No puede haber paz con un Afganistán talibán
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Todas las tropas estadounidenses y de la OTAN abandonaron la base aérea de Bagram, la más grande de Afganistán, que fue devuelta al ejército afgano. Esta retirada es un testimonio de la inminencia de la retirada total de las fuerzas extranjeras del país. Mientras tanto, los talibanes avanzan.
Los miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas de Nueva York condenaron enérgicamente el deplorable ataque contra el complejo de las Naciones Unidas en Herat, Afganistán, el 30 de julio de 2021, que resultó en la muerte de un guardia de las fuerzas de seguridad afganas y varios heridos.
Los miembros del Consejo de Seguridad expresaron su profunda preocupación por los altos niveles de violencia en Afganistán tras la ofensiva militar de los talibanes y pidieron una reducción inmediata de la violencia. También expresaron profunda preocupación por el número de abusos y violaciones graves de derechos humanos denunciados en las comunidades afectadas por el conflicto armado en curso en todo el país. Además, condenaron en los términos más enérgicos todos los casos de terrorismo y ataques selectivos deliberados contra civiles. Recordaron que todas las partes deben respetar sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario en todas las circunstancias, incluidas las relacionadas con la protección de los civiles. Subrayaron que los ataques deliberados contra civiles, personal de la ONU y recintos de la ONU pueden constituir crímenes de guerra, y destacaron la necesidad urgente e imperativa de llevar a los perpetradores ante la justicia.
Una tierra estancada por la guerra, el COVID-19 y la sequía.
El presidente de la República Islámica de Afganistán declaró oficialmente una sequía el 22 de junio, lo que indica que el 30% del país está expuesto a una sequía muy grave, el 50% a una sequía grave y otro 20% a una sequía moderada. La cosecha de trigo de Afganistán se reducirá en casi 2 millones de toneladas y más de 3 millones de cabezas de ganado corren riesgo de muerte, según el gobierno.
La declaración de sequía se produce cuando el COVID-19 está empeorando aún más las dificultades socioeconómicas y de salud existentes en todo el país, mientras que las hostilidades en curso están desplazando a miles, todos abandonados para depender de la asistencia humanitaria.
“Estamos viendo los efectos devastadores de esta sequía en millones de personas que sufren una grave escasez de alimentos y agua en la mayoría de las áreas de Afganistán. Los cultivos de alimentos se agotan y se marchitan en los campos, y muchas personas han perdido sus ingresos. Los equipos de respuesta de la Media Luna Roja afgana están brindando ayuda urgente, incluida asistencia alimentaria y en efectivo, a miles de familias afectadas por la sequía en provincias completamente secas. Nuestra red de sucursales en las 34 provincias de Afganistán y los voluntarios en cada distrito nos permiten brindar asistencia humanitaria incluso en áreas de difícil acceso. La Media Luna Roja afgana es reconocida y ampliamente aceptada por las partes en el conflicto debido a su neutralidad e imparcialidad, por lo que está bien situada para llegar a comunidades que de otro modo quedarían atrás”, declaró Nilab Mobarez, presidente interino de la Sociedad de la Media Luna Roja Afgana.
“Los desastres climáticos, el COVID-19 y los conflictos convergen en una pesadilla viviente para el pueblo de Afganistán. Millones de personas pasan sin comer todos los días y en algunas partes el agua se está agotando. Esta es una de las sequías más severas jamás registradas en Afganistán. Se necesita una acción internacional urgente para apoyar a más de 18 millones de personas que necesitarán ayuda humanitaria en Afganistán este año debido a esta sequía y crisis alimentaria, lo que agrava los impactos del récord COVID-19 y muchos años de conflicto armado”, dijo Necephor Mghendi, jefe de delegación de la Federación Internacional para Afganistán.
Al respecto de la situación actual en Afganistán, los miembros del Consejo de Seguridad reconocieron que sólo se puede lograr una paz sostenible mediante un proceso de paz amplio e inclusivo dirigido por los afganos y propiedad de los afganos que tenga como objetivo una cesación del fuego permanente y general, así como un arreglo político inclusivo, justo y realista para poner fin al conflicto en Afganistán. Destacaron la necesidad de una participación plena, igualitaria y significativa de la mujer a este respecto.
Elena Rusca, Ginebra, 04.08.2021