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La hecatombe en la candidatura de Sebastián Sichel

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El abanderado de la derecha antes de adoptar el apellido Sichel, era Iglesias. Comenzó su militancia en la Democracia Cristiana, en el sector “guatón”, (liderado por Mariana Aylwin, Soledad Alvear y Gutenberg Martínez…). Iglesias demostraba notoria habilidad para repetir las ideas del sector más reaccionario de la DC: en un video emulaba las críticas de sus jefes en el partido, y no economizaba algunas frases críticas del socialcristianismo en contra de la derecha.

Sichel se relacionaba astutamente con aquellos triunfadores del mercado, por consiguiente, adhirió al Partido Ciudadanos que impulsaba, en esa época, la candidatura del economista y ministro de Hacienda del gobierno de Michelle Bachelet, Andrés Velasco. A Sichel le encanta hablar de su infancia desprotegida y con penurias, debido a la pobreza, a fin de diferenciarse de la oligarquía endogámica, y pretende ser el típico personaje de la propaganda capitalista que de una infancia miserable, por sus propios méritos llega a triunfar en el mundo de los negocios, es decir, la “meritocracia”.

Cuando la candidatura de Andrés Velasco fue un fracaso y, además, el sector “guatón” de la Democracia Cristiana adoptó el camino propio alejándose de su partido para encontrar acogida en la derecha, a Sichel no le quedó otro camino que “vitrinear” en el segundo gobierno de Piñera (el actual), donde encontró la forma de convertirse en niño mimado de la derecha. Ahora, el Presidente sin ningún poder real, se ha portado muy bien con ese niño de ojos azules, de sonrisa fácil, joven e inteligente,  y le  concedió trabajos sobresalientes dentro del  aparato del Estado, (jefe de la CORFO, luego, el Ministerio de  Desarrollo Social y, finalmente, la  presidencia del BancoEstado); este emergente personaje de la derecha logró ganar en las primarias a viejos cuadros, candidatos que parecían seguros para representar a este conglomerado político en las elecciones presidenciales, que se llevarán a efecto en noviembre próximo.

El candidato seguro de ganar en las primarias, realizadas recientemente,  era el ex alcalde  de la comuna de Las Condes, Joaquín Lavín, quien había sido el primer líder de la derecha que estuvo a punto de ganar las elecciones presidenciales del año 2000, en que la diferencia fue, en promedio, de un voto por mesa. Posteriormente, fue alcalde de Las Condes, luego perdió una elección presidencial frente al candidato de Renovación Nacional, Sebastián Piñera. Lavín fue alcalde de la comuna de Santiago, Ministro de Educación. En su segundo período como alcalde de Las Condes, con miras a la elección presidencial, se autodefinía como “socialdemócrata”, prometiendo un gobierno de “unidad nacional”, (una versión progresista de la oferta de Piñera de “el gobierno de los mejores”).

En la historia política de la derecha hay varios ejemplos de candidatos independientes que se complacen en autodefinirse como líderes de una derecha meritocrática, que pretende actuar en sectores populares y ganarse la confianza del pueblo-pueblo, para emular a su líder máximo, Jaime Guzmán Errázuriz, (fundador del Partido Unión Democrática Independiente), con el propósito de competir con el Partido Comunista en los sectores populares para ganar adeptos. El modelo de la UDI está simbolizado por un poblador muerto en luchas callejeras.

Cada vez que la derecha ha propuesto candidatos a la primera magistratura, surgidos de sectores populares o bien, de clase media, ha perdido las elecciones en forma aparatosa: muchos ciudadanos intentarán la comparación entre Laurence Golborne y Sebastián Sichel, incluso, al primero, hijo de ferreteros, le propusieron cambiar su nombre por “Lorenzo”, para hacerlo más popular; Golborne se vio forzado a retirarse cuando se le descubrieron las pillerías en los paraísos fiscales.

Sebastián Sichel se da el lujo de despreciar a los viejos partidos políticos de la derecha, pues igual que cuando era democratacristiano y, luego, seguidor de Velasco, se cree un triunfador de las mafias de las finanzas.

La derecha, ofendida por la displicencia de su candidato, está tentada en inclinarse por el fascista, militarista y ultraderechista José Antonio Kast que es, en definitiva, el representante de los verdaderos ideales de los reaccionarios conservadores; basta de aventuras simulando con ser “socialcristianos” sólo para ganar las elecciones; en el fondo, (tal vez le sería mucho mejor seguir la vieja senda del Partido Conservador, cuando don Juan Antonio Coloma vetaba a los candidatos falangistas).

Es bien evidente del poco respecto y autoridad que el Presidente Piñera concita entre sus ministros y partidos políticos que lo apoyan, por consiguiente, nadie puede extrañarse de que sus subalternos, sobre todo Ministros de su confianza, hayan hecho retiros de los fondos de las AFP, y como el pueblo está envalentonado, el mejor  camino es la humildad, y afirmar que sacaron el dinero porque estaban muy pobres y no querían seguir siendo “los Reyes de los huevones”. Al final de todo, era mejor retirar ese 10% y trasladarlo a una Cuenta de Ahorro Voluntario

Sichel, que es muy seguro de sí mismo, al principio se negó a admitir su retiro, luego salió como pateando la pelota al arco contrario, diciendo que había sacado esos fondos para defender su patrimonio frente al peligro de que si ganara la izquierda, nacionalizaría los fondos de las AFP, (incluso, acusa a Gabriel Boric de pretender el financiamiento de su programa de gobierno con las platas estatizadas de las AFP).

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

1º de octubre de 2021

Historiador y cronista

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  1. Mónica+Fernández+del+Pino says:

    ¿Cuál de las dos candidaturas es peor, Sichel o Kast?
    La derecha cuesta abajo en la rodada: por sus actos los conocemos.

  2. Sichel está por cambiarse el apellido a SIÑERA……para agradecer a su mentor , Piñera.Total ,cambios más ,cambios menos.Pero hay muy pocos que lo saludarán por aquello.

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