Crónicas de un país anormal Nuestra Región Latinoamericana

Pedro Castilllo: Las desgracias del Perú republicano

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La historia enseñada en el colegio es, definitivamente, un conjunto de falacias. El 28 de julio  Perú cumplirá 200 años de Independencia, (Argentina, Chile y Perú no existían durante la época colonial), sólo estaban los virreinatos, como el de Nueva Granada, el de México y el de Perú, y presidencias y capitanías en Chile, Argentina – Río de la Plata -, Ecuador y Venezuela.

El libertador José de San Martín tomó el camino más adecuado para llegar a las playas de Perú, liberando a Chile, cuya independencia se la debemos a los argentinos. San Martín, menos ambicioso que Simón Bolívar, entendió que era mejor la colocación de un monarca europeo que un Presidente-dictador, (como lo deseaba Bolívar), que se apropió del Alto Perú, (hoy Bolivia), proclamándose Presidente vitalicio, junto con el nombre de Bolivia.

La independencia de las ex colonias latinoamericanas tienen muy poco que ver con las guerras entre España y los países del área, más bien a quienes llamamos héroes no eran más  que masones al servicio de Inglaterra, por consiguiente, estas naciones sólo existían a causa de la intriga de los Jesuitas 8, bien se merecían también la expulsión de las monarquías europeas y, sobre todo, las realizadas por el gran Conde de Aranda, cuyo plan era más inteligente que las famosas guerras de la independencia).

La historia del antiguo virreinato del Perú ha sido bastante trágica, y su único episodio glorioso fue el haber ganado la guerra  a España, hacia mediados del siglo XIX, gracias a la colaboración de Chile,  Argentina, Ecuador y la Gran Colombia, impidiendo todo intento por parte de España de recuperar sus antiguas colonias, que finalizó por perderlas a fines del siglo XIX, (con la independencia de Cuba, Filipinas y Puerto Rico).

La historia republicana de Perú, durante el siglo XX, ha sido muy trágica y con dictaduras militares, como la de Velasco Alvarado, Francisco Bermúdez, sumado al período de la elección de Alberto Fujimori frente al buen escritor, pero de alta inmoralidad,  Mario Vargas Llosa que,  junto a su hijo, Álvaro, émulo de su padre y mal escritor, y redactor del panfleto El idiota latinoamericano, cuando el idiota neoliberal es él mismo. Fujimori, recordemos, ganó holgadamente a causa de las pillerías de Alán García, creando a su alrededor un grupo de mafiosos, junto con Vladimiro Montesinos y los militares.

El Presidente electo, desconocido rector de una universidad agraria no tenía, ni siquiera, un programa político, y había heredado de Presidente saliente, Alán García, una caótica situación económica gatillada por una hiperinflación. Fujimori se hizo amigo de confianza del ex agente de la C.I.A., y expulsado de la inteligencia militar de Perú, quien se dedicó al combate de la guerrilla de izquierda Sendero Luminoso y a los Tupac Amaro. El método empleado por su asesor Montesinos para mantener la dictadura consistía en comprarse a parlamentarios y empresarios, cuya transacción era grabada en los famosos “vladivideos”, usados luego para  chantajearlos y, de esta manera, contar con una evidencia para mantener la dictadura.

En 1992  Fujimori ordenó el cierre del Congreso, y en 1993 aprobó la Constitución que, hasta hoy, rige en Perú. Después, el mafioso dictador Fujimori se refugió en su tierra patria, Japón, (hasta ahora se cree que no nació en Perú, sino en Japón), y desde ese país presento su renuncia a la presidencia, documento que envió por fax.

Los supuestos sucesores demócratas que lo reemplazaron en el alto cargo eran tan deshonestos como Fujimori: Alejandro Toledo, el Cholo, aún se encuentra en Estados Unidos, en espera del dictamen de extradición por parte de la justicia de  este país; Alán García, otro de los Presidentes corruptos optó por el camino del suicidio para no enfrentar a la justicia; el ex militar, Ollanta Humala y su siútica esposa, estuvieron varios meses en la cárcel mientras se investigaban sus delitos; le sucedió PPK, uno de los típicos sinvergüenzas neoliberales,(varios de ellos pululan en América del Sur), quien renunció antes de ser vacado, y sucedido por su Vicepresidente, Martín Vizcarra, considerado aún más pillo que el mismo Presidente, (incluso, aprovechó las vacunas contra el Covid-19 para su propia inoculación y la de sus familiares) que, una vez fuera del cargo por vacancia, fue reemplazado por el presidente de la Cámara, Manuel Merino, quien fue expulsado por las marchas populares, a los cuatro días de asumido el cargo.

Desde 1990 hasta hoy, en que tomará el mando el Presidente electo, Pedro Castillo, la República de Perú sólo ha tenido a Presidentes corruptos, a los que hay que agregar las tres candidaturas a la presidencia de la república de Keiko Fujimori quien, afortunadamente, ha llegado en segundo lugar por tercer intento, de convertirse en Presidenta de la nación, cuyo destino parece ser la condena a 30 años de cárcel por diversos delitos, entre ellos lavado de dinero, asociación para delinquir, lavado de dinero.

Hasta ahora al Presidente Sagasti se le considera honesto, y esperemos que así lo sea el nuevo Presidente, Pedro Castillo, quien asumirá el poder el próximo 28 de julio.

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

23/07/2021

 

 

 

Historiador y cronista

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