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Solidaridad con Cuba: nuestro deber

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“La vida es dura, porque la isla está sitiada hace más de 50 años por los yanquis. ¿Qué quiere decir sitiada? Pues que no la dejen vender ni comprar nada en el exterior, a pesar de que todos los años las Naciones Unidas se pronuncia casi unánimemente contra este bloqueo, salvo los votos de Estados Unidos e Israel. Ya pueden ustedes ver la calidad moral de los que votan a favor del bloqueo. No sólo no pueden comerciar con los yanquis, sino que éstos aplican sanciones a cualquier país que rompa el criminal bloqueo” (Margarita Labarca Goddard)

 

Las manifestaciones de protestas ocurridas ayer en Cuba, han sido explotadas con regocijo por los medios de comunicación chilenos, tratando de sacarles partido en el marco de las próximas elecciones a realizar en nuestro país. Se trata de una guerra sucia, inaceptable con el país y un pueblo que han hecho de la solidaridad internacional una norma de conducta ética admirable, a pesar de las severas limitaciones que impone el criminal bloqueo establecido por los Estados Unidos, que ha llegado al extremo de impedir el acceso a la Isla de barcos transportando ventiladores mecánicos, indispensables para enfrentar la pandemia que afecta a todo el planeta.

A quienes son cómplices en nuestro país de estas acciones, vamos a refrescarle la memoria recordando las numerosas ocasiones en las cuales la revolución cubana ha venido en nuestro auxilio, con ocasión de las frecuentes catástrofes que suelen afectarnos. En 1960, sufrimos un terremoto y maremoto con epicentro en Valdivia.

Es el sismo de mayor intensidad registrada hasta ahora en la historia del mundo.




La revolución cubana había triunfado algo más de un año antes, heredando un país escasez de profesionales, que habían huido a Miami, a raíz de la campaña del terror desatada por los Estados Unidos.

Cuba: «En una fortaleza sitiada, cualquier disidencia es traición»*

Un joven senador chileno, Salvador Allende, gestionó personalmente con Fidel Castro su colaboración, en auxilio de las numerosas víctimas originadas por el cataclismo. Fidel, no vaciló y ordenó el envío de un grupo de médicos cubanos, quienes arribaron a Valdivia, la ciudad más afectada por la tragedia.

Fue el inicio de las famosas brigadas sanitarias Henry Reeves, que desde entonces hasta ahora han acudido en auxilio de numerosos países en los cuatro rincones del planeta, como consecuencia de catástrofes de diversa índole.

Con ocasión del terremoto ocurrido en Chile el 27 de Febrero de 2010, se originaron graves daños en nuestras instalaciones hospitalarias. El presidente Piñera solicitó urgente apoyo sanitario al extranjero y varios países respondieron enviando hospitales de campaña: Brasil, España, Perú y Argentina, los cuales permanecieron prestando servicios entre uno a dos meses.

Cuba envió dos hospitales de campaña, que se instalaron en Rancagua y en Chillán. Fueron los primeros en arribar: el 2 de Marzo, es decir una semana después de ocurrida la catástrofe y como podíamos suponerlo, fueron los últimos en irse: a fines de Noviembre, por lo cual extendieron su ayuda por casi nueve meses.

Al despedir a la brigada rumbo a Chile, el presidente Fidel Castro – que aún estaba vivo- manifestó:

«Nuestra Patria se solidariza plenamente y apoya moralmente el esfuerzo material que la comunidad internacional está en el deber de ofrecerle a Chile. Si algo estuviera en nuestras manos, desde el punto de vista humano, por el hermano pueblo chileno, el pueblo de Cuba no vacilaría en hacerlo«. Añadió que «de no ser por la experiencia chilena frente a los terremotos, sus construcciones más sólidas y sus mayores recursos, el fenómeno natural habría costado la vida a decenas de miles o tal vez cientos de miles de personas”

Las brigadas cubanas incluyeron 75 especialistas médicos que realizaron más de 134 mil exámenes, sobre 100 mil procedimientos de enfermería y unas 3 mil intervenciones quirúrgicas, beneficiando a 79.137 pacientes.

Su permanencia tan prolongada en Chile fue originada por el enorme aprecio que despertaron los médicos cubanos entre los habitantes de Rancagua y Chillán, tanto por la eficiencia de sus servicios profesionales, como por el trato cariñoso con sus pacientes.

Muchas personas que permanecían por años en listas de espera de cirugía, vieron resueltas rápidamente sus urgencias. La relación con el personal de enfermería o de servicio fue igualmente apreciada.

Al despedir a los médicos cubanos, el Director del Hospital Clínico de Chillán Dr. Rodrigo Avendaño, señaló con estas palabras, el aporte de la brigada en momentos particularmente complejos:

“Despedimos a la Brigada Henry Reeve de Cuba, con mucho afecto, porque su colaboración fue fundamental. Primero en la importante labor asistencial realizada en los días posteriores al terremoto y luego, con su ayuda en la resolución de listas de espera de especialidades, realizando más de mil intervenciones quirúrgicas a usuarios y usuarias de Ñuble. Durante ocho meses interactuamos con un equipo de excepción, que nos permitió conocer más de su cultura y compartir conocimientos, en un ambiente de camaradería y de solidaridad que por medio de estos representantes, demostró el Gobierno Cubano con nuestro país y en especial con Chillán”

 

Por último, recordemos que, como consecuencia del aluvión ocurrido el 2015 en la Región de Atacama, la Brigada Médica Cubana retornó al país a prestar sus servicios con 15 profesionales de la salud, realizando atenciones en las comunidades de El Salado, Diego de Almagro y Alto del Carmen, beneficiando a casi 6 mil pacientes.

En virtud del bloqueo criminal que sufre Cuba, reforzado por el actual gobierno norteamericano, tenemos la obligación de poner en su lugar a quienes se regocijan de las manifestaciones ocurridas ayer, en la esperanza que pudieran significar la caída de la revolución.

Sebastián Piñera, con un mínimo de reciprocidad a raíz de la inmensa ayuda prestada por las brigadas de salud cubanas en catástrofes anteriores, particularmente la ocurrida el año 2010 durante su mandato, debiera ofrecer el envío de los insumos sanitarios que Cuba demanda hoy día. Por otra parte, los chilenos que hacemos de la solidaridad internacional una norma en nuestra conducta, debemos organizar el apoyo a Cuba, contribuyendo a reunir los insumos necesarios que requiere para enfrentar la pandemia.

 

Por Miguel Lawner

 

El bloqueo de EE.UU. causa estragos durante la pandemia en Cuba

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Arquitecto

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