Girardi: “Son ideas zombie que cumplieron un ciclo”
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Así lo expresó el senador Guido Girardi Lavín, sobre las propuestas de Gabriel Boric, candidato a la presidencia de Chile. ¿Pensaba en su propio partido el PPD, donde hay brujos venidos a menos? Aquella agrupación inventada para no incomodar a la tiranía. Se recomienda consultar el diccionario de tarde en tarde y enterarse del significado de las palabras. Leemos: “Zombie, persona que se supone muerta y reanimada por arte de brujería con el fin de dominar su voluntad. Atontado, que se comporta como un autómata”. Girardi sabe de muertos y de quienes les falla la cabeza. Es médico de profesión y adepto a la brujería, al ser un reconocido coleccionista de santos, fetiches, incluidos restos de dinosaurios. A menudo frecuenta la Plaza O´Higgins de Valparaíso, donde se venden libros usados, baratijas y antigüedades falsificadas. Ahí el senador visita a don Pepe, quien comercializa ídolos de mentira, sobre una gastada alfombra persa, hecha en China.
Conocedor don Guido Girardi Lavín sobre zombis, sus historias macabras narradas desde antiguo por brujos, examina la galería de ídolos, amuletos y cada domingo, adquiere un ejemplar. Don Pepe, quien falsifica los amuletos y sabe de brujería, comenta que al iniciarse la primavera, intentará venderle al senador, el fémur de un santón del Cerro Alegre, asesinado en 1922. Famoso por realizar milagros, hace andar a los tullidos, incluso a quienes no tienen piernas. Información que me proporcionó Carlos Eduardo Saa, poeta de Valparaíso. Desde luego, la operación se realizará en secreto, en un bar del sector donde beben los guapos, pues nadie puede vender huesos en la calle.
Cualquiera supone que el senador del PPD, agrupación política en vías de descomposición terminal, conoce la literatura sobre zombis, personajes que noche a noche se le aparecen y le impiden reconciliar el sueño. Girardi piensa en los cuentos de Edgard Allan Poe, libro que se halla en su velador. Lo hojea y se le aparece Gabriel Boric, convertido en alguno de los personajes del eximio escritor británico. Perdón, norteamericano de Estados Unidos, no de México o de Canadá, que también están en América del Norte. Sus actuales desvelos al concluir las primarias, se han profundizado, al observar que nadie de su partido, incluidos los zombis, patipelados y brujos, disponen de atributos —no pitutos— para ser candidatos a la presidencia. ¿A quién elegir dentro de esa galería de figurines? Más bien es el residuo o raspado de aquella afamada olla milagrosa, donde se cocinaron elecciones, candidaturas, altos cargos públicos, embajadas, incluidos los ujieres de las oficinas del parlamento. Y a propósito, ¿dónde guardan la prodigiosa olla o se desfondó y la arrojaron a la basura?
Aunque le pese don Guido Girardi Lavín, usted y su capilla de zombis y espectros de noches turbulentas, serán sepultados para siempre. Representan a la gazmoñería, al fallido arte de quienes han privilegiado las componendas en política hasta la saciedad, desprestigiándola a niveles desconocidos. En los gobiernos donde participaron, remendaban una y otra vez la alfombra de La Moneda, en vez de arrojarla a la basura. Como se trata de una alfombra persa hecha en China, debe mantenerse a buen resguardo. Sobre ella, el dictador ponía sus botas pestilentes, manchadas de sangre. Ni siquiera le pasaban la escoba o el plumero, para no ofender a la oligarquía, la cual nunca ha dejado de gobernar el país, ya sea en las sombras o a pecho descubierto. Nombrar a los responsables de esta retahíla de miserias y entuertos, sería inoficiosa tarea, donde el tiempo apremia. Aunque en política, como lo expresé en otra crónica en este medio, nunca hay muertos de verdad, pues terminan resucitando. Es una desdicha reconocerlo, pero así es la realidad.
Por Walter Garib