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Pedro Aguirre Cerda: Gobernar es educar

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¿Qué sucesos desconocidos ocurrieron entre la Iglesia y Aguirre Cerda durante los últimos días de vida del presidente? ¿Facilitó, junto a Pablo Neruda el acceso a Chile al hombre que intentó asesinar en México a León Trotski? ¿Se lo apodó “Don Tinto” porque le gustaba el alcohol o porque era el socio de una de las primeras viñas en la zona norte de Santiago? ¿Fue solo un buen intencionado promotor de la carrera de Gabriela Mistral? ¿Fue admirador de Adolf Hitler, tal como aseguran algunos investigadores? ¿Ayudó, junto a Arturo Alessandri y a la Masonería a concretar la Ley de Instrucción Primaria Obligatoria?

A todas estas preguntas y a varias más, Enrique Corvetto y Gonzalo Valero dan respuesta a través de su proceso de investigación que quedó plasmado en el libro “Gobernar es Educar. Historias de Pedro Aguirre Cerda” y editado por Trayecto Comunicaciones y que fue publicado a comienzos de este año.

De origen campesino, Pedro Aguirre Cerda llegó a ser presidente de la república en una época de mucha inestabilidad social, política y económica tanto para Chile como para el mundo.

En el exterior, en España se vivían los últimos meses de la Guerra Civil que había comenzado el año 36 y Europa caminaba hacia una de las mayores tragedias humanitarias del siglo XX.




En el plano interno, todavía se sentían las consecuencias de la crisis económica del año 29 con una alta cesantía y un amplio sector ciudadano viviendo en precarias condiciones.

Profesor, abogado, político masón empresario intelectual y agricultor su obra como los sucesos que giraron alrededor de ella fueron trascendentales en la historia de Chile.

Pedro Aguirre Cerda nació en Pocuro, el 6 de febrero de 1879 y falleció en Santiago, el 25 de noviembre de 1941. Profesor de Castellano, abogado y político del Partido radical fue presidente de la República entre el 24 de diciembre de 1938 y el 25 de noviembre de 1941. También tuvo los cargos de senador entre 1921 y 1924 y diputado en dos periodos, entre 1915 y 1921.

El 1 de octubre de 1916, contrajo matrimonio con su prima hermana Juana Rosa Aguirre Luco, con quien no tuvo hijos. «Misiá Juanita», como también le llamaban, como primera dama de la Nación, se preocupó especialmente de las celebraciones de Navidad para los niños pobres. También, impulsó la labor social.

Fue ministro del Interior durante el primer gobierno de Arturo Alessandri Palma, fundador de lo que sería la futura Ingeniería comercial en la Universidad de Chile, ministro de Estado en la cartera de Justicia e Instrucción Pública durante el gobierno de Juan Luis Sanfuentes

En noviembre de 1937, mediante una elección interna de su partido, fue designado precandidato a la presidencia de la República siendo ratificado y proclamado candidato oficial en abril de 1938, durante una convención amplia de los partidos de la oposición a Alessandri.

Durante su campaña, usó el lema “Gobernar es educar” y compitió contra los candidatos Gustavo Ross, artífice de la estrategia económica implantada por Alessandri y apoyado por la derecha y contra Carlos Ibáñez del Campo

Fue electo presidente el 25 de octubre de 1938, asumiendo el 25 de diciembre del mismo año, para el periodo 1938-1944. Su gobierno dio inicio a una etapa de tres administraciones sucesivas encabezadas por el Partido Radical.

Lo fundamental de su programa de gobierno fue la lucha por las libertades individuales, de la prensa, de asociación, de agrupación y reunión.

También impulsó medidas para bajar el perfil de la Iglesia Católica en la política, con el fin de establecer una sociedad más laica. Finalmente, uno de sus puntos más fuertes, fue la defensa del Estado docente que definió en su mensaje presidencial del año 1939.

Es un libro que revela a las nuevas generaciones aspectos personales de mandatario que debió enfrentar a un mes de haber asumido su mandato un terremoto que tuvo por epicentro la comuna de Quirihue y que dejó en el suelo a toda la actual región de Ñuble.

Este sismo, ayudó al presidente a implementar su programa de gobierno que planteaba el mejoramiento de las condiciones de vida de la población, mediante el fomento estatal de la producción y la industrialización, la protección de los trabajadores y la extensión de la cobertura de la educación.

Durante su gobierno se creó la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO), mediante la Ley N° 6.640 que fue el punto de partida para el desarrollo industrial del país mediante la construcción de plantas eléctricas y siderúrgicas, la elaboración de materias primas, la mecanización de la agricultura y el fomento a la minería.

A estas acciones, deben sumarse los esfuerzos de capacitación y educación en temas industriales y agrarios. Durante la discusión en el Senado de este proyecto hubo una fuerte rechazo de la oposición, pero, finalmente fue aprobado por un voto gracias al senador conservador Francisco Urrejola.

Murió el 25 de noviembre de 1941 en Santiago, durante el ejercicio de su cargo.

Para dar vida a este libro, los investigadores tuvieron como sustento de esta publicación una extensa revisión bibliográfica, lectura de la prensa de la época y entrevistas a personajes claves.

Lo anterior, junto a numerosas fotografías, que retratan al mandatario en momentos claves como en su visita a Chillán luego del terremoto, en reuniones protocolares, en momentos de su vida cotidiana y familiar como también fotografías de lo que fue su velatorio y posterior entierro, dan vida a una extensa investigación histórico periodística que describe la vida y la obra, de uno de los presidentes más recordados que ha tenido Chile.

 

 



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  1. «En 1921, siendo presidente de la República Arturo Alessandri Palma y Ministro del
    Interior Pedro Aguirre Cerda, el mismo que después sería presidente, se realizó la
    masacre de San Gregorio. Los salitreros estaban dejando cesantes a sus obreros;
    éstos piden que se les pague 15 días de desahucio y que se les traslade al Sur
    por cuenta de los patrones o del gobierno. Como de costumbre, sus peticiones
    fueron rechazadas. Entonces los obreros decidieron discutir la situación con el
    Administrador de la Oficina, el señor Johnson; cuando avanzaban con tal propósito
    el capitán de carabineros de apellido Cristi, ordenó a la tropa hacer fuego contra
    los obreros: cayeron las primeras víctimas. Los trabajadores repelieron el ataque
    dando muerte al Administrador Johnson y al teniente de carabinero Argandoña. La
    lucha se mantuvo hasta el día siguiente y sólo terminó cuando el capitán Cristi se
    retiró con su tropa. Los obreros enterraron a sus camaradas caídos,
    transportándolos en carretas hasta la fosa común, abierta por ellos mismos,
    mientras algunos heridos fueron traslados hasta Antofagasta, ocultándolos de la
    represión. Nunca se supo con exactitud el número de obreros caídos, pero lo
    cierto fue que las banderas de la Gran Federación Obrera de Chile continuaron
    tremolando al viento de las luchas reivindicativas de las masas… Y pensar que 17
    años después, en 1938, los partidos comunista y socialista llevaron a los
    trabajadores a votar y elegir presidente de la República a uno de los principales
    responsables directos de esa masacre, a Pedro Aguirre Cerda.

    La burguesía, en reconocimiento por los servicios prestados a su clase por
    Alessandri y Aguirre Cerda, les ha levantado sendos monumentos. El de
    Alessandri está de espaldas a la Moneda mirando hacia el final de la Av. Bulnes,
    donde se encuentra el de su cómplice, Pedro Aguirre Cerda.

    En 1925 corresponde a la F.O.CH. dirigir la huelga de los obreros del salitre que
    luchaban por la implantación de la jornada de 8 horas de trabajo. En aquél
    entonces, era presidente Arturo Alessandri y Ministro de Defensa Carlos Ibañez
    del Campo.

    Este movimiento reivindicativo se extendió a casi toda la provincia de Tarapacá y
    se inició en la oficina de La Coruña el 4 de Junio de ese año.
    El día 5 de Junio, se produjo la masacre de La Coruña. Los obreros fueron
    baleados sin asco por la tropa, a la cuál contestaron con tiros de dinamita. Hubo
    muertos por lado y lado; las fuerzas de policía fueron desalojadas y los obreros
    tendieron un cinturón defensivo en torno a la oficina. Se envió entonces fuerzas
    del ejército, las cuales emplazaron cañones en el Campamento Pontevedra y
    empezaron a disparar contra los obreros, los cuales se vieron obligados a levantar
    bandera blanca. La represión se extendió por toda la pampa. A la masacre de La
    Coruña, le siguió la de la Marucia, la de Huaras y Pozo Almonte. La Pampa era un
    infierno. En el Velódromo de Iquique se masacró a los pampinos que habían sido
    detenidos y trasladados al puerto. La matanza duró semanas. La soldadesca se
    entretenía en «palomear rotos»; (el traje de trabajo tradicional del obrero pampino,
    era blanco, estaba confeccionado con sacos harineros y cuando el obrero recibía
    el impacto de las balas, abría los brazos como si fueran alas de palomas)»
    (Historia del movimiento obrero chileno, Humberto Valenzuela, 1972)

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