libertad de prensa y la libertad de expresión, además de volver a contar con un diario popular (“firme junto al pueblo”) de la talla de Clarín.

Al final del audio, el historiador Jorge Magasich le pregunta: ¿Retrospectivamente qué mensaje tiene usted que comunicarle a los más jóvenes?

A mi no me mueve ambición personal de especie. Por lo demás mi vida entera ha sido una demostración de eso. Para mi, sería una satisfacción muy grande poder rescatar un medio de prensa porque me siento muy unido con el pueblo chileno, con sus falencias y sus sufrimientos. Tanto la guerra civil española como lo ha sido el resto de mi vida, no solamente en el terreno político o periodístico, sino también por mis 24 años de ejercer la cátedra, han sido de alguna manera como de entrega. Y eso me produce una satisfacción personal y una tranquilidad en mi propia consciencia, que es lo que fundamentalmente me importa.

 

 

 

 

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  1. Resido en España. una buena mañana me llama Juan Garces para decirme que le dio a Victor Pey el numero de mi celular en Chile
    justo me llama en cuanto llegue a Santiago, me dio su dirección en Ñuñoa ,cerca de la plaza Egaña, cumplia 101 años
    tuve la oportunidad de sostener una formidable conversación, El me decía. mi gran amigo….

  2. Felipe+Portales says:

    Sería muy justo -y oportuno ahora que en el concejo municipal de Ñuñoa tienen mayoría los partidos supuestamente progresistas- que se promoviese darle el nombre de una calle a Víctor Pey.

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